El día de ayer se realizó la asamblea que Ademys convocó tras el paro docente del 14 de abril. Lo que desprende de la misma es que la dirección del sindicato (FIT-U) terminó adoptando (tarde) la posición que nosotros venimos sosteniendo desde enero: a saber, el rechazo a la presencialidad y la vacunación masiva de toda la población como único requisito para la vuelta. Sin embargo, hay ciertos elementos que todavía dejan mucho que desear por parte de la conducción y que pueden generar ciertos obstáculos de cara a las luchas que se vienen.
En primer lugar, la falta absoluta de autocrítica. Los compañeros no quieren que reconocer que finalmente se vieron obligados a dar un volantazo y tuvieron que adoptar la posición que nosotros ya venimos sosteniendo desde enero. Recordemos que durante el año pasado, Ademys sostuvo la lucha contra la presencialidad bajo la consigna “en pandemia no volvemos”. Posteriormente, durante el receso de verano, se sacaron de la galera la lucha por los “10 puntos para un regreso seguro” en la cual la vacunación (no como requisito para la vuelta sino como un plan y sin especificar si solo para los docentes o para toda la población) era una condición más entre otras. Esas “otras” condiciones pasaban por garantizar alcohol en gel, lavandina y ventilación en las escuelas. El problema con este pliego es que la vacunación pasaba a segundo plano pero, además, presupone que bajo ciertas condiciones de higiene e infraestructura es seguro volver a las aulas en pandemia. Recién hace unas semanas el FIT-U rechazó, de plano, la presencialidad. Pero claro, los compañeros ahora nos dicen que “siempre la vieron”, que desde principio ellos lo habían señalado y un monton de mentiras más. Entonces no solo no tienen la capacidad para hacer una autocrítica sino que tampoco están dispuestos a reconocer que nosotros teníamos razón.
En este mismo sentido, debemos señalar que Mariana Scayola, en su informe, nos dijo que mientras los compañeros en sus escuelas se quedaban en lo “chiquito”, en la discusión sobre sus respectivas escuelas, ellos (la CD) siempre sostuvieron la necesidad de dar una lucha general. Más mentiras. No es un secreto que durante todo el mes de marzo, y más, fue la misma conducción la que estimuló lo “chiquito”. Solo basta revisar que entre los 10 puntos (todavía publicados) está planteada la organización de comités de bioseguridad por escuela.
Es más, en una entrevista a Amanda Martín el día 29 de marzo (día de paro posterior a la muerte de Jorge Langone), la compañera reivindica que estos comités son necesarios para cumplir el protocolo. En ese mismo contexto, la propia Scayola sostuvo que los docentes reciben presiones para no hacer cumplir los protocolos. Es decir, le sostuvieron la mano a la presencialidad cuidada hasta donde la realidad les permitió.
El segundo problema que debemos marcar es que el volantazo no es resultado de un análisis concreto de situación (como debieran hacer lo socialistas) sino que es producto de la adaptación al clima ambiente. No es un secreto que el incremento de casos empezó a movilizar a los docentes contra la presencialidad. Sino miremos lo sucedido en Ensenada, la asamblea organizada por los docentes del distrito escolar 21, e incluso las acciones que el comité de huelga que nuestra corriente organizó en febrero y que viene realizando actividades callejeras (como semaforazos, afichadas, radios abiertas, petitorio por la vacunación masiva, movilizaciones) desde hace 11 semanas de manera ininterrumpida. Sobre este punto, siempre le reclamamos al sindicato que no espere que los compañeros de base empiecen a movilizarse para decidirse a hacer algo. Dijimos que era necesario que sea el gremio el se ponga a la cabeza de la lucha e impulse a que los docentes se organicen. Si esto hubiera pasado podríamos haber conseguido la suspensión de la presencialidad muchísimo antes. Pero tuvimos que esperar más de un mes, el cual nos dejó un saldo de miles de contagiados y dos compañeros muertos. Esto nos tiene que mantener en un estado de alerta ya que en caso de que el clima ambiente cambie es casi seguro que también cambiará la posición del gremio.
El tercer problema. A pesar de que en la discusión política el FIT-U rechazó la presencialidad en pandemia, en las mociones escritas volvieron a meter de contrabando los 10 puntos y “plan de vacunación”. Es importante aclarar que una cosa es exigir como requisito para la vuelta que estemos efectivamente vacunados y otra es que el gobierno nos presente un “plan”. Esto abre la puerta para futuras claudicaciones.
Cuarto problema. Pese a compartir el balance positivo del paro del día 14 y la importancia que eso tuvo para traccionar a toda la docencia, para marcarle la agenda a la burocracia y para finalmente obligar al gobierno a decretar la suspensión en AMBA, la conducción otra vez vuelve a abandonar un plan de lucha concreto. Nosotros no debemos luchar solo por la suspensión de la presencialidad, tenemos que conseguir todos los elementos que garanticen la educación remota, tenemos que luchar por la vacunación masiva de la población para volver a las aulas. Entonces, si tenemos esto por delante ¿Por qué no seguir con la forma de lucha, el paro, que ya nos dio una primera victoria? Salimos de la asamblea sin nada concreto. Eso es algo de lo que seguro el gobierno tomará nota.
Por último. Después de marcarle la agenda a los sindicatos peronistas, Ademys, reconociendo la necesidad de nacionalizar la lucha, en lugar de impulsarla con sus propias fuerzas le tira la pelota CTERA. Si sabemos que CTERA es un apéndice del gobierno nacional ¿Por qué depositamos en ellos esta lucha? Parece que no aprendemos más. En ese punto, nosotros propusimos justamente lo contrario: iniciar una campaña de agitación por la nacionalización de la suspensión de la presencialidad con un paro de 72 horas para la semana que viene. Como podrá adivinar el lector, nuestra propuesta fue desoída.
Por un plan de lucha por la vacunación masiva de toda la población y la nacionalización de la suspensión de la presencialidad
Creemos que es importante plantear una serie de consignas claras de cara a lo que se viene. Por un lado, tenemos que seguir sosteniendo la vacunación masiva de toda la población como única condición innegociable para la vuelta. Tenemos que terminar de una vez con la discusión sobre los protocolos. El gobierno nacional solo suspendió la presencialidad por 15 días. Pasado ese plazo, nos va a querer mandar nuevamente a las aulas. Eso impone la necesidad de seguir con el plan de lucha, no nos podemos quedar de brazos cruzados.
Por otro lado, la nacionalización de la medida es algo que tenemos que impulsar. No solo porque no podemos dejar a los compañeros del resto del país a merced de los gobiernos provinciales sino porque es incluso necesario para garantizar que nosotros mismos no volvamos a la presencialidad. Un movimiento docente de alcance nacional nos posicionaría en mejores condiciones para dar la lucha en la ciudad.
Por todo esto, llamamos a la dirección de Ademys que organice una campaña de agitación con paro de tareas virtuales por 72hs. para la semana que viene y movilización para exigir que se decrete el cierre de todas las escuelas del país.
Debemos exigir:
- La vacunación masiva de toda la población como requisito innegociable para la vuelta.
- Suspensión de la presencialidad a nivel nacional
- Que se garanticen dispositivos operativos a todos los docentes y alumnos de la ciudad.
- Wifi gratuito y de calidad para todos
- Designación de mayor personal docente técnico, asistencial y pedagógico necesario para acompañar la trayectoria de todos los alumnos. Esto debe ir acompañado del desdoblamiento de cursos. En la ciudad tenemos miles de docentes que hoy están sin cargo. Por lo cual material humano tenemos de sobra. Solo hace falta la voluntad política de llevarlo a adelante.
- Licencias pagas para madres y padres al cuidado de menores escolarizados y de mayores.
- Subsidio equivalente a dos canastas familiares para familias desocupadas.
- Bono extra mensual y retroactivo para cubrir los gastos en insumos tecnológicos.
Corriente Nacional Docente Conti-Santoro
