Las PASO entre la fantasía y la realidad

Este fin de semana son las PASO y es necesario recordar y analizar algunas cuestiones. La próxima elección tiene importancia, pero no la que se le suele atribuir ya que, en términos estrictos e institucionales, no se juega el destino del país. Y esto es así por dos motivos.

En primer lugar, como se dice por ahí, un diputado más para un lado y dos senadores más para el otro, no van a cambiar el Congreso. Este va a seguir con la misma dinámica que tiene actualmente. En segundo lugar, por más de que efectivamente en esta elección estuviéramos eligiendo mayoría completa en el Congreso o incluso un presidente para el país, el poder real está en otro lado. Los legisladores van a hacer lo que quieren o, mejor dicho, lo que le va a dictar el dinero o los que invirtieron en su campaña electoral.

Para nosotros, ese despilfarro que implican las elecciones y las campañas bien podría ser empleado en mejorar nuestras condiciones de vida, pero para los candidatos y para quienes hacen sus aportes monetarios ese gasto se transforma en inversión. Es una carrera por un cargo que les permite conseguir más dinero como gestores del capital. Y llegar a ese puesto también implica recibir parte de ese dinero que se negocia.

Ahora bien, en esta primera elección sí se juegan un par de cuestiones que tienen que ver más con el clima político y nos permiten realizar una primera medición. En primer lugar, el tamaño de la crisis política, es decir, el grado de aceptación que tienen los partidos que hoy gobiernan. Recordemos que en Salta y Corrientes hubo alrededor de un 35 o 40% de abstención electoral sobre el padrón y un voto en blanco también bastante grande. Alrededor de 13% sumando los impugnados.

El segundo elemento que se va a medir es el resto que tiene el gobierno de Alberto. Sobre todo, porque los dos candidatos que se postulan ahora para Capital Federal y Buenos Aires son de Alberto. En tercer lugar, se va a observar quién lidera la oposición. Acá hay una serie de discusiones que tienen que ver con las internas, con las listas que hay en Capital: Larreta-Vidal; López Murphy; el radicalismo. Una de las elecciones más importantes está en la Buenos Aires entre la lista de Santilli y la de Manes. Ambos con una misma perspectiva de ocupar el lugar del peronismo local. Y, por último, se mide la interna del gobierno. No sólo de los candidatos del actual presidente sino también de las diferentes provincias donde hay varias disputas.

Ninguna campaña de las que estamos viendo en los medios habla de la realidad. El país está en una crisis similar a la del 2001, se está derrumbando. Tenemos altos índices de indigencia, de inflación y una moneda que se está destruyendo, liquidando. Cada vez, hay más conflictos sociales y nadie habla de eso.

El único que siempre aparece con cierto realismo en su tono es Milei que, con su campaña que parece propaganda fascista, está de alguna forma expresando la situación en la que está la gente: enojo, violencia, indignación. Y su éxito de alguna forma tiene que ver con que nadie habla de eso y él sí. Obviamente lo que plantea sólo nos conduciría a acelerar el derrumbe.

Ahora, si al gobierno le va mal en el resto de las PASO, hay dos escenarios posibles. O va a tratar de quemar las naves emitiendo pesos a lo pavote, lo que implicaría más devaluación, más inflación. O se va a devaluar el tipo de cambio. Por su parte, Cristina va a tratar de intervenir en el gobierno de Alberto. Y la pregunta es si Alberto se va a dejar intervenir. El presidente se vino apoyando en los movimientos sociales, de ahí Arroyo. En cambio, “la jefa” está buscando una especie de Duhaldización del gobierno, es decir, manejar los planes por la vía de los intendentes y no por los movimientos sociales.

En medio de esta crisis, ¿a qué apunta la izquierda? A ser tercera fuerza. En lugar de enfrentarse al gobierno y denunciarlo, se presentan como si todo estuviera bien: “votanos para que haya una tercera fuerza” o para que “no vuelva el FMI” en el caso de Altamira. Tenemos una izquierda que defiende la democracia y a Alberto. Son todos iguales y no van juntos porque buscan cargos. Esa izquierda obviamente no tiene nada que ver con la lucha por el Socialismo, que es la única salida real que tenemos los laburantes.