La solución real al problema creado por el espacio que Muffarotto integra implica una política educativa completamente distinta. En primer lugar, el estado tiene la obligación de dotar de material tecnológico gratuito a toda la comunidad educativa, docentes y estudiantes. En segundo lugar, garantizar una calidad comunicacional: internet de calidad gratis para todos. En tercer lugar, contratación de personal docente para realizar seguimiento del proceso educativo a distancia y cuando se retome la cursada en condiciones seguras; y de personal técnico, para cada escuela a los fines de asistir y colaborar en la diagramación de las clases a distancia y las plataformas escolares. Esto resolvería el problema de los docentes suplentes sin horas a su cargo, a los que el gobierno no les está dando ninguna solución. Es obvio que este tipo de soluciones reales no pueden salir de la boca de quienes adhieren a un modelo político de degradación educativa y abaratamiento de la fuerza de trabajo.
Por su parte, Maximiliano Berestein expresó el llanto de las Pymes, y pidió alivio fiscal y eximición de tasas. Su “solución” al “problema económico”, no es más que un plan de continuidad del problema que nos trajo a esta crisis: sostener patrones ineficientes, criar parásitos. ¿Y para los trabajadores? Ahí otra vez vimos el peronismo en todo su esplendor: cooperativas. Básicamente, Berestein pide al Estado que emplee a trabajadores en negro, sin aportes, sin convenio y por sueldos miserables. Está claro que en Junín hay mucho para hacer, hay muchas necesidades por cubrir. Pero para resolverlas hay que emplear trabajadores en blanco, en planta permanente, bajo convenio y con un salario no menor a dos canastas básicas. No queremos miseria. La propuesta del FDT es un verdadero mercado negro de la fuerza de trabajo blanqueado por un discurso progresista: “estamos dando trabajo” hay que leerlo como “estamos degradando tus condiciones de vida”.
Por su parte, Lautaro Mazzutti argumentó sobre la posibilidad de extraer fondos del aumento porcentual impositivo que se cobra a financieras y bancos. Con este discurso dice presente otro tópico peronista: crear la idea de un capitalismo malo (financiero) enfrentado a un capitalismo bueno (productivo). Los trabajadores no tenemos por qué levantar la bandera del capital productivo contra el capital financiero. No tenemos por qué dar apoyo a los que nos explotan como a los que se reparten el fruto de nuestra explotación. Lo que debemos hacer es repudiar a ambos como parte de un mismo sistema. Por lo tanto, la única solución racional a la crisis, es la expropiación de todos los patrones, del primero al último.
Del espacio oficialista salió a responder Javier Prandi, quien solamente acepto la derrota del gobierno y de la oposición, al decir que todo eso ya está implementado y que aún seguimos en crisis. Una declaración de impotencia, que muestra bien la inutilidad de quienes nos gobiernan, sean macristas, kirchneristas, albertistas, radicales o la variante patronal que sea.
En Junín, la clase obrera solo puede superar la crisis, saltando los laberintos de la política peronista y macrista. Es momento de dar un paso al frente, y empezar a organizarnos.
Que la crisis la paguen los patrones.