En la tarde de ayer se dieron a conocer los resultados de becas doctorales y posdoctorales del CONICET. La información debió estar disponible durante la primera quincena de diciembre. Con motivo del retraso, al firmarse el acuerdo del 23/12 sobre los despidos en Carrera de Investigador, las autoridades se comprometieron a publicar la nómina de nuevos becarios el día lunes 26/12. Sin embargo, como viene sucediendo en el último año, el martes tuvimos que forzar a las autoridades a hacer públicos los listados mediante una movilización de más de cien compañeros, convocada por JCP. Al principio, se alegaron problemas administrativos, pero hacia el mediodía Ángel Laborde, miembro del Directorio, reconoció una disputa con el MinCyT respecto de “cómo presentar los resultados”. Tal justificación adelantó lo que luego comprobamos: un mínimo de 16% de recorte en el total de becas asignadas.
Para ocultar el ajuste en las becas no solo se jugó a dilatar su publicación hasta último momento, casi rozando el fin de año, sino que se presentaron los datos de forma totalmente retorcida, sin aclarar que las listas incluyen tanto a los postulantes a becas de temas libres como los de temas estratégicos. Así, se otorgaron 372 becas menos en el caso de las doctorales, 199 posdoctorales y 41 becas más en el caso de las de finalización de doctorado, que resultan más baratas para el CONICET por ser una línea de dos años de duración. Es decir, que respecto de 2015 el ajuste fue del orden del 20,7% para las becas doctorales y del 16% para las posdoctorales. A esto se suma que se omitió difundir la distribución por región, lo que sumado a las primeras impresiones de los compañeros del interior apuntaría a una reducción en el cupo federal.
Al recorte y ocultamiento de datos se suman otros problemas recurrentes, tanto en las presentaciones a becas como a CIC: el ocultamiento total de los órdenes de mérito y líneas de corte por comisión y la explicitación del cálculo de los puntajes por antecedentes y proyectos, fundamentalmente. Toda esta información debería ser publicada por el CONICET, sin embargo, año tras año, los postulantes debemos llegar a un cálculo aproximado de las líneas de corte según la información que compartimos entre nosotros para saber a cuanto estuvimos de entrar. Ni hablar si queremos pedir un recurso de reconsideración, pues no tenemos elementos para argumentar por qué nuestras publicaciones son suficientes o los proyectos adecuados para su realización. A esto se suma que en el caso de las becas posdoctorales, los compañeros que fueron rechazados no tienen información de por qué el organismo los expulsa, ya que no ha enviado la totalidad de los dictámenes de comisión. Pero inclusive en los casos en que fueron rechazados, no sabemos de qué forma han sido aplicados los criterios de evaluación, por lo cual cualquier evaluación resulta arbitraria.
Este no es un mecanismo nuevo. Al igual que en el ingreso a carrera, todas estas maniobras permiten, desde hace mucho tiempo, que cientos de compañeros queden fuera del organismo sin mediar justificación alguna. Es más, el elenco de funcionarios que ejecuta los recortes es el mismo de los últimos 12 años. Ante la crisis presupuestaria, lo que se espera para el 2017 es una profundización de todos los mecanismos de expulsión: recortes abiertos en los cupos de becas y el ajuste “invisible” por la vía de endurecer los criterios de evaluación que los trabajadores desconocemos. Un resultado de la precarización laboral que existe en el organismo que le niega estabilidad laboral a los trabajadores.
Por ello, es necesario reclamar por:
– Publicación del orden de mérito y línea de corte de todas las comisiones.
– Transparencia y publicación de todos los criterios de evaluación
– Difusión inmediata de todos los dictámenes de comisión
– Veedores gremiales para todos los concursos
– Más presupuesto para CyT
– Convenio colectivo de trabajo que incluya a todos los trabajadores en una carrera única con garantía de estabilidad
Razón y Revolución
28/12/16