Al filo de la navaja. Los trabajadores de la salud misionero

en Goyo Flores/Novedades

En el día de ayer finalmente explotó la situación crítica en la que se encuentra el sistema de salud de nuestra provincia. La pandemia no creó esa situación, sencillamente expuso como se viene degradando años a año nuestros hospitales y CAPS. Todo lo cual es culpa de los gobiernos patronales, provinciales y nacionales, pero sus consecuencias las pagamos los laburantes, con nuestra salud y nuestra vida.
En la semana pasada se confirmó un caso positivo de COVID-19 en una médica del Hospital Madariaga de la ciudad de Posadas. Ya se ha dado a conocer que su hijo de un año de edad, también está contagiado. Este caso no hace más que refrendar las denuncias que venían realizando los trabajadores sobre el estado de enorme precariedad en la que se desempeñan. Sobre todo, la falta de cumplimiento de los protocolos de bio-seguridad. En este sentido enfermeros del Madariaga, el principal hospital de la provincia, denunciaron públicamente la situación, señalando un hecho gravísimo: ante la confirmación del caso positivo de COVID-19 solamente se aisló preventivamente al plantel médico y al personal que tuvo contacto con la contagiada, pero no así al sector de enfermería y de limpieza. De este modo, el gobierno de la Renovación se lava las manos ante la situación y pone en riesgo la salud de decenas de trabajadores del hospital.
El estado de malestar en los obreros de la salud va en aumento. En las últimas dos semanas se activaron varias medidas de protesta, como los bocinazos, pidiendo mejoras salariales y, fundamentalmente, en las condiciones de trabajo. En el día de ayer, enfermeros del hospital SAMIC de Oberá, hicieron público sus reclamos. Como en la totalidad del sistema de salud en la Provincia, en el nosocomio abunda el trabajo en negro en el sector de enfermería (con el pago a destajo por guardias) y los salarios de miseria. Así, los enfermeros piden el pase a planta permanente y la mejora sustancial en las condiciones de trabajo porque, al estar en la primera línea de fuego, temen contraer el virus, lo que los llevaría al aislamiento y, por ende, a no cobrar sus salarios.
El gobernador Herrera Ahuad intentó poner paños fríos en el asunto pagando un bono de $5.000 en dos cuotas. Apenas la mitad del IFE, es decir, una miseria que ni siquiera constituye un avance en una necesaria recomposición salarial. Por otra parte es notable el silencio de las autoridades de Salud respecto al problema de la pandemia. El Ministro de Salud, Oscar Alarcón, no aparece en público desde hace más de un mes. Tras sus polémicas declaraciones, en las que culpabilizó a los trabajadores de salud por los contagios entre el personal, se mantuvo al margen. Es claro que la situación se les fue de las manos: Misiones triplica la media nacional de empleados de salud contagiados. De los 36 casos confirmados hasta el momento, 10 corresponden a trabajadores sanitarios, es decir, un porcentaje del 27,7%, siendo la media nacional un 9%.
Al exponer al contagio a quienes están en la primera línea de fuego, el Estado está llevando a cabo un potencial crimen social contra la clase obrera.

Por todo esto exigimos:

• Licencias para todo el personal de riesgo
• Por una política para cubrir el faltante de personal y más capacitaciones
• Insumos y EPP en cantidad y calidad
• Pago inmediato y aumento del bono para todos los trabajadores de los hospitales
• Reapertura de las paritarias y una recomposición del salario
• Pase a planta permanente de todo personal precarizado
• Por un sistema de salud centralizado y bajo control de los trabajadores para hacer frente a la pandemia

Corriente Clasista Goyo Flores – Corriente Sindical de Razón y Revolución

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