Mar del Plata: Justicia por María del Rosario Mariángeli

en Goyo Flores/Novedades

María del Rosario trabajaba en el hospital Houssay como enfermera, contrajo covid y el hospital se lavó las manos. Murió sin ningún tipo de ayuda y contra todos los derechos que una trabajadora esencial tiene.

Una semana después de dar positivo en la prueba de Covid-19, María del Rosario seguía esperando que el hospital definiera su situación y le proveyera el número de siniestro para ser atendida por art. Es decir, la enfermaron en el trabajo y no la ayudaron a solucionar su problema. La dejaron sola, junto con su compañero, después que ella haya dedicado su vida a cuidar la salud de los demás.

Al no declarar el número de siniestro el hospital Houssay ocultaba que la enfermedad la había contraído en el lugar de trabajo. Evitaba que se viera el caso como responsabilidad de la patronal. Esto para María del Rosario fue decisivo, ya que no pudo recibir atención médica de calidad inmediatamente. Solo después de siete días pudo ser trasladada al hospital Regional. La obra social HCP argumentaba no poder darle respaldo porque su empleador no había tramitado el caso como accidente laboral. Al cuarto día de internación en terapia intensiva le quitaron el respirador y decidieron mandarla de vuelta a su casa. Ahí sí, la ART tramitó una ambulancia para el traslado. Su marido insistió en que debía quedarse un tiempo más en terapia. Le negaron esa posibilidad argumentando que era peligroso porque podía contraer un virus intra hospitalario. Después de seis horas de espera la ambulancia de la ART llegó para trasladar a María del Rosario a su casa, donde finalmente falleció.

El cuadro es conocido y se repite en diferentes sectores obreros. La desprotección de la patronal y la negligencia matan. El compañero de María del Rosario declaró que ella seguía trabajando en plena pandemia para poder recuperarse de algunas deudas, que aun así lo hacía con mucho empeño porque era su vocación. No les importó esto a quienes deciden el destino de la salud desde un escritorio de alguna ART. La dejaron a la deriva, pensaron en los costos, en la ganancia y en la perdida. Y les pesó más su propio bolsillo que la vida de una trabajadora. Un nuevo crimen social que tenemos que soportar en medio de una crisis económica y sanitaria acuciante.

Nuestra vida depende de quienes piensan y actúan con el bolsillo, y nos niegan elementos de seguridad y atención médica. Tenemos que exigir el control obrero del sistema de salud como así también del sistema de ART y de obras sociales.

Justicia por María del Rosario.

Razón y Revolución Mar del Plata

Corriente Sindical Goyo Flores

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