Espejitos de colores – Por Dolores Martínez González y Giselle Vinokur

en El Aromo n° 90

9c1A la fecha, no existe publicación alguna de la Unidad, siendo las únicas cifras oficiales las del Registro de Femicidios elaborado por la OM, cuyas fuentes sólo son judiciales y su relevamiento acotado al año 2014. ¿Por qué se elaboró rápidamente un documento con un corte temporal menor y un solo tipo de fuente, en lugar de esperar los primeros resultados de la Unidad?

Por Dolores Martínez González y Giselle Vinokur (Grupo de Estudio del Femicidio en Argentina-CEICS)

La primera y multitudinaria concentración que tuvo lugar el 3 de junio de 2015 bajo la consigna Ni Una Menos, puso en evidencia la inexistencia de estadísticas oficiales que cuantificaran los casos de femicidio en el país. Es evidente que esta gran concentración y su agitación mediática, despertaron en el Gobierno la necesidad de dar algún tipo de respuesta.

Por un lado, el 4 de junio de 2015 la vicepresidenta de la Corte, Elena Highton de Nolasco puso en funcionamiento el relevamiento que daría lugar al primer Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, elaborado por la Oficina de la Mujer (OM). Dicho registro fue publicado el pasado 25 de noviembre de 2015, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En el informe, se hace mención del reclamo elevado por diversas organizaciones sociales y por la convocatoria Ni Una Menos de la urgencia de contar con un registro oficial, pero haciendo la salvedad de que la OM se encontraba trabajando con anterioridad en la elaboración de un sistema de recolección de datos, que debía ser validado por el MESECVI[1] (Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará). Sin embargo, se aclara que dicha validación internacional aún no ha sido conseguida, razón por la cual,el registro elaborado constituye sólo una “aproximación cuantitativa”, con el fin de proporcionar bases para el diseño de políticas públicas. Se excusan así por la publicación de un documento acotado, escueto y precario, que no cuenta con la validación internacional correspondiente.

Por otra parte, el 5 de junio de 2015 se conformó la Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de Femicidios y de Homicidios agravados por el género, dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación (SDH), cuyo objetivo sería crear un registro oficial de femicidios, que incluyera tanto los femicidios como los homicidios agravados por el género. A pesar de haber sido creada dos días después del Ni Una Menos, en la web[2] informan que la Unidad vendría efectuando una serie de “reuniones preliminares” desde 2014 con diversos organismos gubernamentales y no gubernamentales, para establecer criterios metodológicos y algunas acciones de recopilación y sistematización de la información. La Unidad se encargaría de elaborar un registro tanto cuantitativo como cualitativo, cuya información se sistematizaría mediante una “Base de Datos”, a partir de la cual se elaboraría supuestamente un informe semestral que además de sintetizar el trabajo realizado, aporte recomendaciones de políticas públicas.

Asimismo, según afirma Ana Oberlin[3] (Directora de Asuntos Jurídicos de la SDH de la administración anterior), en diciembre del año pasado se iba a publicar el primer documento de la Unidad, que abarcaría de 2012 a 2015 e incluiría el entrecruzamiento de datos con distintas fuentes.“Curiosamente”, Oberlin rechazó la posibilidad de que la creación del registro respondiera a los efectos de la multitudinaria concentración, ya que la decisión se habría tomado y comenzado a ejecutar un año antes.

A la fecha, no existe publicación alguna de la Unidad, siendo las únicas cifras oficiales las del Registro de Femicidios elaborado por la OM, cuyas fuentes sólo son judiciales y su relevamiento acotado al año 2014. ¿Por qué se elaboró rápidamente un documento con un corte temporal menor y un solo tipo de fuente, en lugar de esperar los primeros resultados de la Unidad?

Un registro incompleto

El informe del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia argentina reconoce entre sus antecedentes el trabajo de la Casa de Encuentro y afirma que la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte publica mensualmente en su página web los casos de violencia doméstica que se denuncian, incluyendo datos “sociodemográficos”. En la web, encontramos que dicha publicación consiste en una serie de cuadros que sistematizan las denuncias por casos de violencia familiar únicamente ocurridos en Capital Federal, no dicen demasiado y no son acompañados de ningún informe explicativo. Muy pobre para constituir un antecedente válido.

En el aspecto metodológico,el relevamiento de los datos fue encomendado a una persona responsable de cada jurisdicción. Cada una delegó la tarea mayoritariamente en la Oficina de la Mujer local u oficina similar, en la persona referente de la OM-CSJN, en el área de estadísticas, o en algunos casos en la secretaría administrativa o de jurisprudencia. Sin embargo, como en algunas jurisdicciones está vigente el sistema acusatorio, las causas se inician en fiscalías, por lo que muchos datos obran en poder del Ministerio Público Fiscal, representando así una barrera para el acceso a la información que no pudo ser sorteada en todos los casos. Este obstáculo queda como “una tarea pendiente” para procesos futuros.

Asimismo, la carga y recopilación de la información fue llevada a cabo a través de un sistema informático donde cada encargado de la jurisdicción ingresa directamente los datos.  Teniendo en cuenta que los expedientes judiciales no son siempre caratulados como femicidios, depende de la voluntad y la capacitación de la persona designada por la jurisdicción, dilucidar cuáles se incluyen en la categoría.

Así señalan que la capacitación y la evacuación de las dudas fue realizada por medio de un video explicativo y de “grupos de discusión”. Realmente poco serio. Estas cuestiones pueden explicar, entre otras cosas, situaciones como las de Catamarca y La Rioja, donde según la estadística, no existen femicidios…

Por otra parte, lo primero que podemos observar en las conclusiones es el número de muertes: 225 en todo el país durante 2014, frente a los 277 que establece la Casa del Encuentro para ese año. ¿Cómo es posible que un registro elaborado por la colaboración de toda la justicia argentina, no sólo encuentre menos casos que la Casa del Encuentro, sino que además carezca de información en algunas jurisdicciones? Por último, el Registro no discrimina los casos por clase social. De esta manera, no nos permite comprobar si el fenómeno afecta a todas las mujeres por igual, o si existen mayores víctimas de clase obrera. La Casa del Encuentro, la OM y otros organismos vinculados al tema, consideran a priori que la violencia contra la mujer es una problemática que afecta a todas las mujeres por igual, sin importar pertenencia de clase. Afirmar esto sin una estadística que lo avale no sólo es anticientífico, sino que constituye una forma ideológica de negar las relaciones sociales que rigen este tipo de sociedad, considerando que la única opresión que sufre la mujer es el patriarcado.

Ante las inquietudes y críticas formuladas, decidimos ponernos en contacto con la OM con el fin de realizar una entrevista a los profesionales que trabajaron en la conformación del informe. A fines de diciembre del 2015 logramos comunicarnos con la Lic. Nidia Marsero, a cargo de la Gestión administrativa y articulación, que si bien expresó interés por realizar la entrevista, nos explicó que la misma debería llevarse a cabo en febrero porque estábamos entrando en feria judicial. Los primeros días de febrero recibimos un correo donde nos explicaba que ya no se encontraba a cargo del sector y nos dejaba el contacto de la Dra. María Delia Castañares, que había formado parte del equipo de la OM y se encontraba a cargo del área. Automáticamente intentamos coordinar una entrevista con las dos. Durante un mes recibimos respuestas muy amables que posponían el encuentro por motivos de reacomodamiento del sector y que ya nos iban a “dar una fecha”. Todavía estamos esperando.

Espejitos de colores                                        

El jueves 14 de abril la Agencia de Noticias del Poder Judicial publicó una nota donde informaba que en la Cumbre Judicial Iberoamericana[4] se aprobó por unanimidad la creación del Registro Iberoamericano de Femicidios, propuesto por Highton de Nolasco, cuyo fin es ampliar la experiencia argentina para diseñar un mapa regional.[5] Teniendo en cuenta lo analizado en esta nota, ¿qué se puede esperar de esta propuesta “regional”? Parece bastante claro que se trata de una maniobra propagandística y nada más. Mientras tanto, seguimos ignorando la verdadera magnitud del fenómeno.

[1] Vease http://goo.gl/9s4PhC, pág 5.

[2]Vease http://goo.gl/IGB6jj

[3] Vease http://goo.gl/v1o2ti

[4]Es una organización que articula la cooperación y concertación entre los poderes judiciales de los 23 países de la Comunidad iberoamericana de naciones, aglutinando en un solo foro a las máximas instancias y órganos de gobierno de los sistemas judiciales iberoamericanos. Reúne en su seno a los presidentes de las Cortes Supremas y Tribunales Supremos de Justicia y a los máximos responsables de los Consejos de la Judicatura iberoamericanos.

[5]Vease http://goo.gl/7wKda0.

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