Lo que dejaron las PASO

en La Hoja Socialista 23/Novedades

Este domingo en nuestro país se llevaron a cabo las PASO y es necesario realizar un balance de los resultados. La clave general de esta elección fue la bronca contenida por todo lo que el gobierno hizo mal, se va armando un ¡que se vayan todos! La diferencia con el 2001 es que, en aquel momento, ese descontento se expresaba en la calle y actualmente no.

Bien, la pregunta es ¿quién perdió? Claramente, la gran perdedora fue Cristina. Esta fue una rebelión contra el kirchnerismo, que perdió bastiones importantes en el Conurbano Bonaerense, en Santa Cruz, en La Pampa, entre otros. Justamente, los que ganaron fueron aquellos que pusieron más énfasis en ser anti-kirchneristas. Frente a este escenario, al gobierno se le abre un problema muy serio. Si no hace nada con todo esto, en noviembre va a sufrir el martillo de Thor.

Por otro lado, si nos enfocamos en la oposición, vemos que para ellos hay muchas cosas claras. Se ha construido un tobogán hacia el 2023. Obviamente, en Argentina dos años es un universo y para noviembre faltan dos meses, pero el camino para Larreta es casi directo. Tiene Buenos Aires sin nadie que le haga sombra. El PRO hizo una excelente elección en el Conurbano. Por su parte, los radicales no hicieron grandes elecciones.

Estas elecciones fueron muy importantes porque mostraron que la idea de que el peronismo no puede ser vencido en Buenos Aires es falsa. Acá no hay de ninguna manera relaciones fijas ni identidades coaguladas. Hay un núcleo, pero es muy volátil. Existe un economicismo de fondo: si hay plata te voto sino voy con el otro. Hay una relación muy inmediata entre economía y política. Algo que no sucedía en los 70 donde había estructuras políticas coaguladas. Esto es lo que está señalando que Juntos por el Cambio, con toda su heterogeneidad, es una realidad que vino para quedarse y que puede pelear hoy con el peronismo, que hoy no tiene jefe porque se está desmoronando Cristina.

Si vamos para los extremos, vemos que no se puede entender a Milei sin el famoso discurso anti-zurdo, bien bolsonarista. Javier expresó mejor que nadie el ¡que se vayan todos! Ganó el porcentaje de votos que sacó por ser anti-establishment. Y el repudio de la gente también se manifiesta en la falta de asistentes que hubo, la mayor desde el ‘83. Y a eso hay que sumarle el voto en blanco y el voto nulo. Hay una rabia contenida que no se mueve. 15% de electores que dijeron “no voy a votar” comprenden la tercera fuerza. Y es claro, durante la campaña electoral nadie le propuso nada a la gente, entonces, ¿qué van a ir a votar?

Del otro lado, tenemos a la izquierda, quien según los medios habría hecho una elección histórica. Algo bastante lejos de la realidad. Si ponemos el foco en la cantidad y no en el porcentaje y observamos esta variable en los últimos años, vemos que obtuvieron cerca de 1.100.000 votos. Esto nos dice que la izquierda no ha visto modificaciones en su votación. Y es inalterable a la coyuntura. La economía va bien y sacas un millón de votos, la economía va mal y sacan lo mismo.

Cuando vos sos inmune a la coyuntura quiere decir que estás en otro mundo. Y a la larga te achicas porque el padrón cada vez se agranda más y vos seguís sacando la misma cantidad de votos. Esto quiere decir que la izquierda está festejando el éxito de un fracaso. Estamos viendo que estos sectores de izquierda no van ni para atrás ni para adelante porque para qué va a votar la gente a una fotocopia si tienen al original. En este sentido, la crisis del kirchnerismo en realidad no es interpelada por la izquierda, sino que es acompañada. En este contexto no crecen.

Lo que han demostrado los resultados de las elecciones es que está faltando un proyecto. La dirigencia política argentina, desde la izquierda hacia la derecha, no saben qué quieren hacer con el país. Por ello es hora de una nueva izquierda que levante un programa obrero y socialista para la Argentina.

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1 Comentario

  1. Muy buena nota. Yo agregaría que es notable que «la izquierda» (cada vez dudo más de rotularla así, mida sus éxitos o fracasos no por organización y conciencia sino por los mismos criterios de los partidos burgueses: o sea votos aquí y allá, cuántos legisladores tengo, si soy o no la tercera fuerza. Y más allá de esos criterios un eje de preocupación sería que un millón y medio de personas, en medio de una crisis pavorosa, eligieron a los liberales y no a la izquierda… y ni hablar que 32% no votaron y que 4% lo hicieron nulo o en blanco. ¿Por qué no elifgieron al FITU? Esa pregunta ni se les ocurre, todo en medio de la alegría de poder mantener sus espacios parlamentarios. Increible, estan a la derecha de la APR de 1973, del PI de 1983, y obviamente de la IU de 1989.

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