Campaña nacional de pelea contra la presencialidad criminal

en Conti-Santoro/Novedades

A fines del año pasado, el gobierno anunció que iba a vacunar a 10 millones de personas entre enero y febrero. Luego, dio a conocer que contaba con tener 50 millones de vacunas para mitad de año. Y acá estamos. Siendo el 23 de junio, el país cuenta con 20.662.090 de vacunas distribuidas y habiendo sido aplicadas 18.646.784. De esas, 14.886.910 corresponden a primeras dosis y 3.759.874 a segundas dosis. Con la última entrega de vacunas recibidas, Argentina alcanza las 23.8 millones de vacunas. Esto significa que la Argentina tiene vacunada con una dosis al 33% de la población y solo al 8,3% con las dos dosis. A su vez, no solo está lejos de la promesa de Alberto de 50 millones de vacunas para junio, sino que muy lejos de las que se necesitan realmente. Insistimos, la Argentina necesita 90 millones de vacunas para poder inocular con dos dosis a toda su población, y solo tenemos, en más de 8 meses que se empezó a vacunar en el mundo, el 26,4% de esas cantidades. De allí que, primero Kicillof, y ahora también a través de Nación, ya aparece el planteo de que la primera dosis de las vacunas no vence y que por lo tanto la segunda dosis puede darse tanto antes como después de los 90 días, y por “después” nos referimos a “mucho después”. La vacunación con el esquema completa es fundamental, y más aún cuando comienzan a aparecer en el mundo, nuevas cepas, más contagiosas y mortales.

Era previsible que poner a casi 20 millones de personas, sin vacunar, a movilizar en los mismos horarios, en los mismos transportes, a encerrarse en espacios cerrados con escasa ventilación, en momentos de bajas temperaturas, iba a traer una segunda ola de contagios. Así es como desde el retorno a la presencialidad los casos crecieron más de 400% entre la población total y casi 500% entre la población escolar. También, a pesar de que nos dijeron que “los chicos no se contagian” y que “si se contagian no transmiten el virus”, los casos entre la población de 20 a 55 años se triplicaron desde el inicio de la presencialidad. O sea, crecieron los casos entre niñas y niños, y crecieron también los casos entre la población que constituye la familia de nuestros alumnos.

Ante este contexto, y gracias también a la lucha de docentes en diferentes provincias, que se organizaron y salieron a pelear ante la complicidad y pasividad de las conducciones sindicales, tanto las burocráticas como la de aquellos que se presentan como clasistas y combativos, desde fines de abril se fueron produciendo suspensiones parciales de la presencialidad en diferentes provincias. Así, para la semana del 24 al 28 de mayo, 20 provincias tuvieron la presencialidad suspendida que alcanzaba al 100% de los estudiantes, mientras que en Corrientes la suspensión alcanzó 76%, en Salta al 57%, mientras que en Jujuy y en Misiones la presencialidad se mantuvo casi intacta. Como dijimos, algunas provincias como Chaco, Provincia de Buenos Aires, Neuquén, entre otras, tenía suspendida la presencialidad desde semanas anteriores.

A partir del 31/5, muchas provincias avanzaron con un retorno a la presencialidad. En CABA, por ejemplo, se mantuvo la presencialidad de inicial, de nivel primario, y educación especial, y se sumó la bimodalidad en secundaria, al mismo tiempo que retornaron a la presencialidad las escuelas nocturnas por la ampliación del horario de circulación. En Tierra del Fuego, por citar otro ejemplo, el retorno a la presencialidad también fue generalizado, incluyendo el nivel de adultos. Mendoza también fue otra de las provincias que retornó a la presencialidad. Aún así, para el 11 de junio, 9 provincias tenían suspendida la presencialidad para el 100% de los alumnos, 6 provincias tenían entre el 60 y el 99%, 3 provincias tenían entre el 30 y el 59% de presencialidad suspendida, dos provincias tenían menos del 10%, y 3 tenían presencialidad total. A esto, hay que sumarle el nivel de ausentismo, debido a que muchas familias decidieron no exponer a sus hijos e hijas al contagio. Así, por ejemplo, en CABA se habla de que solo el 20% de los alumnos con presencialidad están asistiendo efectivamente. Algo similar denuncian los docentes de Mendoza y Jujuy por ejemplo.

Con todo, para la semana del 12 de junio, a raíz de todas estas suspensiones formales o “de hecho”, los casos totales cayeron un 19% a nivel nacional y 16% entre la población escolar. A su vez, solo se registraron subas entre la población escolar de Catamarca, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan, y Santiago del Estero, mientras que entre la población total se registraron aumentos en San Juan, La Rioja, y Jujuy.

La conclusión lógica de esto sería que la mejor forma de frenar los contagios hasta la vacunación masiva con las dos dosis, es la suspensión de la presencialidad. Sin embargo, desde el gobierno nacional, junto a los gobiernos provinciales y de la Ciudad, se impulsó un retorno a la presencialidad. En Provincia de Buenos Aires, 40 distritos pasan de fase 2 a 3 y se retorna la presencialidad debido a que el gobierno aduce tener un nivel de incidencia menor a 500 casos cada 100 mil habitantes. En Neuquén, se anunció el retorno a la presencialidad primero en 118 localidades del interior y ahora se suman 12 ciudades. En Corrientes, el gobierno de Valdez también decidió retornar a la presencialidad en toda la provincia. En Córdoba, el gobierno decretó el retorno a la presencialidad bimodal en localidades con menos de 30 mil habitantes, mientras que en aquellas con más de 30 mil, se mantiene la virtualidad y solo retorna la presencialidad en los jardines maternales, aunque no se descarta avanzar en más aperturas en estos días. La provincia de Catamarca mantiene la virtualidad en todo el territorio, pero ya dio a conocer su intención de retornar a la presencialidad en el interior a partir del 28/6. La Rioja, mantiene la virtualidad por la gran cantidad de casos, pero espera también retornar a la presencialidad en breve. Desde el 16/6, el gobierno de Chaco anunció el retorno a la presencialidad paulatina, mientras que La Pampa lo hizo a partir del 22/6. Santa Fe retornó a la presencialidad el 14/6 y aumentó la misma a partir del 22/6. En Entre Ríos, el gobierno anunció el retorno a la presencialidad a partir del 14/6. Y así podemos seguir provincia por provincia, mostrando que la presencialidad es una política que cruza al conjunto de los partidos políticos burgueses, sean del color que sean.

Los diferentes gobiernos aducen como argumentos para el retorno a la presencialidad, la caída de los contagios y el aumento de la vacunación, entre la población total, y entre la docencia en particular. Esta argumentación tiene errores y mentiras. Por empezar, la caída de casos es consecuencia de la suspensión de la presencialidad y no condición para retomarla. Ya vimos como los contagios crecieron, en todo el país, con el retorno a la presencialidad, y bajan con su suspensión. En segundo lugar, la vacunación docente también es una falacia. Ninguna provincia tiene al 100% de los docentes y no docentes vacunados con las dos dosis, ni siquiera con una. Además, tampoco se avanza en la vacunación de aquellos docentes o auxiliares sin cargo que entran y salen del sistema todo el tiempo y también deben ser vacunados. Finalmente, el avance de la vacunación también es una mentira, ya que ninguna provincia supera el 35% de la población con una dosis y menos el 10% con el esquema completo. Como venimos diciendo, el retorno a la presencialidad pone en funcionamiento a casi 20 millones de personas. Por lo tanto, no puede retornarse a la presencialidad ni con la totalidad de los docentes vacunados, sino se vacuna masivamente a la población. ¿Por qué si en marzo se retornó a la presencialidad sin vacunación masiva y crecieron los casos no volverá a suceder ahora? ¿Por qué no va suceder para más si estamos en la época de temperaturas más bajas y donde proliferan las enfermedades infecciosas y respiratorias? Retornar a la presencialidad con este panorama es, nuevamente, criminal.

Está claro que la decisión del gobierno nacional, de los gobiernos provinciales y del gobierno de la Ciudad, es consolidar una meseta alta, en torno a los 25 o 30 mil casos diarios, a cambio de la apertura de la economía y de aparentar que “todo va bien”. O sea, el gobierno nos propone hacer equilibrio en una pierna sobre el borde de la cornisa.

El precio de esto es sostener una presencialidad criminal, que expone al contagio y a la muerte a millones diariamente. Para más, estamos hablando del sostenimiento de una presencialidad absolutamente degradada, dividida en dos, tres, o cuatro burbujas semanales, que hacen repetir la misma clase y el mismo tema ante cada burbuja, alumnos dispensados a la deriva por la falta de docentes que puedan trabajar con ellos en la virtualidad, la imposibilidad de la bimodalidad y las clases sincrónicas por la falta de conectividad en las aulas y la sobrecarga del trabajo docente que contrasta con la enorme cantidad de docentes sin cargo que hay en el país. No podemos permanecer inactivos frente lo que es un crimen sanitario, pero que también es un crimen pedagógico.

Si el gobierno quisiese, se podría tener una educación virtual de calidad, trabajando con todos los alumnos semanalmente, haciendo un seguimiento particularizado de aquellos que presentan mayores dificultades, y sin tener que descargar en las familias, y específicamente en las madres, el seguimiento del proceso educativo de los estudiantes. Por eso, como Corriente Nacional Docente Conti Santoro, convocamos a todos los gremios combativos, a todas las corrientes sindicales y políticas docentes, a todos los docentes independiente que se levantaron contra la presencialidad, a iniciar una campaña nacional por la suspensión de clases en todo el país hasta la vacunación masiva de la población, y exigir que mientras tanto se garanticen equipos, conectividad, dispensas, personal, ingresos para las familias, y todo lo necesario para el sostenimiento de una educación virtual de calidad.

Corriente Nacional Docente Conti-Santoro

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