Gobernar para los patrones con los sindicatos de testigo

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Sobre los obreros expulsados en la obra cloacal de Villa del Parque

Obreros de la construcción de las localidades de General Rodriguez y Moreno que trabajaban en Junín fueron retirados de una obra cloacal en Villa del Parque y acusados de romper la cuarentena. Los vecinos del barrio denunciaron irregularidades en la obra, apuntando que los trabajadores circulaban por las calles. El personal de seguridad y la policía ecológica se acercaron al lugar y decidieron enviar a los trabajadores a sus lugares de origen. El Municipio apuntó contra la responsabilidad individual de los trabajadores. Pero la responsabilidad es claramente de la patronal y el Municipio.

Por un lado, la empresa obliga a un grupo de obreros de afuera de Junín a pasar el periodo de trabajo en un obrador precario. El municipio se sabe conocedor del asunto al afirmar que “debían estar en el obrador”. Del mismo modo, el municipio se hace el tonto en lo que hace a los controles de ingreso, dado que envía a la seguridad a analizar algo sobre lo que ya tenía conocimiento: los obreros entraron por alguno de los accesos con controles. Se trata de una rosca entre Municipio y patronales orientadas a bajar costos de producción: primero gestiono y coordino esfuerzos para que una empresa incumpla la cuarentena y después salgo a decir que puedo ocuparme de la seguridad en cuarentena.

Frente a esto, Eduardo Diotti -secretario general de UOCRA Junín- no emite palabra, avalando así la situación y las paupérrimas condiciones de trabajo de los obreros. No es llamativo si recordamos que Diotti es un puntero peronista más, que pulula en el ámbito sindical a partir del ejercicio de la violencia. Nada le importa a él ni al municipio el estado de los obreros quienes debían hacer la cuarentena dentro del obrador. En una situación crítica para el sistema de salud todos sabemos la importancia de las condiciones de higiene. Todos menos Petrecca, Rosa, Chami y Diotti. Municipio, seguridad y sindicato las tres cabezas unidas para mandar a los obreros a vivir en un agujero. Y después culparlos del desastre sanitario de la pandemia.

No llama la atención esta práctica irresponsable por parte del arco de representantes de la burguesía tanto políticos como sindicales. Basta recordar que desde Fernández hasta Kicillof, todos hacen hincapié en que la cuestión de la salud hoy pasa por la conciencia personal y el cuidado individual. Para esta gente, salir a ganarse el mango para poder comer y alimentar hijos no es un problema. Los que sí tenemos que hacerlo sabemos lo difícil que es. Sobre todo, porque quienes nos explotan no nos dan las condiciones básicas de seguridad laboral, y más aún, porque el Estado y la burocracia del sindicato hacen la vista gorda, al mismo tiempo que engordan sus bolsillos.

Los obreros de la construcción que hoy fueron expulsados de Junín como si trajeran la peste a la ciudad son víctimas, no culpables. Los culpables de esta situación son los empresarios, los políticos y los sindicalistas que negocian con nuestra salud para enriquecerse. Esa es la peste más feroz que debemos exterminar.

Razón y Revolución Junín – Corriente Clasista Goyo Flores

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