El levantamiento en Chile (también los de Ecuador, Haití, etc,) es constantemente nombrado como estallido, y adjetivado como inesperado, sorpresivo, e incluso, espontáneo. ¿Qué significa que algo sea inesperado en términos políticos? Simplemente que las representaciones políticas mayoritarias (las representaciones burguesas, tanto populistas como neoliberales) y con ellas las instituciones en las que esas representaciones se tramitan (ese conjunto de instituciones que conforman la democracia de los burgueses) han perdido su potestad de canalizar y expresar. Que su representatividad está cuestionada. Significa que cuando los trabajadores mas golpeados por las crisis salen a la calle, no son expresados por estos partidos. En dos sentidos sucede esta ruptura. Los partidos dejan de representar porque las masas descubren que las medidas de los gobiernos van en contra de su vida. Pero también porque descubren que el sistema de representación es una farsa actuada en los teatros institucionales para sacarnos de las calles. Si hay estallido es porque la democracia burguesa funciona como una olla a presión que contiene el malestar sin darle salida hasta que vuela por los aires. Si hay estallido es porque los tiempos lineales, los desarrollos evolutivos, suponen canales que contienen las posibilidades de expresión de los intereses de los trabajadores sin resolución efectiva de los mismos. Hasta que no pueden más ni unos ni otros. Hasta que los trabajadores salimos a la calle, hasta que los partidos burgueses definen, ante la disyuntiva, que intereses defienden primariamente.
Guerra a los alienígenas
Lo que una burguesa rancia, la esposa de Piñera, deja entrever en su comentario a una amiga, es un programa. “Amiga, yo creo que lo más importante es tratar de nosotros mantener la cabeza fría, no seguir calentándonos, porque lo que viene es muy, muy, muy grave. Adelantaron el toque de queda porque se supo que la estrategia es romper toda la cadena de abastecimiento, de alimentos, incluso en algunas zonas el agua, las farmacias, intentaron quemar un hospital e intentaron tomarse el aeropuerto, o sea, estamos absolutamente sobrepasados, es como una invasión extranjera, alienígena, no sé cómo se dice, y no tenemos las herramientas para combatirlas Por favor, mantengamos nosotros la calma, llamemos a la gente de buena voluntad, aprovechen de racionar la comida, y vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás” Con una claridad meridiana expresa las tres cuestiones más importantes del momento. Las clases nos dividen de manera tan determinante que realmente vivimos en planetas distintos, y que para mantener esas diferencias de clase tanto se puede apelar a la violencia (toque de queda) como al consenso (compartir algunos privilegios). Pero sobre todo el mensaje no muestra a una alcohólica desbordada (como la quiere mostrar la derecha chilena) ni a una cheta estúpida (como al progresismo le gusta ver a los sectores burgueses a los que no les hace seguidismo). Muestra a una dirigente que propone pensar acciones comunes a su clase, y les indica un programa: realizar concesiones para que los alienígenas no lleguen a la conclusión de que deben tomar todo. Y les propone pensar: “mantener la cabeza fría”
El New York Times publica el 24 de octubre una nota de opinión titulada Estallan protestas contra las élites políticas desde Chile hasta Líbano. En la misma recorre una serie de estallidos insurgentes y realiza una breve comparación con España (Chile y Líbano, pero también India o Arabia Saudita). Lo distintivo, según la nota es que a pesar de alguna similitud exterior y temporal, no la asocia con las movilizaciones separatistas como la de Cataluña, sobre la que expresa: “La gente no se está dejando llevar por la locura de las multitudes. Esto es política, con causas y problemas específicos”
En cambio, en contraste con la “política” y “los problemas específicos” la explicación de los estallidos comienza con cuestiones ligadas al paupérrimo nivel de vida de los más sumergidos y la asocia al funcionamiento del régimen. Impuestos a las llamadas por Whatsapp, el precio de las cebollas, el pasaje en transporte colectivo o una tasa en los restaurantes: la mecha se enciende en los sectores más pobres de la clase trabajadora, pero despierta a otros sectores que se reconocen también hartos.
Explica uno de los diarios más importantes del mundo burgués: “la expansión de la democracia se ha estancado a nivel global, lo que ha causado frustración entre los ciudadanos y confianza entre los activistas en que la acción callejera es la única forma de obligar a que haya un cambio ante la indiferencia gubernamental” y también “una queja más fuerte de lo habitual en contra de las élites en países donde la democracia es motivo de decepción, la corrupción es descarada y una diminuta clase política vive a cuerpo de rey mientras la generación más joven lucha para salir adelante” y señala como “a medida que las protestas se hacen más frecuentes, pero más propensas a fracasar, se extienden cada vez más y se vuelven más polémicas, más visibles y más propensas a regresar a las calles al no ver cumplidas sus demandas” Dando como ejemplo que “en Medio Oriente, el tumulto ha atraído comparaciones inevitables con las revueltas de la Primavera Árabe de 2011. Sin embargo, los expertos afirman que las manifestaciones recientes están impulsadas por una nueva generación a la que le importan menos las antiguas divisiones sectarias o ideológicas. En lugar de pedir la cabeza del dictador, como muchos árabes hicieron en 2011, los libaneses acusan a toda la clase política”
La burguesía, a través de miembros conspicuos o medios respetados, admite que la situación de crisis económica provoca estallidos imprevistos, que estos no son igual a los problemas inter burgueses (“política, con causas y problemas específicos” como llaman al separatismo encauzado tras los intereses de la burguesía catalana) sino que unen la economía con la crisis de los canales para resolverlo (democracia burguesa) que se muestran como parte del problema, como obstáculo. Además, señala que en algunos sitios se avanza de la personificación del problema a “las elites” y la “clase política”. Y mientras esto sucede, a los insurrectos “le importan menos las antiguas divisiones sectarias o ideológicas” Esto sugiere que la clase social comienza a ser lo que une a los insurrectos, por sus características comunes como asalariados, pero también que se comienza a agrupar a los enemigos, por atributos comunes, que se comienza a vislumbrar al enemigo como clase.
Esto está pasando en muchos lugares, y en la medida de nuestras fuerzas apoyamos a la clase trabajadora, nuestra clase, allí dónde lucha por sus reivindicaciones. Pero habitamos este territorio, bajo la potestad del Estado argentino, y sus instituciones. Y como comenzamos diciendo, aquí hubo elecciones y el candidato electo vino anunciando desde que se sintió ganador que lo importante es bancársela. No porque estemos bien, sino precisamente porque no lo estamos es que nos pide no seguir el ejemplo chileno. “Pido a todos los argentinos mantener la calma,todos sabemos la justicia de los reclamos. Pero todos debemos intentar no complicar el escenario que tenemos. Lo que pido a todos los argentinos es serenidad. Lo peor que nos puede pasar es que los nervios abran paso a los violentos y que los violentos se lleven la salud y la vida de alguien»(11 de setiembre) e insistió:«Todos los días uno tiene la percepción de que la situación está un poquito peor. La pobreza se ha incrementado mucho y mucha gente está en una situación muy delicada y sale a la calle desesperada para que le presten atención, porque de otro modo no los escuchan. Desde ese lugar, entiendo lo que hacen pero, si en algún momento hay un cortocircuito, esa chispa puede generar lo peor» (16 de setiembre)
No es la mujer de Piñera peeeero…. “debemos intentar no complicar el escenario que tenemos” No, no le hablaba a los banqueros, los industriales, los hipermercadistas, le hablaba a los que están en una situación muy delicada, a los pobres, a los miserables, a los trabajadores en una palabra. Y cuando estalle todo no nos llamará alienígenas sino “sucios bolches”, como todo dirigente que se haya formado leyendo “El Caudillo” y militando para Alberto Assef.
Pero un estallido es también un golpe en la conciencia. Cuando en 2015 estalló en la calle del movimiento de mujeres y se extendió en la calle en la lucha por el aborto del 2017 muchos supusieron que esto tendría una directa expresión electoral. No se trata de que el reformismo crea en esta correlación, sino que la desea. Sin embargo no es mismo marchar que contar porotos. Las instituciones burguesas están diseñadas para canalizar, desviar y muy importante, disolver. Aguar la furia o la decisión, rebajarla en un medio inerte, obligar a los que están dispuestos a hacer algo a promediarse con los que no hacen nada.
Por eso el FITU hizo agua, y no por el balance numérico, ya de por sí paupérrimo, sino porque expresó de todos los modos posibles que se encuentra tan a gusto como los partidos burgueses con estas instituciones que los trabajadores insurrectos se llevan por delante. “Faltan 35 mil votos”, una de las consignas prevalentes de la campaña lo expresa. ¿Para qué? Para que entre Myriam al Congreso ¿Y eso es importante, es “lo más” importante en este momento? Sí. Entonces ¿no creen que los argentinos podemos seguir el camino de Chile en cualquier momento? ¿Salir a las calles a imponernos sobre el marco institucional burgués empujados por la profundización de la miseria? No. La verdad que el FITU ni lo cree, ni lo quiere mucho. Supone un mundo ordenado y evolutivo. El mundo como una puesta en escena en el que los trabajadores presencian la exposición de ideas vivaces y propuestas coloridas. Por esa razón el corte de boleta por Bregman funcionó en parte (obtuvo el doble de votos que Del Caño), porque logran convencer a algunos peronistas que son un peronismo bueno, copado, honesto, combativo. Un peronismo, o sea lo opuesto del socialismo. Por eso, por la realidad que nos envuelve y nos motiva, votamos en blanco y proponemos luchar por el socialismo. Por eso, ahora, pasado el momento burgués por antonomasia, las elecciones, y cuando se avizora el momento de las calles, al FITU le quedan todos los problemas: demostrar para qué era necesario una diputada más. Y sobre todo resolver como sostener un engendro no unido por el programa sino por el espanto de la marginalidad institucional.
A los que avizoran que lo de Chile no fue una excepción y la elección de Alberto Fernández es la profundización de la inviabilidad del capitalismo argentino los convocamos a debatir como organizar ya una corriente revolucionaria socialista e internacionalista.
el fit nació mal parido. fue una imposición de una ley burguesa para no desaparecer como partidos legales y no perder los privilegios que le da ser un partido del orden burgués. ustedes pusieron expectativas y esperanzas en este frente: llamaron a votarlo ¨críticamente¨ y apoyaron abiertamente a altamira en las paso que ganó del caño. apoyar este engendro no es muy socialista, como tampoco llamar a votar en blanco. también les cuesta muchísimo reconocer el alto grado de burocratización del po y el pts: su electoralismo solo se entiende para obtener el dinero suficiente para solventar un aparato partidario con dirigentes rentados enquistados hace décadas en su lugares (los altamira, albamonte, etc. ) su coqueteo con el peronismo solo se entiende por esto, no porque no quieran el socialismo, el socialismo les importa un pito, les importa el dinero y el prestigio. con la fractura del po se difundió que el problema (o uno de ellos) fue que solano (un rosquero que ganó la fuba para el po y que durante mas de una década la manejo al mejor estilo franja morada) le había reducido la renta a algunos dirigentes. y ni hablar de sus dirigentes sindicales (el de fate y el sitraic no son precisamente modelos de democratas sindicales). si mañana ocurriera una rebelión como la chilena el fit y sus partidos también serían los enemigos a combatir. ustedes no critican en profundidad al po (como claramente un militante de su agrupación me confesó cuando le cuestioné un articulo que obviaba una postura de po identica a la del pts) porque creen que pueden ¨ganar ¨ para su organización a los militantes desencantados del po. este método de crecimiento no dista demasiado del que profesan y practicaron los po y pts. así terminan. más allá de estas cuestiones no puedo de dejar de destacar que, más allá (disculpen la redundancia) de su soberbia y de algunos desaciertos graves que expresan que son propios de su soberbia (sin ir más lejos escuchar a su pequeño altamira los lunes por radio es un claro ejemplo) sus artículos y análisis son (pero no todos) lo único posible de leer con interés de la izquierda argentina. saludos afectuosos.