Desde el 29 de octubre, cuando se produjo el desalojo de Guernica, la tropa K salió a mentir descaradamente. Tres personajes estuvieron en el centro de la escena: los ministros Larroque y Berni y el periodista Verbitsky. Todos kirchneristas. Que las familias ya habían arreglado, que era la izquierda que la quería pudrir, que los gases lacrimógenos fueron tirados por los activistas. Todas mentiras. Vayamos a la verdad.
Después de cuatro meses de toma y dos intentos de desalojo, postergados por la lucha, por primera vez había cierta posibilidad de que la toma se levante de manera pacífica. El lunes 26 hubo una reunión y un acta que estipulaba un realojamiento y una Comisión de Seguimiento para su control. El compromiso era entregar 650 lotes en unos meses (de 200 m2, con servicio de luz y agua potable, escriturables) en la localidad de Presidente Perón.
Esto cubría a las familias censadas en septiembre. Dejaba, sin embargo, en una zona gris a 896 familias del censo de octubre a las que se le daría una “solución” similar a las anteriores, pero sin especificar nada por escrito. Se trataba solo de una nueva promesa que seguía sin dar respuesta a más de la mitad de las familias. A esto se sumó el famoso subsidio de 50mil pesos, que ayer ya Axel desmintió.
El acuerdo era insuficiente. Pero significaba la posibilidad de negociar sin el revólver del desalojo que el gobierno le ponía en la cabeza a las familias. Sí, el gobierno y no la Justicia, porque no se puede pensar que la misma fuerza política que consigue impunidad a toda su runfla de delincuentes K, se permita marcar la cancha por un fiscal perdido en una UFI de Presidente Perón.
El miércoles, tres de los cuatro barrios votaron a favor. Cuando los delegados se presentaron a firmar el acta, Larroque les dijo que ya era tarde, que tenían tiempo hasta el martes. Pero si la propuesta fue hecha el lunes, no había forma de discutirla en 24hs. Parece que acostumbrado a obedecer a la jefa, este matoncito de escritorio no puede entender una asamblea de discusión real.
Así las cosas, el desalojo se produjo. Contra todas las regulaciones del tema, las fuerzas policiales ingresaron en la madrugada y no a la luz del día. A las 5am, en contacto con Kicillof, Cristina y Alberto, Berni comenzó a desalojar a palazos, balas de goma e incendiando las casillas de las familias, con mujeres y niños presentes. Hasta se montaron emboscadas fuera del terreno con patrulleros, hidrantes, infantería y helicópteros. Berni, que juega al Rambo, tuvo que llevar 4000 efectivos para desalojar a familias que solo pedían un techo.
Los hechos muestran dos cosas. Uno. Kicillof nunca buscó una solución real. En cuatro meses, no hizo ninguna oferta concreta. Cuando apareció un acta, fue él quien la rompió. Quería reprimir, esa es la verdad. Ahora habla de construir 33mil y 91mil lotes para cubrir “solucionar” el problema de… un millón de obreros sin vivienda o hacinados. Kicillof se tiene que ir, por inútil.
Dos. El objetivo del gobierno provincial era demostrar que ellos podían llevar adelante una represión. Decir “ellos” es decir Cristina, ya que se trata de tres delfines suyos. El desalojo se produjo luego del llamado a la “unidad nacional” que no es otra cosa que unidad de la burguesía contra los trabajadores. El gobierno provincial no cedió frente a los sectores conservadores, ni se dejó correr por un Juez y un fiscal. Hizo lo que Cristina indicó que se haga.
De todo esto hay una valiosa lección El kirchnerismo viene a apalearnos y hambrearnos. Ante la unidad que comienza a construir la burguesía, debemos oponerle nuestra unidad. Es necesario poner en pie una Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados que logré dar respuesta a los problemas de conjunto de la clase obrera. Es momento de que gobernemos nosotros.
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