En el día miércoles 23 de febrero se realizó la segunda reunión de la Mesa salarial del año. En ésta, finalmente el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires realizó su oferta formal para la paritaria docente de este año. La misma consiste en un aumento del 44,2% dividido en tres tramos (14,5% en marzo, 9% en julio, 16,5 en octubre y Fonid). El acta de esta reunión en la que consta esta propuesta fue firmada sin chistar por la mayoría de los gremios de la Ciudad (ADEF, ADIA, AEP, AMET, AMC, ASED, CPD, EDUPEC, SEDEBA, SEducA, SUETRA, SUTECBA, UDA). Por su parte, Ademys rechazó la oferta mientras que UTE la “recepcionó” para ponerla a consideración de los Plenarios de delegados. De más está decir, que es una oferta miserable ya que ni recupera lo perdido el año pasado (la inflación acumulada del 2021 fue del 50,9% según el propio INDEC) ni alcanza la inflación proyectada para este año (54,8% según el Banco Central).
Con estos incrementos, el salario inicial de la jornada simple pasaría de $55.190 a $64.269 en marzo, a $69.647 en julio y $79.576 en octubre. Para el sueldo por jornada completa, los valores pasarían de $110.380 a $128.538, $138.934 y 159.152, respectivamente. Más allá de que estos “aumentos” por debajo de la inflación implican una reducción en términos reales, lo cierto es que tampoco venimos de una situación holgada. El sueldo por la jornada inicial apenas cubre el 42% de la canasta familiar confeccionada por la junta interna de ATE-INDEC la cual ronda los $128.000. Tampoco es que las compañeras que hoy trabajan jornada completa puedan festejar ya que trabajando todo el día solo llegan a cubrir el 85% de dicha canasta. Mire como se lo mire, son ingresos de pobreza.
Por su parte, el kirchnerismo no se distancia mucho de la política impulsada por el PRO. A nivel de la Ciudad, UTE ya desde la semana pasada plantea dos objetivos: por un lado, lograr un aumento equivalente a la inflación, es decir, que sigamos viviendo en los mismos niveles de pobreza; por otro, que nuestro salario recupere lo perdido desde que asumió Rodríguez Larreta la Jefatura de Gobierno. Eso implicaría llevar los sueldos a un nivel equivalente al de 2014, año en el que el salario del cargo testigo solo cubría el 61% de la canasta conservadora confeccionada por el propio GCBA.
A nivel nacional, en la Paritaria Nacional Docente firmada por CTERA (de la cual UTE forma parte) el gobierno ofreció un aumento anual del 45,5% dividido en 4 tramos (21,21% en marzo, 8,08% en junio, 8,08% en agosto y 8,08% en septiembre). Por lo cual, el gobierno de la Ciudad se ajusta más o menos a la pauta salarial establecida por el gobierno nacional en complicidad con los gremios K.
Mención aparte merece Ademys que, como dijimos arriba, rechazó la propuesta del gobierno. La conducción si bien exige que el salario inicial sea equivalente a la canasta familiar, no especifica cual es el valor de referencia que tiene en cuenta. En cualquier caso, el punto de referencia del gremio es siempre la línea de pobreza, como si no nos mereciéramos otro horizonte.
Nuestro reclamo salarial no puede limitarse a la discusión de los puntos de la inflación. La caída salarial tiene décadas (no solo con el macrismo, como sostiene UTE) y corre en paralelo al proceso de degradación del sistema educativo argentino. Tampoco debemos conformarnos con apenas superar el umbral de la pobreza. Si queremos dar una verdadera lucha por nuestros ingresos tenemos que levantar la bandera de la recomposición histórica del salario docente con un cargo testigo inicial equivalente a dos canastas básicas totales reales como hemos explicado en muchas oportunidades. Esa es la única medida para recuperar lo perdido, ni más ni menos. No se recuperará en una única paritaria pero tenemos la obligación de marchar en la dirección correcta.
Por otra parte, después de lo sucedido en los últimos dos años, consideramos crucial que la paritaria de respuesta a todos aquellos problemas que profundizó la pandemia. Se profundizó la degradación educativa, que no es para nada algo nuevo. Hace décadas que presenciamos la destrucción del sistema educativo. Pero durante el 2020 y 2021 aumentó la deserción escolar y se recortaron contenidos. Frente a eso debemos exigir una serie de medidas tendientes a recuperarlos y que no impliquen una sobrecarga mayor sobre el trabajo docente. Lejos de resolver realmente estos problemas, el gobierno de la Ciudad nos sigue vendiendo el humo que inició a fines del 2021. Ahora nos dicen que las horas libres serán aprovechadas para que los alumnos tengan clases virtuales de inglés y matemática. Este anuncio, que puede parecer positivo, nos genera una serie de interrogantes ¿Con qué personal se dictarán esas clases? ¿Van a contratar más docentes? ¿Bajo qué condiciones contractuales? ¿Estarán bajo el estatuto docente? Los más probable es que sean docentes precarizados por fuera del estatuto. Esto sin mencionar que buena parte de las escuelas públicas de CABA no tienen los insumos para poder brindar clases virtuales.
Por todo esto, exigimos
– Salario igual a dos canastas básicas totales reales. Frente al ajuste del Cambiemos y el Frente de Todos, debemos exigir un salario que reconozca el carácter intelectual de nuestro trabajo y no se conforme con la mera reproducción biológica. No alcanza con ganarle a la inflación ni tampoco con la canasta básica.
Para dar una respuesta eficaz a los problemas problemas propios de la pospandemia, debemos conseguir:
– Desdoblamiento de cursos y designación de parejas pedagógicas y de mayor personal asistencial y psicopedagógico para acompañar la trayectoria de todos los alumnos. En la ciudad tenemos miles de docentes que hoy están sin cargo. Docentes sin trabajo, sobran.
– Todavía se mantendrán ciertas formas de semipresencialidad por lo cual es necesario insistir con que el Estado garantice: wifi gratuito y de calidad para todos; dispositivos y conectividad; capacitación para docentes y estudiantes.
– Bono extra mensual y retroactivo para cubrir los gastos en insumos tecnológicos
Corriente Nacional Docente Conti-Santoro
