Migajas. La paritaria docente provincia por provincia

en ECD/El Correo Docente 30/Novedades

Por Nicolás Grimaldi

Como todos los años, febrero y marzo son claves para la discusión de los salarios docentes. Este año tiene la particularidad de que el reclamo paritario se encuentra atravesado, también, por el retorno a la presencialidad en plena pandemia del COVID-19, situación que ya se cobró la vida de 3 compañeros y 3 compañeras. Respecto a los ofrecimientos salariales, durante estas últimas semanas, asistimos a la circulación de cifras y porcentajes, pero que en realidad poco dicen de qué es lo que nos ofrecen realmente los distintos gobiernos. Como vamos a ver en esta nota, lo característico de todos los ofrecimientos es que se trata de acuerdos que van a dejar los salarios por debajo de la línea de pobreza en 2021. También, los gobiernos provinciales ofrecieron acuerdos que en general alcanzan hasta julio o agosto, fecha en la que podrían llegar a realizarse las PASO. En muchas provincias, a la vez, la docencia está de pie, peleando contra el ajuste del gobierno nacional y de los gobiernos provinciales. Veamos detalle por detalle cuál fue el ofrecimiento en cada provincia.

Pobreza de norte a sur

En Tierra del Fuego, el gobierno provincial ofreció un 22% de aumento, llevando el salario de maestro o profesor con 21 hs. cátedra a $41.566,46 y a $45.285,45 en junio, con reapertura en el mes de julio. La propuesta fue rechazada por el SUTEF, realizando un paro de 48 hs. el 1 y 2 de marzo, y una caravana el día 3. Al momento de escribir esta nota, el gremio se encontraba realizando asambleas por escuelas para definir si aceptaba o no la nueva propuesta salarial que implica un aumento de cerca de $1.000 al salario del cargo testigo respecto a la oferta original. En Santa Cruz, el Estado ofreció un incremento del 10% a pagar con el sueldo de marzo y otro incremento similar con el salario de julio. El panorama se completaba con la suma extraordinaria del Fondo Nacional del Incentivo Docente (FONID) de $4.840. ADOSAC rechazó la oferta y decidió no iniciar el ciclo lectivo con un paro de 48 hs. y una movilización. La segunda oferta realizada por el gobierno consistió en un aumento de cerca del 34%, llevando el salario inicial testigo a $48.257,26, incluyendo el FONID. Esta última oferta aún es analizada por el gremio y se espera una resolución en el plenario del día 15 de marzo. En Río Negro, luego de un paro de 48 hs. por parte de UNTER, el gobierno ofertó un 29% en dos cuotas, sosteniendo que era imposible mejorar la oferta. Al momento de cerrar esta nota, el gobierno convocó a los gremios a una nueva mesa de diálogo aunque no filtró la oferta que va a presentar en la misma. En la provincia de Chubut, después de 180 días de acampe docente, el gobierno terminó ofertando una recomposición salarial de acuerdo a lo perdido por inflación en 2020, recordemos que no había paritarias desde el 2019, y un ajuste por indexación a partir de ahora. Además, el gobierno pagó lo adeudado en concepto de aguinaldos. Cerrando la región patagónica tenemos a Neuquén, que ya lleva 10 días de paro ininterrumpido convocado por ATEN, caravanas, piquetes y movilizaciones, protestando contra la oferta salarial del 12% que presentó el gobierno del MPN, oferta que llevaba el salario inicial de un maestro a $44.411 y el valor de la hora cátedra de profesor a $2.226. Actualmente, los docentes se encuentran realizando un acampe frente a la casa de gobierno y un plenario para el 16 en el que se discutan los pasos a seguir.

En San Luis, el aumento fue del 40%, en tres tramos, llevando el salario a cerca de $59.000 en noviembre. San Juan acordó 50%, en tramos, pero partiendo de un piso muy bajo de apenas $25.000. En Mendoza, el gobierno propuso 20%, más un bono de 54 mil pesos. Solo SUTE rechazó la propuesta con un paro de 48 hs., y una serie de acciones que se retomarán a partir del día 15. En Catamarca, el ofrecimiento fue del 32%, por lo que los gremios organizaron un paro de 72 horas. Si subimos al norte, veremos que el gobierno jujeño ofertó un 16%, que ya comenzó a liquidar en los salarios, mientras que en Salta, el acuerdo del 36% fue rechazado por los docentes autoconvocados, lo mismo que hicieron los autoconvocados tucumanos ante a la oferta de un 30%.

En Misiones, el gobierno realizó un ofrecimiento que llevaba el salario inicial de maestro de grado a $40.500. Esto, si bien fue aceptado por gremios como SPEPM, UDPM, UDA, AMET, SADOP, y SIDEPP, fue contundentemente rechazado por la Mesa de Lucha, en la cual participamos como Corriente Nacional Docente Conti-Santoro, realizando ya 6 días de paro, piquetes y asambleas.  Para la semana del 15 de marzo también está pautado un paro de 48 hs. y una asamblea provincial para el 18. En Chaco, Capitanich realizó un ofrecimiento que llevaría el salario inicial testigo a $23.551,60. Por ese motivo, la docencia chaqueña está en pie de lucha, obligando a SITECH a rechazar la oferta. En las últimas semanas se vienen realizando movilizaciones masivas, incluyendo piquetes en las rutas del interior y, para la semana del 15 de marzo, se preparan más de 10 acciones de lucha incluyendo un corte en las cercanías al puente Chaco-Corrientes. Santa Fe debía iniciar las clases el 15 pero eso no sucedió, ya que AMSAFE convocó a paro para los días 15, 16, 23 y 25 de marzo, en rechazo a la propuesta de 35% en tres tramos, que llevaría el salario inicial de un maestro a $51.731,15 y el de un docente con 36 horas a $63.087,90. Este rechazo sorprendió al arco Celeste que ya se había preparado para firmar e, incluso, llamó a desconocer el paro. En Entre Ríos, AGMER, gremio del cual formamos parte como minoría en Colón, realizó diferentes jornadas de paro e instaló una “carpa blanca” en Plaza Mansilla, frente a la Casa de Gobierno, en rechazo del 15% propuesto por Bordet.

En CABA, el gobierno de Larreta acordó un 33,8% en tres cuotas, la última a cobrar en noviembre, únicamente rechazado, hasta ahora, por Ademys, aunque sin un plan de lucha al respecto. Kicillof, en GBA, propuso un aumento del 35,1 % en tres tramos a pagar en marzo, julio y septiembre. Eso llevaría al cargo testigo, sin antigüedad y de bolsillo, de $36.000 a $41.000 en marzo, a $43.000 en julio y a $48.508 en septiembre.

Recuperar lo que nos quitaron

A la hora de analizar las paritarias, no se pueden discutir porcentajes en el aire. Tampoco se puede considerar un monto salarial sin ponerlo en perspectiva con su capacidad de compra. O sea, para poder tener una dimensión real del salario, hay que compararlo con el valor de lo que se puede comprar, es decir, con el valor de la llamada “canasta básica”. Pero dicha canasta debe ser lo más realista posible, por lo que no puede compararse el salario con la canasta básica medida por el INDEC, ya que maneja indicadores profundamente conservadores, establecidos sobre los hábitos de la clase obrera más pauperizada.

Una medición más realista es la que elabora ATE-INDEC, que para enero 2021 fijó la “Canasta de Consumos Mínimos”, que incluye alimentación junto a otros bienes y consumos considerados elementales, para una pareja con 2 hijos menores, en $85.590 para GBA y CABA, $74.154,60 para Cuyo, $76.179,79 para el NEA, $74.468,90 para el NOA, $78.592,80 para la región pampeana, y en $83.711,10 para la región patagónica. Nótese que, teniendo en cuenta estas cifras mucho más realistas, vemos que ninguna paritaria recompone realmente el salario docente. En muchas provincias, incluso con jornada completa, un maestro queda por debajo de la línea de pobreza. Si tomamos una provincia que firmó una paritaria porcentualmente alta, como San Juan, el salario inicial para un maestro con un cargo orilla los 40 mil pesos, un 53% de lo necesario para no ser pobre en Cuyo. En Chaco, la oferta de Capitanich alcanza para cubrir cerca del 40% de esa canasta. En otras, como por ejemplo sucede en CABA o en Santa Cruz, las paritarias suben el salario unos pesos por encima de la medición de ATE-INDEC. Sin embargo, en primer lugar, la medición de ATE-INDEC es de enero, por lo cual debe sumársele la inflación acumulada a la fecha y, en segundo lugar, las últimas cuotas se van a cobrar entre agosto y noviembre, por lo que con una inflación que se espera sea del 47,5%, este aumento se verá pulverizado tempranamente. Por ejemplo, si tomamos el aumento de CABA, veremos que en octubre el salario inicial con jornada completa de un maestro será de $97.000, representando un 41% de lo que se estima que valga la canasta básica de ATE-INDEC para ese entonces, cuando en diciembre del 2020 el mismo maestro alcanzaba a cubrir el 44% de esa canasta. Es decir, los docentes porteños, como también los del resto del país, aun trabajando jornada completa, vamos a cerrar el 2021 siendo más pobres que en el 2020.

Aquí debemos señalar la responsabilidad que les corresponde a las direcciones sindicales en estas verdaderas paritarias de hambre que se están desarrollando. Obviamente, el sayo le cabe a la burocracia sindical peronista que, o bien apoyó los ofrecimientos tanto del gobierno nacional como de los distintos gobiernos provinciales, o bien se ve empujada a realizar acciones por parte de sus bases, pero las mismas son aisladas y no se transforman en un plan de lucha. Pero también, hay responsabilidad de la lista Multicolor, que no se propuso organizar un plan de lucha allí donde es dirección, como en Ademys o en las seccionales Multicolor del SUTEBA. Además, el reclamo central de la Lista Multicolor fue el protocolo lavandina, donde la vacunación es solo una condición más para el retorno a la presencialidad, mientras que LA recomposición salarial que demanda se limita a la canasta básica fijando el básico en $54.000.

Respecto al primer punto, ya señalamos que la vacunación debe ser el único requisito para el retorno a la presencialidad, y la misma debe ser masiva para proteger al conjunto de la clase obrera, dada la magnitud de la circulación que implica la presencialidad. Ese reclamo estuvo ausente en los diferentes planteos de la Lista Multicolor. En relación al segundo punto, ya dijimos que el trabajo docente contiene una enorme cantidad de trabajo fuera del aula (corregir, preparar clases, planificar actos escolares, diagramar las jornadas ESI, etc.). Por lo tanto, es fundamental discutir la extensión de la jornada. Un docente que necesita trabajar frente al aula de 8 a 18, poco tiempo tendrá para destinar a esas actividades extra-clase necesarias para su labor, y menos aún para continuar con su formación. Al mismo tiempo, el trabajo intelectual del docente requiere de la necesidad de acceso servicios y bienes culturales no contemplados por esa canasta. Es decir, a la reproducción biológica de la fuerza de trabajo docente, debe sumársele la reproducción intelectual de su fuerza de trabajo. Por ejemplo, un docente de lengua necesita adquirir cuentos y novelas asiduamente, o un docente de ciencias sociales o biología necesita acceder a los libros con los debates más actuales de la temática. ¿Cómo comprar esos bienes si tenemos un salario en la línea de pobreza? De allí la necesidad de exigir una recomposición histórica del salario, y reclamar un salario inicial testigo equivalente a dos canastas básicas totales reales, que reconozca al docente como trabajador intelectual, permita sostener una vida que valga la pena vivirse, y al mismo tiempo apuntale el resto de las luchas de la clase obrera. De lo contrario, los docentes nos veremos obligados a correr detrás de la inflación todos los años, en un país que degrada nuestros salarios constantemente. El salario equivalente a dos canastas básicas totales fue una conquista de los docentes en la década del ’30. Recuperar lo que nos quitaron en términos históricos debe ser el piso de nuestra lucha.

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