Si hacían falta más pruebas del interés del gobierno en dilatar el conflicto por los despidos en Conicet para terminar resolviéndolo con migajas, y llevar así adelante el ajuste en el organismo, la última reunión de la Comisión Mixta de Seguimiento del Acta Acuerdo firmado en diciembre, lo dejó en claro.
De cara a la reunión de la Mesa, que tuvo lugar el jueves 11, se informó de manera individual la reconsideración de 47 casos. Por otra parte, el MinCyT publicó un comunicando informando un acuerdo con el Ministerio de Educación, por el cual se crearían 410 cargos de JTP con dedicación exclusiva en universidades nacionales de todo el país, para la mayoría de los 498 becarios incluidos en el acuerdo. Mucho se especuló en torno a esta escueta información en los días previos a la reunión, e incluso algunos medios (Clarín) lo difundieron como noticia de un hecho dado. Lo cierto es que en la reunión de la Comisión Mixta se repitió una escena similar a la de la última vez: las autoridades de CONICET y el Ministerio no pudieron responder a los cuestionamientos planteados por los representantes gremiales y de la Red Federal de Afectados allí presentes, y lo poco que detallaron resultó alarmante.
Por empezar, no hay un sólo documento firmado que pueda dar cuenta de la versión oficial sobre un acuerdo con la cartera de Educación. Del mismo modo, no pudieron precisar qué universidades habrían aceptado la creación de esos cargos (la inviabilidad de ello es clara sobre todo para el caso de la UBA, que se niega a aplicar el Convenio Colectivo de Trabajo que rige en el sector y ya hubo declaraciones de algunas autoridades rechazando esta posibilidad). Lo más grave, sin embargo, son las condiciones que traerían aparejadas estos puestos de trabajo. El gobierno afirmó que se trataría de cargos “cerrados” de JTP, con “nombre y apellido”, en la universidad donde el becario trabaje o se desempeñe como docente. Aquí, un primer problema, es que no todos los becarios afectados ejercen la docencia ni están en universidades. Tal es el caso de quienes trabajan en organismos descentralizados, como INTI, INTA y CNEA, que quedarían por fuera de esos 410 cargos. El gobierno no pudo responder qué pasará con ellos, y se limitó a mencionar supuestas negociaciones con dichos organismos. Sin embargo, sabemos que están igual de desfinanciados que las universidades, y que ingresan personal con contratos precarios.
Por otra parte, respecto a los compañeros que serían “ubicados” en universidades, ya fue señalado el conflicto que esto generaría en términos de pasar por arriba de los mecanismos de concurso y promoción de las universidades, muchas de las cuales tienen docentes trabajando ad honorem o contratados hace años. Precisamente por ello, el gobierno se vio obligado a reconocer que esos 410 cargos creados irían a concurso en dos años (2020) según la normativa de cada universidad, con lo cual los compañeros podrían tener que someterse a concursos abiertos y perder sus trabajos. Es decir, que no se cumpliría una condición elemental del acuerdo, referido a la estabilidad laboral. Frente a ello, es necesario remarcar lo obvio: los compañeros ya concursaron para el ingreso a Carrera de Investigador Científico. ¿Qué cargo puede crear el gobierno en una universidad para que no vaya a concurso y por tanto su estabilidad no vaya a verse afectada?
Si bien esto es ya es razón suficiente para rechazar la “oferta” del gobierno, hay una serie de otros elementos igual de cuestionables. Uno de ellos es el salario que percibirían los compañeros en tanto JTP, que no equivaldría al de un investigador asistente. En este sentido, no está claro cómo tomarían en cuenta la antigüedad de los compañeros (y, nuevamente, hay muchos que no trabajan en docencia, ¿van a cobrar menos por ello?). Tampoco estarían dadas las condiciones para acceder a mecanismos de promoción similares a los de la Carrera. Ni está garantizada la continuidad de los temas de investigación, ni de los lugares de trabajo propuestos.
Así las cosas, tras la reunión de la Mesa se realizó una asamblea en la que todas las organizaciones se pronunciaron en rechazo a la propuesta recibida. Quedó claro que la única opción factible es que los compañeros ingresen a CONICET, tal como les corresponde. Todo el punto es cómo sigue ahora la lucha para conseguirlo. Mientras que el kirchnerismo se mira el ombligo, la Naranja (PO) se limitó a arengar la necesidad de reforzar la lucha, cuando lo que necesitamos es discutir acciones concretas. En este sentido, La Brecha en JCP atinó a señalar lo que hace meses otras organizaciones venimos diciendo: hay que radicalizar las acciones.
Como dijimos en diciembre, el acuerdo no era más que la aceptación de un empate que se resolvería según la relación de fuerzas que pudiéramos establecer. Algunos compañeros durmieron en los falsos laureles de un igualmente falso triunfo. Si así hubiera sido, no podía explicarse cómo tan rápidamente el gobierno dio vuelta la correlación de fuerzas. El gobierno, que es bastante más lúcido que muchos dirigentes becarios, entendió muy bien la situación, cuando vio que quienes dirigen el conflicto se niegan sistemáticamente a tomar medidas más radicalizadas, que no es posible siquiera hacer una asamblea del conjunto de las organizaciones ni se llaga a acuerdos organizativos a nivel nacional (o sea que estamos fragmentados) empezó a avanzar sin ningún obstáculo. “Las fuerzas no nos dan”, dirán algunos, que más bien deberían empezar por hacerse cargo de su responsabilidad en la desmoralización y desmovilización de los compañeros que ven como nos juntamos en festivales y ferias pero nunca avanzamos, mientras el gobierno nos pasa por encima. En lugar de excusarse, deberían hacerse cargo de su responsabilidad por haber llevado el conflicto a este punto. ¿Cuántas reuniones más necesitamos para darnos cuenta de que sólo con una medida contundente vamos a lograr arrancarle a CONICET los 498 ingresos? No le vamos a torcer el brazo al gobierno con más festivales en la puerta del Ministerio. Necesitamos discutir y organizar una medida de fuerza. Y necesitamos hacerlo reforzando la articulación nacional con las asambleas regionales de los CCT, y con todos los sectores en lucha contra la profundización del ajuste en ciencia y educación.
¡TODOS ADENTRO DE CONICET!
Razón y Revolución
17/05/2017