De Corea a Olivos

en La Hoja Socialista 23/Novedades

Para pensar el problema de la Argentina en torno a la idea que venimos desarrollando sobre la posibilidad de que nuestro país llegue a tener la productividad de Corea del Sur y la calidad de vida de Suecia, hoy vamos a conocer un poco más el país coreano y ver cómo se conecta con el episodio de “Olivos” del que varios medios de comunicación se hacen eco.

Si se analiza con detenimiento la historia de Corea vemos que, al estar frente a Japón, tener detrás a China y posicionarse cerca de Vietnam estuvo caracterizada, hasta los años 50, por encontrarse en medio de guerras constantes. Una realidad muy alejada de la de este país. En Corea la guerra está muy presente, por eso su sociedad está moldeada por una estrategia profundamente autoritaria y una disciplina machacada a sangre y fuego.

Sigamos. Hasta los años 50 Corea es básicamente una sociedad campesina destruida por completo por la guerra. Esa destrucción le da una ventaja que le permite barrer una situación. Esa enorme destrucción, ese punto de partida, es beneficioso en que hay algo para construir porque ya no queda nada. Para la burguesía, es barajar y dar de nuevo. Claro, partiendo de una masacre (la guerra) donde la carne de cañón son los obreros. Esa limpieza social le permite arrancar con un panorama diferente al que tiene un país como el nuestro que arrastra contradicciones que no resuelve. Por eso también decimos que cuando los liberales quieren una burguesía argentina eficiente lo que están pidiendo es una masacre social, como ya explicamos.

Algunos dicen que la gran ventaja comparativa de Corea es que cuenta con una enorme población campesina, con salarios muy bajos, y una población muy regimentada. Y esto es cierto, pero no es sólo esto la clave de su desarrollo porque hay otros países como India que también tendrían que encontrarse donde está hoy Corea y eso no ocurre. Con lo cual, un campesinado muy barato no es la clave sustantiva.

A esa característica, se le va a sumar una gran ventaja competitiva que en ese país es de tipo geoestratégica. Es decir, ahí EE.UU. pone una frontera contra el mundo comunista. De ahí que Corea del Sur ha recibido plata de EE.UU. a lo pavote y ha tenido un acceso fluido al mercado norteamericano. Ahora esto no significa que teniendo estas facilidades uno ya tenga la clave del éxito. Porque uno puede tener muchas ventajas, pero si no las sabemos usar no van a ningún lado. Acá en Corea el punto está en que todas estas cosas que son útiles se unifican. La clave es la centralidad estatal.

Corea del Sur es cualquier cosa menos un sistema liberal. Si uno tuviera que marcar etapas de su desarrollo tendría que señalar dos etapas, por lo menos: lo que acá conocemos como sustitución de importaciones, que es básicamente la salida que le encuentra EE.UU. a estabilizar una sociedad capitalista en una frontera caliente contra el comunismo. Y el período del gobierno de Park que le da un giro exportador al país. En lugar de liberar al capital, lo primero que hace este gobernante es comprometerlo por la vía de la represión más profunda.

Esta centralización está ordenada en torno a un programa que en la Argentina podríamos llamar desarrollista pero muy liderado por el Estado. Y las grandes empresas actúan como si fueran una sola empresa y todos los cargos del Estado salen de ahí.

Lo que hay en definitiva es una economía privada estatizada. Cuatro empresas se llevan el 40% de la economía coreana. Estamos ante un grado de centralización estatal muy poderoso en donde el Estado diseña un plan y los grupos empresarios se alinean con la política. Todas estas ventajas que uno puede marcar están unidas en esta centralización estatal.

Cuando nosotros vemos la dinámica de la economía argentina en relación al Estado es exactamente al revés del caso coreano. No hay una planificación central ni una estrategia. Nuestra economía avanza porque el país tiene muchos recursos y posibilidades. Pero, el problema está en que estas no se concentran. Y todo el mundo vive de esas posibilidades. En la economía argentina vemos constantemente como cada capital individual logra sobrevivir sin ninguna centralización. Este elemento es muy importante porque lo que vimos en Olivos no es más que esto. No puede ser que Cristina vaya a perder las elecciones no por el desastre que es la economía argentina sino porque Alberto se sacó una foto en una fiestita en su casa. La Argentina es la dispersión y el malgasto de lo que tenemos. El episodio de Olivos muestra lo perdidos que estamos y lo poco que se discuten las cuestiones serias.

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2 Comentarios

  1. lei por otro lado de corea y no me cerraba bien ahora le voy pescando la onda, claro aqui quien pone plata, quien toma las riendas y hace un estado fuerte, quiza la pandemia tenga el efecto de la guerra y asi podemos arrancar de cero…….. pero y con la burguesia autoctona que hacemos hmmmm…. bue hay que ver suecia y como sumamos los dos conceptos…. no se, soy medio duro de entender

  2. SE DESPRENDE QUE LA IZQUIERDA NACIONAL DEBE UNIRSE Y FORMAR UN PARTIDO UNICO Y POTENTE DE CARACTER MARXISTA.. TALES DICHOS SE FUNDAMENTAN EN QUE LA BURGUESIA CHINA, CONJUNTAMENTE CON LA BURGUESIA NACIONAL TRADICIONAL AGROGANADERA Y LA BURGUESIA SURGUIDA DE LA BUROCRACIA POPULISTA , SON MAS AMIGABLES PARA REALIZAR NEGOCIOS FABORABLES A LOS ASIATICOS, EN DETRIMENTO DEL DESARROLLO NACIONAL…. POR LO VISTO EL NUEVO ORDEN MUNDIAL QUE LOS IMPERIOS TRATAN DE ESTABLECER VA CAMINO HACIA UNO NUEVO SISTEMA COLONIAL IMPUESTO POR LOS IMPERIOS DE TURNO…….

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