Estos últimos días, se habló mucho sobre Macri y Cristina a raíz de las declaraciones que estuvieron haciendo ambos. El ex mandatario salió a marcar la cancha desde varios ángulos: con la presentación de su libro, con las entrevistas en distintos medios de comunicación y las frases polémicas que estuvieron circulando. Hay varias cuestiones que analizar de lo dicho.
En primer lugar, Macri afirma que, si asumiera en el 2023, no va a necesitar aplicar la política del gradualismo porque la crisis que ya estamos viviendo va a realizar, de alguna manera, el ajuste necesario. Afirma que hasta el 2015 nosotros éramos asintomáticos, que no sabíamos que estábamos quebrados o, por lo menos, la gente no lo terminaba de entender cuando él se lo explicaba. Dadas estas condiciones, en ese entonces, había tenido que ser gradualista con las medidas empleadas. Con todo esto, resulta clarísimo que Macri está esperando a que la economía haga todo el trabajo sucio. Y, en ese sentido, no se diferencia mucho de Alberto y de Cristina que están dejando que la economía (inflación, devaluación) vaya liquidando nuestras condiciones de vida.
Otra de las declaraciones que resuenan y que marca una estrategia, se ve cuando le preguntan en una entrevista sobre la grieta. Ahí, Macri dice que la grieta son valores y que él no puede sentarse a dialogar sobre cuánta gente queda impune y cuánta no. En este punto, Macri está realizando una crítica al interior de Juntos por el Cambio por las negociaciones que estaba llevando el bloque con el kirchnerismo y el massismo en relación a la justicia, en el Consejo de la Magistratura. Acá el sector k no llegaba a los 2/3 y a través de Recondo, el operador de Cambiemos, se logra llegar a ese porcentaje que se necesitaba.
Macri está criticando esta especie de solución colombiana al problema de corrupción donde se juzga sólo a una cúpula y al resto se los libera. Esta irrupción de Mauricio en la escena pública tiene más que ver con controlar su partido que con una candidatura presidencial, porque para el 2023 falta mucho.
Por su parte, Cristina también hizo su aparición mediática estos días. Se la vio dando el 24 de marzo, un discurso que tendría que haber dado el presidente. Esta exposición marcó la prescindencia de Alberto porque muestra como ya, básicamente, dejó de gobernar. Junto a la vice estuvieron el gobernador de Buenos Aires, Kicillof, y Máximo. Incluso, se lo pudo ver a Berni en primera fila aplaudiendo. Este hecho, está resaltando un fuerte apoyo político a este último personaje y refleja como detrás todos sus exabruptos (como Guernica) está Cristina.
Ese día también declaró haber tenido una reunión con los industriales a los que habría apretado porque los empresarios también debían sumarse a la producción. Pese a haberlos retado, cuenta que les ofreció 10 millones de dólares. Si, ¡leyó bien! Una suma enorme que podría estar siendo empleada en la compra de vacunas para toda la población. Esto no hace más que mostrar cómo es la dinámica del kirchnerismo en torno al financiamiento empresarial. Lo mismo ocurre cuando habla de Macri y de la deuda y afirma que la empresa de los Macri se benefició con la dictadura. Pero, se olvida que el Grupo Macri fue unos de los principales aliados de Cristina.
Todo esto no hace más que exponer que a los representantes de la burguesía (vengan del lado que vengan) sólo les interesa tejer alianzas entre ellos cuidando sus propios intereses. Lejos están de velar por nuestras necesidades porque lo único que tienen para ofrecer es la exposición de la mugre de su oponente. Por ello, debemos organizar nuestra propia salida a la crisis, adoptando una política obrera y socialista.Suscribite al WhatsApp de La Hoja Socialista y recibí todas las notas en tu celular