Este miércoles tendrá lugar una sesión extraordinaria en el Congreso a los efectos de discutir el proyecto del massismo y del kirchnerismo, que busca retrotraer las tarifas de servicios a los niveles de noviembre de 2017. La tropa cristinista, agrupada en el espacio 21F, y el PJ Bonaerense, convocaron para ese mismo día a una movilización bajo la consigna “Si hay veto, habrá paro nacional”. La estrategia es suficientemente clara. No importan realmente los tarifazos, de lo que se trata es que el proyecto se apruebe y Macri se vea obligado a vetarlo, tal como ya lo anunció. No se pretende, entonces, enfrentar el ajuste sino construir las candidaturas de cara al 2019. Hay que ser ingenuos para ver allí algo parecido a una “resistencia”. Sin embargo, el PTS, a pesar de haber presentado su propio proyecto, concurrirá mañana a apoyar el de la oposición burguesa.
Los proyectos
El principal objetivo del proyecto de la oposición burguesa es retrotraer las tarifas a los valores de noviembre de 2017 y congelarlas por un mínimo de 12 meses, considerando a estas como “tarifas justas, razonables y susceptibles de ser aplicadas”. Luego, estipula revisiones anuales ajustadas para el caso de los hogares, a la evolución del Coeficiente de Variación Salarial medido por el INDEC. Para el caso de las Pymes, cooperativas y fábricas recuperadas, se establece un congelamiento de nueve meses, ajustable en función del Índice de Precios Internos al Mayor del INDEC. Mantiene, a su vez, el esquema de tarifas sociales, y sugiere una reducción del 21 a 10,5% de IVA en las tarifas para hogares y del 27 al 21% para empresas. Este último punto, previas negociaciones con el macrismo, ya ha sido descartado.
Se trata de un proyecto repudiable. En primer lugar, porque acuerda con un punto sustancial del macrismo: hay que aumentar las tarifas y ese aumento lo tienen que pagar los trabajadores. En segundo lugar porque contempla beneficios para las patronales, y de las peores: las pymes. En cuanto a la retracción de los valores el problema no es que “se queda corto”. El problema de fondo, no es la tarifa, sino la caída salarial y la degradación de las condiciones de vida que la burguesía viene imponiendo a diestra y siniestra desde mediados de los ’70. La actualización de los valores en función de un salario que, paritarias de por medio, siempre queda detrás de la inflación, no mejora el asunto porque no altera el peso que de conjunto tienen los servicios sobre nuestros bolsillos.
Por su parte, el PTS, a través de Del Caño y Seligra, presentó su propio proyecto. En este caso, las tarifas se retrotraen al 1 de enero de 2016, y se plantea la creación de una Comisión de Auditoria compuesta por delegados de las empresas y profesionales de las universidades públicas para “dilucidar el destino de los subsidios”. Ello va de la mano de la apertura de los libros de contabilidad, que la Comisión deberá revisar e investigar los movimientos de las empresas para informárselo al Congreso y proponer nuevos cuadros tarifarios. Si la Comisión encuentra que se incumplieron los pliegos contractuales entre las empresas privadas y el Estado, serán caducadas las concesiones. Finalmente, propone la nacionalización de los servicios públicos como el agua, cloacas, hidrocarburos y transporte público.
Puede decirse que es un proyecto un tanto más avanzado, pero no deja de ser limitado. Que las tarifas se retrotraigan un año más atrás, no cambia el asunto. No importa si lo retrotraemos a 2017 o a 2015. Ya en el kirchnerismo las tarifas con todos sus subsidios, dejaban a millones en la indigencia. En segundo lugar, la investigación de las cuentas de las empresas es saludable y puede servir para poner sobre la mesa los negocios de la burguesía. Pero el criterio no puede ser evaluar si el subsidio se usó bien o no. La clase obrera no tiene por qué pagar ni los tarifazos ni los subsidios, que siempre salen de sus bolsillos. Finalmente, sorprende que en el articulado en ningún momento se plantee la estatización bajo control obrero. No cambia demasiado que pasen de manos privadas a públicas, si las empresas no van a estar controladas por quienes las ponemos a andar.
Construyendo a Cristina
A pesar de tener un proyecto propio, el PTS mañana estará presente en la movilización kirchnerista. Si le creemos a sus comunicados, incluso el FIT participará de la movilización, aunque hasta el momento ni Izquierda Socialista ni el Partido Obrero lo han confirmado (pero tampoco desmentido…). ¿Cuál es la propuesta? Convocar a las 9.30hs frente al Congreso para rechazar los tarifazos y quedarse allí hasta confluir con los kirchneristas a las 18hs. Delimitarse ridículamente para acordar en lo sustancial. No se puede decir ingenuamente que es la oportunidad para enfrentar los tarifazos. Hubo muchas y el FIT las dejó pasar. Hay aún posibilidades de hacer algo distinto. Pero ir mañana al Congreso es ir a apoyar la salida kirchnerista. Los compañeros del PTS no son ingenuos, son conscientes de lo que están construyendo pero no se animan a decirlo públicamente. Por eso mismo Myriam Bregman se sienta amablemente a charlar sobre “violencia institucional” con los antiabortistas del Papa y el Movimiento Evita.
Si el FIT realmente quisiera enfrentar los tarifazos, podía haber desarrollado una iniciativa propia. A esta altura, es obvio que hay un descontento potencial que puede desarrollar si existe un canal para ello. Pero el FIT se comporta como una oposición burguesa: presenta proyectos en el parlamento, cada tanto moviliza al Congreso y en eso se acaba todo. Como en la mayoría de las ocasiones se duerme en los laureles, termina por colgarse de Cristina. Lo vimos con el ruidazo, la marcha de las antorchas y lo vamos a volver a ver mañana. Su estrategia no es muy diferente a la del kirchnerismo: que Macri aparezca como el peor de todos y que el descontento que esto genere sea canalizado en las urnas el 2019. Por qué trabajadores pondrán en su sobre la boleta de Del Caño y no la de Cristina, es algo que no sabemos, porque no hay ninguna delimitación y ante la igualdad de salidas, preferible votar a alguien que muestra posibilidades reales de ganar. Lo que mañana se va a estar construyendo frente al Congreso, es la candidatura de Cristina.
Por una salida socialista
El problema de fondo es que hace años vivimos en un espiral de degradación al punto que el grueso de la clase obrera no pueden pagar las tarifas reales de los servicios. Los subsidios no son la solución, salen de nuestros bolsillos y van a parar a los de los patrones.
Si el esquema de subsidios está caduco y el Estado no tiene fondos, la clase obrera no es responsable y no tiene por qué pagar. El tarifazo tiene que anularse. Si quieren aumentar algo, que lo incorporen inmediatamente al salario de todos los trabajadores registrados, no registrados y desocupados. En realidad, hay que abolir todos los impuestos que pesan sobre el salario y sobre el consumo, porque esa es otra forma de financiamiento que no se puede permitir. La plata que el gobierno dice que no tiene, debe salir de los impuestos al capital.
Las empresas de servicios públicos deben pasar al Estado, sin indemnización alguna, y tienen que ser controladas por los trabajadores. Es la población obrera en su conjunto la que tiene que trazar un plan de obras públicas para aumentar la capacidad de generación de electricidad, gas y distribución de agua para todos. Según nuestras necesidades y no según la ganancia.
Una salida de este tipo, que no apuesta al “burgués menos malo” y que se niega a que la crisis la paguemos los trabajadores, solo podrá surgir de un ámbito de deliberación del conjunto de los trabajadores, la izquierda y las organizaciones de lucha. Está a la orden del día la convocatoria a una Asamblea de Trabajadores Ocupados y Desocupados que vote un programa y un plan de lucha. Una Asamblea cuyo horizonte no será 2019 sino la construcción de una sociedad verdaderamente nueva.
El kirchnerismo es una lacra, sin dudas, manga de hipocritas q se limitaron a rescatar a las privatizadas.
Ahora bien, más allá de eso, la afirmación de que en esos años las tarifas «dejaban a millones en la indigencia» no es un poquito inexacta? No lo digo para rescatar o embellecer a ese cáncer q es el peronismo en cualquier variante, solo me parece un poco exagerado.