La vida que nos ofrecen. Sobre la detención de los choferes que atacaron a Berni

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El slogan “cárcel o bala” acuñado por Espert en referencia a los piqueteros, es un buen resumen de las opciones que el gobierno le ofrece hoy los trabajadores que salieron a protestar por la inseguridad que sufren diariamente. Los choferes Jorge Oscar Galiano y Jorge Ezequiel Zerda fueron detenidos por la agresión a Berni, en un operativo conjunto de la policía bonaerense y la policía de la Ciudad. Ambos participaron de las protestas por la muerte de Daniel Barrientos y atacaron al ministro Berni, hartos no solo de sus promesas incumplidas, sino de las condiciones en las que tienen que trabajar y vivir. Son manifestaciones de un hartazgo generalizado que se empieza a transformar en rebelión, aun desorganizada. Así el lunes pararon de forma espontánea y auto organizada, y lo mismo sucedió hoy.
Esta rebelión incipiente tiene un componente importante, porque quienes la protagonizan identifican claramente que esto no es un simple problema sindical, sino que se trata de un asunto político. Alí está la conciencia de que esto no se soluciona con la lucha sindical, sino que hace falta plantear soluciones políticas. Uno de los trabajadores declaró hoy que él había votado a este gobierno y que se arrepiente, porque no hace ni plantea ninguna solución a todos los problemas obreros. También explicó que el propio sindicato, la UTA, es quien le avisó que sería despedido. Lo que muestra la total connivencia entre el sindicato, la patronal planera del transporte y el gobierno. Pero eso no amedrentó a los trabajadores porque saben que las opciones que les quedan no son mejores. La crisis política se abre paso de forma acelerada.
Si no aparecen alternativas, lo más probable es que estos trabajadores terminen acercándose a quienes se presentan como la anti “casta”, aunque sean parte de ella, como Milei. Por eso, presentar un programa socialista realista es tan importante hoy en día. La inseguridad es un problema que afecta principalmente a la clase obrera más pauperizada y no pude desestimarse (garantismo), ni simplificar el problema (mano dura). A la degradación social hay que oponerle una solución superadora: una sociedad que construya relaciones sociales en lugar de destruirlas, que garantice trabajo, vivienda, alimentación y condiciones dignas. A eso debe sumarse una serie de medidas más inmediatas como la garantía de condiciones de seguridad en los lugares de trabajo, la reformulación de las condiciones laborales de las fuerzas de seguridad, incluyendo la sindicalización que les permita organizarse como trabajadores y enfrentarse a su patronal.
Repudiamos la represión sobre los trabajadores y apoyamos el paro. La lucha que están emprendiendo puede y debe avanzar hacia el cuestionamiento no solo de los gobiernos de turno, sino de la forma en que está organizada nuestra sociedad, donde la degradación de las relaciones sociales se profundiza al punto que nuestra vida está en riesgo constantemente. La clase social que gobierna nos destina a una vida de miseria. Por eso, es necesario plantearse la reorganización de la sociedad bajo otras premisas y con la dirección de la clase obrera: el socialismo.

Razón y Revolución

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