El jueves 17 movilizamos a Plaza de Mayo junto al Plenario del Sindicalismo Combativo

en Goyo Flores/Novedades

La crisis continúa profundizándose y el gobierno de los Fernández, junto a los capitalistas, pretende hacérsela pagar al conjunto de la clase obrera. Ya lo venía haciendo antes de la pandemia, cuando avanzó contra jubilados y estatales. Pero el asunto tomó mayor dimensión durante la cuarentena con el congelamiento de las paritarias, las suspensiones con recortes salariales, e incluso los despidos y cierres que ni el DNU del Gobierno Nacional detuvieron. Aquellas paritarias que tuvieron lugar cerraron a la baja. Ni siquiera cumplieron con los trabajadores de la salud, a los que se les prometió un bono que no se cobró en todos los casos, sumado a la falta de elementos de protección personal. La burocracia de los gremios y las centrales sindicales se dedicaron a garantizar la paz social para que el ajuste pase.

En los lugares de trabajo y los medios de transporte, los contagios se multiplican. La responsabilidad patronal es más que alevosa: los protocolos sanitarios buscan sostener la continuidad productiva, no proteger la salud del trabajador. El sistema sanitario se encuentra al borde de la saturación. Sin ir más lejos, el Hospital Posadas –uno de los principales hospitales nacionales- ya colmó su terapia intensiva. 5 meses de cuarentena y el gobierno ni siquiera preparó una respuesta para combatir la pandemia. Mientras tanto, la pandemia no evitó que se les diera a los acreedores todo lo que exigían, no impidió que el gobierno batallara en el Congreso por una reforma judicial inútil que costará millones, y no impidió que se destinaran nuevas partidas a equipar a las Fuerzas Armadas y a la Bonaerense.

Se pedía que nos quedáramos en casa, pero lo único que se ofrecía a quienes no tenían un trabajo en blanco era una suma irrisoria que ni siquiera era mensual. Mientras tanto la desocupación y la pobreza crecen a pasos agigantados. Hoy asistimos a los resultados: las tomas de tierras ponen de relieve el problema de la vivienda de toda una masa de población que es arrinconada a vivir en la miseria. Contra eso, el Estado no pone en pie un plan integral de vivienda, sino un operativo de desalojo.

El aumento salarial concedido a la policía de Buenos Aires puede generar un efecto contagio en los estatales y el gobierno pretende evitarlo. Sobre todo porque algunos sectores ya están movilizados, en particular, docentes, personal de salud –que apuntan a una jornada de lucha nacional el 21- y estatales. En Misiones, los docentes vienen protagonizando una lucha muy avanzada, al mismo tiempo que los trabajadores de la Salud acampan en el Ministerio. En Chaco, el personal precarizado del Perrando y del Programa Expertos fue núcleo de una acción esta semana, en una de las provincias más afectadas por los contagios. En CONICET, los trabajadores autoconvocados vienen en plan de lucha sostenido e impusieron un paro, mientras los becarios movilizaron en plena cuarentena contra los despidos. En el sector privado, también hay luchas, todavía en una fase molecular: las hubo en LATAM, SanCor, Pepsico, trabajadores precarizados de las aplicaciones, fast food, los trabajadores del Frigorífico Penta, los choferes en todo el país y un sinfín de etcéteras que comienzan a mostrar el agotamiento de buena parte de los trabajadores, pero también sus límites ante la política de aislamiento de las burocracias.

El gobierno –y la burocracia- comienza entonces a esgrimir una respuesta que promete ser sistemática: acusar de “extorsivos”, “golpistas”, “destituyentes” e “irresponsables” a los que reclaman. Contra este planteo, tenemos que poner en pie un movimiento independiente que salga a poner un freno al deterioro de nuestras condiciones de vida. Por eso, convocamos a la movilización del Plenario del Sindicalismo Combativo, sin dejar de plantear que necesitamos una instancia superadora de verdadera organización, que integre al conjunto de los luchadores y a todas las luchas de la clase obrera, con los métodos históricos del clasismo.

No se trata de armar un espacio para minimizarlo a una rosca electoral, sino de crear un verdadero organismo de lucha. Al respecto, a días de la jornada de lucha, el MAC-PTS y el ANCLA-MST decidieron armar un acto divisionista en Obelisco –pese a participar del acto en Plaza de Mayo-. Argumentan que es la oportunidad para “mostrar” a la “izquierda”, aunque –hay que decirlo- las consignas de convocatoria no parecen ser muy politizadas… Eso sí, se trata del sector más cercano al kirchnerismo dentro del FITU. Como hemos planteado en otras oportunidades, es el resultado de una dinámica –la del PSC- atada a una rosca de un frente electoralista sin rumbo.

Nuestro planteo es una gran Asamblea Nacional de trabajadores ocupados y desocupados, que ponga en pie un plan de lucha para derrotar el ajuste de los Fernández. De otro modo, la crisis la va a terminar capitalizando el macrismo.

Corriente Clasista Goyo Flores – Corriente Sindical de Razón y Revolución

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