Lluvia de dólares
EE.UU.: recuperación lenta y tasas negativas
Osvaldo Regina
Colaborador
En esta breve nota, nuestro colaborador analiza cómo la emisión monetaria fue una de las herramientas de los EE.UU. para recuperarse, lo cual muestra que la crisis está lejos de haberse resuelto.
En las últimas cuatro décadas, la cantidad de dinero en EEUU se multiplicó por ocho, mientras que sus precios al consumidor se cuadruplicaron (ver gráficos). Esto parece reafirmar para el largo plazo la relación cuantitativa clásica entre precios y dinero. En el corto plazo, sin embargo, el ritmo acelerado de creación de dinero por el banco central produjo un efecto inflacionario menor.
La emisión monetaria creció nada menos que un 68% entre 2007, cuando estalló la crisis de las hipotecas, y 2012. Esa emisión resulta de una política destinada a facilitar el crédito barato e incluye a los nuevos billetes y monedas puestos en circulación, además del aumento de los saldos de depósitos en cuentas corrientes. En el mismo período, la inflación de precios al consumidor acumulaba un aumento del 11%. El escaso impacto en precios se debe principalmente a la debilidad percibida en la recuperación productiva post crisis, lo que se expresa principalmente en el sostenimiento de un desempleo muy elevado, todavía en 7,6% a mayo pasado.
Donde sí afecta a los precios esta política monetaria es en el mercado bursátil, en el que esta intensa emisión monetaria permitió sostener elevadas las cotizaciones de bonos y acciones. Así, desde 2012 quedaron reiteradamente por debajo de la inflación las tasas implícitas de renta de los Bonos del Tesoro emitidos a menos de 30 años. Eso comenzó a cambiar hace pocas semanas, luego de las amenazas anti-burbuja bursátil de Bernanke, presidente del banco central (FED), que hicieron caer las cotizaciones y revirtieron los rendimientos reales negativos de la inversión en bonos.
Sin embargo, la razón entre dinero y producción (ver gráfico) evidencia que el grado de monetización de la economía creció al actual 15% desde niveles muy bajos del 10%, lo que todavía le permitiría sostener el actual ritmo de emisión por bastante tiempo más antes de igualar los niveles de las últimas cuatro décadas, superiores aún en 2,5 puntos porcentuales del producto. Si así lo deseara el banco central.