Acaba de entrar a imprenta el próximo título de la colección CEICS de Ediciones RyR, en este caso, un estudio detallado sobre la izquierda y la cuestión agraria en la Argentina de los años ’70, de nuestro compañero Guido Lissandrello. A continuación, presentamos un adelanto del mismo.
En los años ’70 en la Argentina circulaba una anécdota, probablemente ficticia y de evidente contenido humorístico, que constituye un buen puntapié para plantear el problema que aborda este libro 1. Con variantes propias de la circulación oral, lo central de la anécdota puede sintetizarse del siguiente modo. Un buen día dos militantes de una organización de izquierda reciben una cita de su responsable en la que, le han adelantado, van a recibir una tarea militante de gran responsabilidad. Reunidos en un bar, tras haber tomado los recaudos de seguridad del caso, reciben la noticia: su partido entabló contacto con el Partido Comunista de Indochina y gestionó el viaje de una delegación para volver más fluidos los lazos. Los dos militantes citados son los encargados de viajar a Vietnam del Norte. Su responsable les encomienda aprovechar la experiencia de sus pares vietnamitas, revolucionarios que triunfaron en su revolución, y les ordena volver con un informe que le sirva al partido argentino para su revolución. Ya en Sudeste Asiático, los dos argentinos prestan minuciosa atención a cada aspecto del país, apuntan con celo lo que van escuchando en las charlas y reuniones de las que participan, y el último día son recibidos por un alto mando del Partido. Junto a él realizan un recorrido por la capital y conocen los logros de la revolución. Uno de los comunistas argentinos hace la pregunta que viene guardándose desde el primer día: “¿Cómo hicieron para ganar?”. El dirigente le contesta: “Conociendo a fondo la historia del pueblo vietnamita”. Entusiasmados, y ya de regreso en Buenos Aires, los dos comunistas recorren las librerías porteñas de Corrientes y compran todos los libros que encuentra sobre la historia de Vietnam…
El valor de esta anécdota no está en su improbable veracidad, sino en el sentido humorístico que denuncia la existencia de una verdad en su formulación. En efecto, la preocupación sobre el carácter de la revolución en la Argentina se actualizó de manera notable en los comienzos de la década del ’70, cuando el ciclo insurreccional de masas hizo evidente la activación de fracciones de la clase obrera que comenzaban a poner en cuestión, consciente o inconscientemente, el ordenamiento vigente de la sociedad. La respuesta a la pregunta por la forma en que los revolucionarios debían llegar al poder se construyó a partir de diferentes elementos. Sin embargo, existió uno que ocupó un lugar destacado: la apelación a procesos históricos de ese tipo que habían culminado en lo que se juzgaba era un éxito. La cercana y “latinoamericana” Revolución Cubana, la “campesina” y “rural” Revolución China, o la más lejana Revolución Rusa, solo por nombrar las más importantes. Todas experiencias que cristalizaron en un cúmulo de conocimientos teóricos y prácticos que dieron pie a la constitución de verdaderas tradiciones: el leninismo, el trotskismo, el maoísmo, el guevarismo, el estalinismo. En ese gran acervo de conocimiento acumulado y solidificado -porque correspondía a aquello que había funcionado en un determinado tiempo y espacio- gran parte de los partidos políticos de izquierda creyeron encontrar la solución a sus propios problemas. Justamente eso es lo que ilustra la anécdota: el intento de encontrar, en otras experiencias, la respuesta a la propia por transposición o mímesis. Este libro busca recomponer el lugar que esas corrientes ocuparon en la reflexión de los partidos locales y en qué medida esta se combinó, potenció u obturó el conocimiento empírico de la propia realidad nacional que buscaban transformar.
Nuestra investigación busca aportar conocimiento al campo de estudio de las organizaciones políticas de izquierda que formaron parte de la fuerza social revolucionaria y amenazaron la continuidad del capitalismo en Argentina durante el proceso revolucionario de 1969 a 1976. Nos guía la búsqueda de respuestas a un interrogante -las causas del naufragio de los proyectos de transformación social de la izquierda- que, como veremos, ha intentado resolverse desde diferentes perspectivas sin encontrar aún una respuesta definitiva. Creemos que un ángulo novedoso e inexplorado, que permitiría complejizar el conocimiento disponible y el conjunto de elementos que contribuyen a responder ese interrogante, es el del análisis de los programas políticos. Todos los partidos políticos persiguen un objetivo que, a su vez, es el resultado del diagnóstico que realizan de la sociedad que pretenden transformar. Eso es el programa. Un balance sobre el desarrollo alcanzado por una estructura económico-social y la forma en que puede superarse. Como veremos a lo largo de este libro, la izquierda argentina ensayó las más variadas opciones programáticas. Desde quienes juzgaban un desarrollo capitalista insuficiente con supervivencias feudales o precapitalistas, y por tanto quedaba por cumplirse una revolución burguesa, hasta quienes evaluaban plenamente desarrollado el capitalismo en la Argentina y, en consecuencia, su horizonte era ya el socialismo.
Nuestro objetivo es examinar un amplio abanico de observables que comprenden la totalidad de los programas que tuvieron desarrollo en los ‘70 en la Argentina: el Partido Comunista de la Argentina (PCA), Montoneros, el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP), el Partido Comunista Revolucionario (PCR), Vanguardia Comunista (VC), el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), Política Obrera (PO) y la Organización Comunista Poder Obrero (OCPO). La cantidad de observables, que nos permite realizar un análisis transversal al conjunto de la izquierda, nos obliga a hacer un recorte respecto a los elementos programáticos a abordar, tomando un aspecto de ellos suficientemente acotado que habilite a estudiar el conjunto en profundidad. Por ello, abordamos el tratamiento que la cuestión agraria recibió en los programas de los partidos, y reconstruimos su accionar político en el campo, atendiendo tanto a su intervención en los sectores identificados como “campesinos” así como en el proletariado rural, y ante las medidas políticas que afectaban a ese espacio. El agro no es un aspecto menor ni fue elegido como resultado del azar. La Argentina se ha caracterizado por ser un capitalismo de base agraria, por lo que la reflexión sobre “el campo” se convierte necesariamente en una reflexión sobre el conjunto de la estructura nacional. Un elemento histórico, además, refuerza este recorte: los años ’60 y ’70 están signados por la instalación del problema agrario en todo el espectro político y en todo el globo, como resultado de profundas transformaciones que se han dado en llamar la “Revolución Verde”.
Dado que el problema agrario no se presenta en el vacío, sino que se inserta en el análisis de la estructura económica y social general del país, un estudio de este tipo implica abordar la caracterización sobre el estado de las fuerzas productivas, las relaciones sociales, las clases y el grado de desarrollo alcanzado por el capitalismo en el país. Asimismo, el examen de la práctica política nos obliga a poner la mirada tanto en el accionar de la izquierda en sindicatos rurales y las luchas de la clase obrera como en las corporaciones y movimientos de “productores” agrarios. Al tratarse en buena medida de un problema teórico, procedemos a desmenuzar también los argumentos, la utilización de datos empíricos y las referencias a intelectuales de la etapa.
Sostenemos como hipótesis principal que las organizaciones de izquierda que formaron parte de la fuerza social revolucionaria en los ‘70 carecieron de una caracterización que se correspondiera con la situación real de la estructura agraria en la Argentina, quedando presas del prejuicio latifundista y de la ideología campesinista. Ello llevó a que en su accionar político abandonaran los intereses del proletariado rural en favor de los de sus explotadores: los chacareros y/o “campesinos”. Esto fue el resultado de un déficit mayor, producto del fundamento filosófico con el que los diferentes partidos construyeron su programa: en lugar de adoptar una posición científica que se basara en el estudio concreto de la situación concreta, acabaron por comportarse de manera religiosa, tratando de encontrar la respuesta a sus problemas en una apelación dogmática a los “santos” del marxismo. El resultado de ello fue un desconocimiento preocupante sobre la estructura económica argentina, la defensa de los intereses “campesinos” en tanto pequeños explotadores menos eficientes, el impulso a una consigna regresiva (la reforma agraria) y la construcción de una peligrosa confluencia entre clases explotadoras y explotadas (la alianza obrero-campesina).
En función de estos problemas, nuestro acervo de fuentes se compone fundamentalmente de documentos escritos, en tanto que la reflexión de los partidos políticos sobre la estructura económico-social argentina, y en particular agraria, se encuentra distribuida de manera fragmentaria en un amplio abanico de documentos que han sobrevivido hasta la actualidad. De manera que el análisis de los programas supone un proceso de reconstrucción a partir del relevamiento del conjunto de documentos producidos que permiten recomponer, como piezas de un rompecabezas, la lectura de cada organización sobre el agro argentino.
Las fuentes escritas son de diverso tipo y aportan, cada una de ellas, información de distinta naturaleza para resolver problemas diferentes. Por un lado, los documentos congresales son los que presentan mayor contenido teórico, por tratarse de instancias de discusión, debate y síntesis. Las instancias de deliberación en Congreso tienden a concluir con un texto programático que resume los trazos gruesos del programa político del partido, si bien no agotan el asunto ni se detienen en argumentar las formulaciones allí contenidas. Mientras que algunos de nuestros observables celebraron instancias de este tipo durante los años bajo estudio y dejaron como saldo esbozos de programa (PRT-ERP, PCR, VC, PCA), otros utilizaron esas oportunidades para hacer balances más de tipo coyuntural y no estructural (PO, PST). Incluso, algunos carecieron por entero de esas iniciativas (Montoneros, OCPO). Sin embargo, todos ofrecen documentos emanados de sus conducciones nacionales, Comités Centrales u otras instancias de dirección que condensan más o menos acabadamente ciertas definiciones programáticas y estratégicas.
En segundo lugar, contamos con los artículos de las revistas teóricas que varios de estos partidos editaron. Estos documentos brindan información sobre las elaboraciones partidarias más generales, en las que se intenta dar fundamento teórico y/o empíricos a las evaluaciones sobre la estructura económico-social del país. Dentro de este tipo de fuente también pueden ubicarse los libros editados por intelectuales ligados a las organizaciones, que abordaron problemas económicos y/o específicamente agrarios.
Finalmente, la prensa periódica resulta una fuente privilegiada para reconstruir el accionar político cotidiano. El estudio de estas publicaciones permite analizar en qué medida las definiciones programáticas influyeron en la intervención política, tanto a nivel gremial y corporativo como en la escena política nacional y en el examen de los problemas coyunturales centrales de la etapa. En el mismo sentido, contamos con publicaciones y volantes específicos de frentes sindicales que atendían a sujetos sociales propios del agro, así como documentos internos que brindan información sobre intentos de desarrollar este tipo de organización.
Construido con estos criterios, nuestro corpus documental se compone de aproximadamente 192 documentos partidarios y artículos teóricos, 30 libros y más de 1.000 ejemplares de 22 revistas periódicas de aparición generalmente quincenal. Estos materiales fueron recolectados en una decena de archivos, que se detallan en la bibliografía.
La estructura de este libro se organiza de acuerdo a los diferentes observables que han sido tenidos en cuenta. La introducción la hemos destinado, hasta aquí, a presentar el problema de investigación, los objetivos, la metodología, las fuentes escogidas y las hipótesis que guían la investigación. En las páginas que siguen, se desarrolla el estado de la cuestión estructurado en dos partes: la bibliografía que ha ensayado respuestas al interrogante sobre la derrota de las organizaciones de izquierda y sus proyectos de transformación social en los ‘70, y aquella que abordó las definiciones y conceptualizaciones de la izquierda respecto de la cuestión agraria. Finalmente, la introducción concluye con la explicitación del marco teórico que vertebra la investigación, lo que atañe tanto al sistema de conceptos con el cual se abordará el análisis de las organizaciones políticas, así como aquellos que corresponden al ámbito específico de la realidad agraria.
El Capítulo I presenta la situación del agro argentino en los años ’60 y ’70, atendiendo a sus transformaciones estructurales, y las evaluaciones sobre el agro esbozadas por partidos, corporaciones e intelectuales de la burguesía. El Capítulo II se adentra en la reconstrucción de las concepciones agrarias del Partido Comunista, filiado en la tradición estalinista del marxismo, atendiendo a su vasta producción teórica sobre la cuestión y a su intervención dentro de las corporaciones agrarias, el movimiento liguista y el proletariado rural. En el Capítulo III se analizan dos partidos que se filiaron en una corriente del marxismo que hizo particular énfasis en la cuestión campesina, dada la realidad del proceso revolucionario chino, el maoísmo. Se trata del Partido Comunista Revolucionario y de Vanguardia Comunista. En los capítulos IV y V abordamos a los destacamentos con una intervención político-militar que alcanzaron mayor desarrollo en la etapa, expresando los dos programas políticos que polarizaron al activismo: Montoneros del llamado peronismo de izquierda y el PRT-ERP, del guevarismo. Reconstruimos allí sus lecturas sobre el campo y su accionar político, tanto sindical como militar, entre los sectores rurales. En el Capítulo VI se examina al trotskismo y sus expresiones organizativas en la etapa (el Partido Socialista de los Trabajadores y Política Obrera), a los efectos de reconstruir la posición respecto del agro de organizaciones que privilegiaron al proletariado fabril y la alianza “obrero-estudiantil” en su intervención práctica. Finalmente, en el Capítulo VII se estudia una organización que abiertamente combatió el campesinismo, la idea de la insuficiencia del desarrollo capitalista en el agro y la necesidad de una reforma agraria: la Organización Comunista Poder Obrero. Llegado este punto podremos clarificar las particularidades de cada organización y establecer las determinaciones más generales de la fuerza social revolucionaria frente a la cuestión agraria.