A Capitanich no le importa la salud de la clase obrera. La situación del Hospital Perrando y de los trabajadores de la salud

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En Chaco, se sigue elevando la cantidad de contagios y de muertos. Hasta el momento, hay 896 contagios y 58 fallecimientos. La semana pasada, se produjo un rebrote de coronavirus en la Pastilla 9 del Hospital Perrando. Se trata de 8 contagios: un médico, seis enfermeras y una mucama. El contagio se produjo por una persona que fue atendida luego de un accidente, y si bien se le hizo el hisopado y no presentaba síntomas, un cuadro de neumonía posterior encendió la alarma en el nosocomio. Es evidente que esto se hubiera evitado si el personal de salud tuviera la protección de bioseguridad correspondiente, tal cual vienen denunciando desde el inicio de la pandemia. Esto demuestra que a Capitanich, como todo el personal político burgués en el país, no le interesa la salud de la clase obrera, sobre todo de los que están en la primera línea de fuego.

El sábado pasado, los médicos chaqueños adhirieron a la medida nacional en la que se reclaman medidas de protección urgente (que siguen siendo escasas), fin de la persecución judicial, el pago de fondos adeudados por las obras sociales y mejores condiciones laborales. El propio Capitanich estuvo presente en la movilización para tratar de impedirla a toda costa. Montó un operativo policial para no permitir el paso a los manifestantes en la que se labraron multas por violar la cuarentena. De todas maneras, las caravanas se hicieron sentir en Resistencia, Sáenz Peña y otras localidades del interior. Sin embargo, el pastor Ledesma realizó un auto-culto en la que asistieron centenas de personas diciendo tener la autorización del intendente del municipio de Resistencia, Gustavo Martínez y del gobernador Jorge Milton Capitanich. Por lo visto la fe está por encima de la salud de los trabajadores.

Mientras tanto, el tan anunciado hospital modular que debía estar listo en mayo y que tiene previsto contar con 80 camas, tubos de oxígeno y respiradores, todavía no se concretó. Pero esta situación no es nueva. La salud chaqueña está deteriorada hace décadas. Esa es la importancia que le da la burguesía a la salud de la clase obrera. A esto hay que sumarle la enorme precarización laboral de los trabajadores de la salud, que siguen expuestos al contagio y con riesgo de muerte por estar en contacto directo con los contagiados con escasa protección.

Exigimos inmediatamente las medidas de protección de bioseguridad para los trabajadores de la salud, el pase a planta de todos los precarizados y aumentos de sueldo que equiparen el salario al costo de dos canastas básicas totales.

Razón y Revolución Chaco

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