Ayer se conocieron los lineamientos generales del Programa Acompañar: puentes de igualdad. El mismo tiene como objetivo reinsertar dentro del circuito educativo a todos los alumnos que desertaron. Como dijimos, desde los comienzos de la pandemia, atacar el problema debería suponer la contratación de docentes y profesionales (psicólogos, psicopedagogos) para acompañar la trayectoria escolar. Claro que la reinserción también implicaría readecuar el ciclo lectivo y dotar de netbooks y wifi gratuito. En definitiva, rescatar a los alumnos desertores supone destinar más recursos económicos. Sin embargo, el gobierno de Fernández decidió apelar a la herramienta de siempre: la paraestatización.
El Plan Acompañar está integrado por agentes del gobierno y las organizaciones civiles. Ambas partes tendrán la función de diagramar estrategias e iniciativas para los alumnos desertores. Ahora bien, la cuestión es preguntarse el cómo será esa reinserción. Dentro de las tareas de cada una de las partes, las organizaciones civiles serán las encargadas de “generar diferentes solidaridades territoriales” a partir de la creación de “Mesas de articulación locales”. Aquí es donde entran los punteros ya que dichas mesas estarán constituidas con “representantes locales, distritales y provinciales “.
A su vez, y en consecuencia con el bloque pedagógico 2020/2021, esos alumnos serían reintegrados durante el verano y el tiempo extraescolar. Esto implicaría dos salidas posibles. Por un lado, si se designan docentes, los mismos deberían trabajar los fines de semana, feriados y durante el receso de verano, aspecto que traería mucha discusión. Lo más probable es que la educación quede en manos de los punteros, lo que no traería mucha resistencia por parte de quienes sean encargados de educar.
Hace rato sabemos que Trotta tiene como meta volver a las aulas. Por eso, el gobierno presentó un protocolo nacional en donde la participación de las ONG’s y las organizaciones sociales, podrían tener algún tipo de injerencia en la estrategia de retorno y la planificación. Al respecto dijimos que lo más probable era que el gobierno replicará lo hecho con el Plan Fines y todos los programas de terminalidad, esto es, paraestatizar la educación y reforzar la descentralización educativa.
El programa incluye el Proyecto Cerca, el cual prevé la “creación y fortalecimiento de centros educativos y recreativos comunitarios que promuevan la continuidad o re-establezcan trayectorias educativas a través de redes territoriales que aporten materiales y recursos de las experiencias comunitarias por medio del arte, la ciencia, la tecnología, el deporte, entre otros”. Lo más probable es que Trotta esté pensando en utilizar unidades básicas, comedores, merenderos, tal como se hace con los programas de terminalidad exprés, en reemplazo de las aulas. Lo más preocupante del asunto es la posibilidad que se abre para la terminalidad de los estudios obligatorios mediante tutorías semipresenciales y la ampliación del sistema de educación a distancia. A la par, planea crear propuestas de formación laboral.
La paraestatización llegó para quedarse. Los docentes no podemos aceptar este programa. Debemos pelear por todo lo que nos corresponde. Como dijimos, la pandemia y la educación a distancia requieren de medidas específicas. El gobierno apela a soluciones precarias que no resuelven el problema de fondo. Traer a todos los alumnos de vuelta al sistema implica poner a disposición más recursos, tanto humanos como económicos. Por eso, la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro exige la designación inmediata de docentes y profesionales bajo estatuto y con continuidad. A la par, los alumnos deben recibir netbooks y wifi gratis y de calidad. No podemos dejar la educación en manos de punteros
Corriente Nacional Docente Conti-Santoro