En 1962, el gobierno de Rómulo Betancourt, quien había firmado la Alianza para el Progreso con J.F. Kennedy contra la Revolución Cubana, ilegalizó los partidos socialistas y comunistas. Hoy, el régimen chavista de Maduro hace exactamente lo mismo. Esta vez, con la complicidad del gobierno restauracionista cubano.
En el día de ayer, 11 de agosto, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) avaló la intervención del Partido Comunista Venezolano entregándole todas las pertenencias y siglas a una “comisión ad hoc”, tal como lo reconoce el propio fallo, y quitándole la dirección del partido a sus veraderos dirigente votados por los militantes. El TSJ no perdió el tiempo. La semana pasada había declarado una sentencia condenatoria a seis luchadores sociales y había intervenido la Cruz Roja venezolana.
El PCV fue hasta anoche el único partido partido de oposición a Maduro que, siendo aliado al chavismo, se separó por su política económica liberal contra los venezolanos. Ya estaban prohibidos el PSL, Marea Socialista, Bandera Roja , el PPT, Compa, el PRT y los Tupamaros. Todos intervenidos por el TSJ. Todo esto se produce cuando hay 300 presos políticos y una aguda militarización de las políticas públicas ciudadanas. Nuestra total solidaridad con los miembros del PCV y sus células.
Llamamos a todas las organizaciones de izquierda a conformar un comité que defienda las libertades políticas y sindicales de los trabajadores.
-Por la restitución del PCV a sus verdaderos militantes.
-Por el levantamiento de la proscripción a los partidos de izquierda.
-Fuera la dictadura de Maduro.