Las mentiras del CONICET y la organización de los investigadores

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La situación de los investigadores ingresantes al CONICET sigue siendo preocupante. A la ausencia de reglamentación y plazos para los ingresos, se ha sumado este año demoras injustificadas en las efectivizaciones, la intervención del Ministerio de Modernización y una ausencia de comunicaciones oficiales que ponga en conocimiento de los afectados lo que está sucediendo. Tras varias movilizaciones motorizadas por JCP, el CONICET destrabó algunos ingresos y se comprometió a un cronograma de efectivizaciones (que resulta insuficiente porque existe un remanente de ingresantes sin fecha pautada). Sin embargo, la tanda comprometida para agosto sigue a la espera. Sumado a ello, nos enteramos que Modernización estaba trabando las altas de algunos compañeros. Estos casos aparecían como observados por no haber presentado el título. Ante esta situación, se convocó a una asamblea conjunta de JCP y ATE, en donde se decidió movilizar a Modernización. Allí nos recibieron las autoridades del Ministerio quienes adujeron que, por su parte, las altas ya se habían destrabado y nos sugirieron ir a reclamar a Conicet. Un pequeño grupo de compañeros nos movilizamos a Conicet a exigir explicaciones y la inmediata solución de los casos de los observados. Los funcionarios alegaron que no era cierto lo que nos dijeron en Modernización, que seguía revisando los concursos y que ellos intentaban acelerar. Sin que ninguna autoridad se haga cargo de nada, y con cientos de compañeros en total incertidumbre, la situación es que hasta el momento de los 800 ingresantes solo han tenido el alta menos de la mitad.

En este contexto, la preocupación llevó a muchos compañeros a acercarse a diferentes instancias de organización. JCP se mostró como la herramienta gremial más dinámica, conformando la comisión de ingresantes y motorizando la lucha con varias acciones, desde movilizaciones, cortes de calle y pedidos de reunión con las autoridades. Gracias a ello se consiguió que Conicet efectivizara dos tandas y se comprometiera a un cronograma de ingresos. Se trata de conquistas que, aun siendo parciales, no se hubieran logrado sin la movilización.

En contraste con ello, ATE Conicet parece empantanado en cierto inmovilismo. Hasta la asamblea conjunta con JCP, el gremio no había tomado el problema de los ingresantes y de Modernización en sus manos, en gran medida restándole gravedad al asunto. Los delegados de ATE se oponían a movilizarse a Modernización, con el argumento de que seríamos pocos. Pero a ello no oponían ninguna propuesta. Entonces, ¿qué hacíamos con los compañeros que tienen su ingreso parado? La desmovilización no parece la mejor alternativa frente a un problema acuciante. De hecho, la Junta Interna desestima a tal punto el problema que la movilización fue convocada solo por Ate Saavedra 15 (una dependencia del Conicet que es la más activa dentro del gremio). Pero efectivamente, la movilización mostró resultados positivos, lo cual evidenció nuevamente que es la única manera de obligar a la patronal a atender nuestros reclamos.

Otro elemento que muestra el inmovilismo y la falta de voluntad de organizar compañeros es la situación en el Instituto Gino Germani. Allí los investigadores se organizaron, hicieron una campaña de afiliación y eligieron una comisión interina, a falta de la convocatoria a elecciones de delegados por parte del gremio. No solo no hay convocatoria a elecciones, sino que ni siquiera hay convocatoria a asambleas. Las únicas asambleas de las que se tiene conocimiento son las que se convocan en Saavedra 15, para los trabajadores de esa dependencia. Pero los trabajadores del resto de los institutos no son llamados a ninguna asamblea. Las decisiones las toma la Junta Interna sin convocar a asambleas de base del conjunto de los trabajadores. La convocatoria a asambleas del conjunto de los trabajadores de todos los institutos es indispensable para la democratización de ATE Conicet, lo cual probablemente acercaría a un conjunto de compañeros que no encuentran instancias de participación gremial.

Nota aparte merecerían quienes militan en Científicos y Universitarios Autoconvocados. Se trata de una corriente política kirchnerista dentro del ámbito científico que se conformó inicialmente para hacer campaña por Scioli y que hoy continúa militando por el “vamos a volver”. Esta agrupación se hizo presente en la asamblea conjunta de JCP y ATE para tratar el problema de los ingresantes, pero se retiró antes de la votación. Sin ninguna preocupación por las instancias democráticas, fueron a la asamblea de ATE Saavedra 15 a reclamar porque no fueron consultados por las medidas votadas luego de la asamblea. Para que se entienda: querían que ATE los consultara en exclusiva sobre las medidas, luego de que se había votado en la asamblea. Pretendían, además, firmar la convocatoria de JCP y ATE Saavedra 15 (si se los hubiera consultado…). ¿Por qué una agrupación política pretendía tener ese privilegio burocrático, sin pasar por las instancias de decisión colectiva y democrática? Según ellos, porque JCP también sería una organización política y no gremial y ello debían tener el mismo derecho a firmar los comunicados. Algo que llamaría a la risa si no fuera una completa falta de respeto a los compañeros que hace años vienen luchando por los derechos de los investigadores precarizados como becarios. Si JCP existe es porque ATE Conicet no mueve un pelo por los becarios (así como tampoco por los investigadores). Y JCP se constituye como un gremio, aun sin tener la formalización legal. Allí intervienen distintas corrientes políticas y muchos compañeros independientes. Se dan discusiones, se convocan a asambleas frecuentemente, existe una lista de mails que dinamiza la participación, y ha sido el único gremio que planteó movilizaciones gracias a las cuales se consiguieron varias conquistas para los becarios como la Obra Social, el pago de varios aguinaldos y la resolución de casos conflictivos. Autoconvocados, en cambio, es una corriente política que defiende a un sector de la patronal (algunos aun son miembros del directorio), que hasta el 10 de diciembre defendía las políticas de precarización de los investigadores. Dicho sea de paso, Autoconvocados no se hizo presente en la movilización a Modernización, a pesar que plantearon que querían participar de todas las acciones de lucha. Pero sí organizaron una actividad en el marco de la Marcha Federal a la que propusieron a ATE como convocante, junto con la agrupación de Salvarezza y cia.

A nivel gremial, los investigadores (becarios y de planta) tenemos un déficit. El gremio que nos acoge se niega sistemáticamente a salir a luchar y quienes salen a luchar se constituyen como un gremio de hecho, pero parcial. Parcial porque solo buscan incluir becarios y porque no se deciden a inscribirse legalmente como tal. Aunque la posición dominante es que hay que afiliarse a ATE, tampoco se decide disolverse dentro de ese gremio. Es decir, hay un debate no saldado. Los investigadores necesitamos nuestro propio gremio. No para dividirnos del resto de nuestros compañeros, con quienes mantendríamos acciones de lucha común, sino para poder dinamizar los reclamos propios, que son muchísimos (desde la inclusión de los becarios como el primer escalafón de la carrera, hasta las pautas de evaluación y permanencia en la carrera, entre otros). JCP ha demostrado ser una herramienta valiosa que podría ser útil para organizar a los investigadores sin fragmentar entre los precarizados y los de planta. Llamamos a los compañeros a dar un paso al frente y avanzar en la constitución de un Sindicato de Investigadores.

 

Razón y Revolución

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