Nacional: la guerra del hambre. Sobre la paritaria docente nacional y la perspectiva en el resto del país

en Conti-Santoro/Novedades

El día de ayer se acaba de cerrar una de las paritarias más exprés de las que se tenga memoria. Detrás de ella, una clara decisión política: garantizar un inicio de clases “normal” empujando a una vuelta presencial a las aulas por demás irresponsable. Una vuelta que poco tiene de “cuidada” cuando se rifan nuestras vidas con protocolos placebos, se movilizan millones de personas cotidianamente en el medio de una pandemia que está muy lejos de desaparecer. Y esto es así porque pese a anuncios marketineros los docentes están muy lejos de ser vacunados masivamente en el corto plazo. Ya ni hablemos de las y los alumnos y sus familias. A poco de transitar ese sendero las consecuencias se hacen presentes: más de 108 casos en 65 escuelas en CABA, otras 30 escuelas afectadas en Jujuy, inclusive en Humahuaca el 41% de los nuevos contagiados son docentes, una veintena de escuelas en Córdoba y esto recién comienza. Burbujas que empiezan a ser aisladas, dato que se guarda bajo siete llaves. En este cuadro, la paritaria docente era una pieza clave. Mientras pueda la CTERA mira para otro lado. Como advertimos, formaron parte de la elaboración de estos protocolos placebos que nos envían a un contagio seguro. Ya acordaron la “presencialidad 2021” en todo el país y, por eso, distrae con el factor CABA. No puede ser de otra manera, alineada con el gobierno nacional, la CTERA elude estar ante un problema nacional y pretende que creamos que el problema es la mayor presencialidad porteña. Sin embargo, se hace sentir el descontento de miles de docentes que, sin dispensas por menores a cargo con horarios de cursada escolar recortados, convivientes con mayores o personas de riesgo, no convivientes, pero sostenes de mayores, tuvo que calmar aguas, deben volver a las aulas para luego contagiar a sus familias. En ese marco llega un anuncio prometiendo vacunación exclusiva para docentes con las 904.000 dosis de la vacuna china Sinopharm y promesa de asignación de las que arriben. Un titular garantizado: “empieza la campaña de vacunación contra el coronavirus para los docentes”. Días más tarde, el 25, Trotta anunció la apertura del registro nacional para la vacunación. La leyenda de la página no podría ser más gráfica: “registrarse no implica solicitar un número ni una reserva para aplicarse la vacuna”. Eso llegaría recién cuando las vacunas estén disponibles y el cronograma de vacunación confirmado. O sea: nada para quien lo examine dos minutos.

En ese cuadro, lo cierto es que le resultaba menos digerible a la CTERA que el inicio del ciclo escolar en 14 provincias el próximo lunes fuera sin paritarias. Esas que se suman al lote de las tres que iniciaron su ciclo escolar presencial el 17 de febrero y a las tres más que lo harán el 2º y el 3º. Luego llegarán las restantes que lo hacen hasta el 15 de marzo. Quienes llamaron a votar por los Fernández con la excusa de la reedición de las paritarias algo debían poder mostrar. No hay que olvidar que estamos en año electoral a nivel legislativo y pese a la suspensión de elecciones hasta agosto este año hay elecciones en SUTEBA y CTERA, entre otras.  Así, la central se dispuso a entregar la salud y la vida de cientos de miles de compañeros por unos tristes morlacos. En apenas dos reuniones, sin discusión alguna, cerraron un gran teatro: que el salario docente le gana a la inflación.  En la primera reunión, el 18, dijeron que el salario docente “era muy importante” y que fortalecerían el incentivo. CTERA dijo que por menos del 29% no firmarían. Convocados el 26 el gobierno hizo una oferta “superadora” que no hubo que consultar con nadie y se resolvió entre cuatro paredes: 34,55% para el acumulado anual, en tres largos tramos, entre marzo y septiembre. De un salario $27.500 se pasa a $31.000 en marzo y a $37.000 en septiembre. No sorprende que de la reunión formara parte Agustina Vila, Directora General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, quien horas más tarde haría una oferta similar al SUTEBA: 35,1% en tres idénticos tramos a los de Nación. Baradel, oportunamente, pospuso en tres oportunidades un plenario de delegados provincial que se estaba desarrollando el sábado 27 pero anticipó: «los mensajes que estoy recibiendo indican que es valorada positivamente». [i] Cuál es el horizonte salarial que allí se abre: el pasaje del cargo testigo, sin antigüedad y de bolsillo, de $36.000 a $ 41.000, en marzo, a $43.000 en julio y $ 48.508 en septiembre. A nivel nacional hablan de cláusula de revisión, pero el comunicado de difusión del propio ministerio no lo menciona. Lo que sí aclaran es que se conforma una comisión para el monitoreo del retorno “seguro” a las aulas. Una prenda de cambio.

Una jugarreta similar se produce con el caso Chubut. Luego del repudio que recibió la visita de Trotta en la provincia, se gestionó una reunión en palacio Pizzurno justo un día antes de la paritaria. Se firmó un “acuerdo salarial” para garantizar el inicio del ciclo escolar el lunes. No se trata de ningún acuerdo: apenas saldarán la deuda salarial que acumula meses y dos aguinaldos con el grueso de los trabajadores de la provincia.

Otras provincias ofrecieron guarismos muy por debajo del nacional, valgan de ejemplo los casos de Jujuy y Chaco. En la primera, Morales ofreció 18% acumulado entre febrero y marzo; en la segunda, Capitanich ofertó 12% al valor del punto, un bono en negro de $2000 y $500 para movilidad. Oportunamente, la paritaria nacional determinó que se sostendrá el Programa Nacional de Compensación Salarial Docente. Así, las jurisdicciones que lo soliciten, previo cumplimiento de los requisitos establecidos en la reglamentación, podrán asegurar el pago del salario mínimo docente nacional garantizado con la ayuda de Nación.

Finalmente, un ejemplo de cómo discutir porcentajes habla poco del salario docente lo muestra el caso de la provincia de San Juan. La provincia acaba de anunciar una recomposición del 50% para el primer semestre de 2021. El valor del cargo testigo anterior: $25.000.

En efecto, la carrera tras la inflación es, por un lado, imposible. En primer lugar, porque la proyección inflacionaria oscila entre el 48 y el 50%, pero, además, porque lo que debemos analizar es la capacidad de compra real de ese salario y su evolución histórica. Veamos.

Degradados

Los números tienen la fuerza de hablar por sí solos. En diciembre, esa paritaria, con sumas en negro e incentivos, fijó el cargo testigo a nivel nacional en $27.500. Se acaban de acordar tres cómodas cuotas de marzo a septiembre, con un acumulado a septiembre 2021 de 34,55%. ¿Mucho o poco? Veamos el contexto, Para diciembre 2020, el INDEC establecía la línea de pobreza en $54.208. En enero, la canasta del INDEC trepó a 56.459$. Con dos cargos, el conjunto de la docencia orilla esa etiqueta hoy. Ya ni hablemos de valores más realistas como los de ATE-INDEC. Para diciembre 2020 establecía que en GBA una familia tipo necesitaba $82.086, en Cuyo y NOA un promedio de casi $71.300, en NEA $73.059, en la región Pampeana $75.309 y en Patagonia $80.272. En enero, esos valores treparon a $85.590, $74.300, $76.179 y $83.771.

Además, en todos los casos, el punto de partida de la medición es el mismo: desde los años ochenta, el INDEC construye las líneas de pobreza e indigencia sobre la base de los hábitos de consumo de bienes y servicios de la población más empobrecida. La encuesta de gastos y presupuestos familiares del año 1985, cuando se tomó la muestra, se realizó un año en el cual el salario promedio había descendido un 14% respecto del año anterior. Allí se fijaron los criterios para elaborar esa canasta, que recién fueron modificados en 2016, aunque sin cambios sustantivos, tal como explicamos en otra nota. Las consecuencias del consumo a rajatablas de los productos de la canasta del INDEC son por todos conocidos cuando un grupo de investigadores del CONICET hizo el experimento para indagar sobre las consecuencias clínicas de ese proceso: adelgazamiento, malnutrición, bajas defensas, debilitamiento generalizado. 

En segundo lugar, el principal problema que afronta la docencia es la caída histórica de su salario. Dijeron que el salario docente “era muy importante”. Una vez más, los números lo desmienten. No existen series históricas de la evolución salarial docente para todo el país pero sí para la  Ciudad de Buenos Aires y ésta es representativa de una realidad general. El salario testigo crece entre principios de 1900 y hasta mediados de la década del ‘30 cuando alcanza su pico máximo en sintonía con la universalización de la escuela primaria. Si midiéramos ese salario a valores de 2020, y lo congeláramos en ese punto máximo, un docente cobraría hoy $117.885. En ese entonces, el Departamento Nacional del Trabajo midió la capacidad de compra: era equivalente a casi dos canastas familiares de la época. Desde los años ‘40, ese salario no para de caer, alcanzando su momento más bajo en los ‘90 e inicios del 2000. En ese contexto, el kirchnerismo, con soja a precio récord, solo lo ubicó a los niveles de los ’80. A Alberto hoy no le alcanza más que para llegar a octubre.

Los números dan cuenta de la degradación sufrida. Hoy ser docente equivale a ser pobre y tener una vida limitada a cubrir lo mínimo vital si se tiene la suerte de acumular dos cargos porque no debemos olvidar las decenas de miles de compañeras y compañeros sin cargo como ocurre en Chaco, Jujuy, Misiones y otras provincias. Que el salario sea tan bajo tiene consecuencias prácticas inmediatas: la autoexplotación. Las largas jornadas de trabajo que impone un salario de pobreza conviven con el trabajo no pago, otra vez, necesario a la actividad. Corregir, planificar clases, planes de contingencia y secuencias didácticas, preparar actos escolares y reuniones con padres, realizar informes de seguimiento. Además, la mayoría de los docentes son mujeres así que la sociedad patriarcal hará que agreguemos al trabajo no pago escolar, el otro que llaman “amor” y tiene que ver con la asunción privada y por parte de las mujeres de las tareas que implica la reproducción social de la vida. Es fácil ver por qué el agotamiento y la pérdida de la salud son moneda corriente en el seno de la docencia. Enfermarse es la consecuencia esperable, cuadro que el docente deberá afrontar con obras sociales desfinanciadas.

¿Por qué luchar?

Cuando la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro defiende la lucha por la recomposición histórica del salario y sostiene que el cargo testigo no puede ser menor a dos canastas básicas totales reales lo hace porque recurre a esos números, a los de la propia historia del sector. Porque entendemos que la Canasta Básica Total cubre consumos mínimos de una vida al límite. Y un salario que solo alcanza para eso reduce, al conjunto de los compañeros que recién se inician en la docencia, a la pobreza lisa y llana. Lo cierto es que al resto también producto del achatamiento de la escala salarial de los 2.000 a esta parte. La canasta total no considera, por ejemplo, la adquisición de bienes culturales ni servicios que son de primera necesidad para un docente. Es de allí y de conocer nuestra historia que exigimos la doble canasta. Hay que luchar por ello y explicarles a los compañeros el sentido de esa consigna. Es ese el puntapié inicial para pensar las condiciones de existencia de nosotros, los docentes, y reflexionar sobre nuestras condiciones de trabajo. Esa consigna implica luchar contra la pauperización intelectual y moral de los compañeros. También discutir la duración de la jornada de trabajo: ¿de dónde sacará tiempo el docente para capacitarse si no es de un planteo general que cuestione la duración de la jornada de trabajo? Un docente que debe acumular hasta 72hs. cátedra para vivir de forma razonable y sostener a su familia, por más que lo desee no tiene tiempo físico ni mental para capacitación alguna: fuera de servicio es imposible dadas las extensas jornadas de trabajo; en servicio, el docente no tiene espacio mental para aprovechar la jornada dado lo extenuante de su labor.

A diferencia de los años treinta, hoy tenemos una organización sindical fuerte. El problema son su dirección y su programa. El problema es que solo están dispuestos a luchar por miguitas. Hay que ir por todo lo que es nuestro.


[i] https://www.grupolaprovincia.com/politica/tras-cerrar-la-paritaria-nacional-docente-baradel-anticipo-que-la-oferta-bonaerense-fue-valorada-positivamente-669020

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