A continuación le presentamos algunos casos donde los obreros sufren la crisis. Entrevistamos a despedidos de Gestamp, a miembros de la Comisión Interna de Paty, a trabajadores de Lear y del frigorífico Beccar. En todos estos lugares, los obreros han decidido no aceptar pasivamente la decisión de la patronal.
El desvelo de la burocracia. Autopartista Gestamp, zona norte GBA
Por Nicolás V. (TES – CEICS)
En las últimas semanas, el conflicto de Gestamp ocupó el centro de la escena nacional. A pesar de la complicidad del sindicato con la empresa, se consiguió parar la producción, se cortó la autopista Panamericana y las avenidas Callao y Corrientes, se organizó un acampe en la puerta de la empresa y se realizan volanteadas por fábricas aledañas. La empresa recurrió al lock out patronal y a la militarización de la fábrica. El sindicato colaboró con ella enviando una patota a reprimir y sacando una solicitada en los diarios donde ataca a los obreros en lucha con argumentos macartistas que intentan aislarlos de la solidaridad del resto de sus compañeros. El pico del conflicto llegó cuando nueve trabajadores deciden colgarse del puente grúa en la planta 4. El gobierno provincial recurrió a la conciliación obligatoria, aún con la oposición del sindicato y el gobierno nacional, quienes cuestionaron públicamente la posibilidad de reincorporar a los trabajadores. No obstante, esta medida fue escandalosamente “derogada” por la misma autoridad que la había decretado días antes y no se consiguió, hasta ahora, la reincorporación. Actualmente se comienza a instalar la vía judicial por la reinstalación como una alternativa a seguir. A continuación, reproducimos una entrevista uno de los compañeros que están en lucha.
¿Cuáles son los motivos del reclamo?
Desde el 7 de abril tenemos 67 despidos y no tuvimos ninguna respuesta por parte del SMATA, ni de la empresa, ni del Ministerio. El conflicto tiene su origen en las suspensiones discriminatorias que lleva adelante la empresa, ya que afectaban principalmente a trabajadores con enfermedades profesionales y activistas. Ante esta situación, se realizó una asamblea y la empresa respondió con los despidos. Los que no fueron despedidos, cobran el 75% del salario.
¿Qué postura tomó el sindicato ante el conflicto?
Cuando fuimos a la audiencia en el Ministerio de Trabajo, exigimos la participación de los despedidos, porque el sindicato nos frenaba la entrada. Ellos plantean los despidos en torno a causas individuales y no colectivas. Y todos fueron despidos por la misma causa. Ahí nosotros nos dimos cuenta que el SMATA por nosotros no iba a hacer nada.
Por otro lado, el jueves nos presentamos a la puerta de Wolksvagen, para difundir una carta entre los trabajadores. Los primeros 45 minutos fueron excelentes, pero en el cambio de turno salieron 60 personas con chalecos de SMATA a pegarnos. Hay filmaciones de esto. Algunos compañeros resultaron muy golpeados y tuvimos que llevarlos directamente al hospital.
En búsqueda de “precios cuidados”: Autopartista LEAR, zona norte del GBA. – Por Julia Egan
Por Julia Egan (TES – CEICS)
El enfrentamiento entre los obreros y la patronal de LEAR no es nuevo. Durante 2012, la empresa dejó de abonar un adicional anual de 100 horas que se había conseguido para todas las empresas de la actividad, lo que llevó a un paro en la fábrica. En 2013, los empresarios siguieron negándose a pagar el adicional. En mayo de ese año, a este reclamo se sumó el cumplimiento de las normas de seguridad e higiene, el aumento de los viáticos (tras el aumento de las tarifas), la recategorización y la efectivización de más de 70 contratados. La empresa los enfrentó con 16 despidos, que finalmente fueron revertidos. A fines del pasado mayo, la empresa suspendió a 330 trabajadores por tiempo indeterminado, con una reducción del 25% del salario a los suspendidos. Pero el dos de junio, el Ministerio de Trabajo declaró ilegales a las suspensiones, porque la empresa no había denunciado una crisis. El 19 de ese mismo mes, se realizaron otras 200 suspensiones, esta vez por 30 días y sin goce de sueldo (para los suspendidos, se entiende). Se trataba de los mismos compañeros habían sido suspendidos en la tanda anterior. Una semana después, se despidió a 100 trabajadores, aduciendo bajo rendimiento. Los trabajadores de Lear, que habían elegido delegados no alineados con la dirección del SMATA, tuvieron que enfrentar la represión el 26 de junio, cuando realizaban un corte de calle en Corrientes y Callao.
Esta fábrica de cables, proveedora de automotrices como Ford, comenzó este año a importar parte de la producción de cables desde Centroamérica. Mientras duró el verano económico, la empresa logró producir emulando condiciones “normales”. Pero una vez agotado el ciclo de crecimiento, debe buscar otra fuente. No es casualidad, entonces, que se recurra al trabajo de obreros en peores condiciones de trabajo y salariales. Según un trabajador, en las plantas que la empresa tiene en de Honduras la intensidad del trabajo parece ser mucho mayor: “obligan a los compañeros a trabajar con pañales para que no pierdan tiempo en ir al baño”.1 Sumado a los bajos salarios, la ecuación parece cerrar perfectamente. Esto no consiste en una traición a la patria, ni un “vaciamiento”, sino que es una típica conducta del capital: buscar donde se ofrezcan mejores condiciones para aumentar su ganancia.
Notas
1 Véase ACTA, “Lear: siguen los despidos en la industria”, 2/7/14, disponible en http://goo.gl/yk1kB2.
Freezados. Frigorífico Beccar, Entre Ríos – Por Rodolfo Leyes y Víctor Pralong
Por Rodolfo Leyes y Víctor Pralong (TES – CEICS)
El 27 de junio, en Concepción del Uruguay, 1.500 personas entre trabajadores del frigorífico Beccar marcharon hacia el centro de la ciudad. Se trata de uno de los tres frigoríficos más importantes de la provincia. La razón de la movilización no era otra que la interrupción del pago -que hace más de dos meses no se concreta en tiempo y forma- y el atraso del aguinaldo. Los problemas no terminan allí: la empresa no está enviando pollos a faenar, por lo cual el cierre parece inminente. En dialogo con los delegados, nos comentaron que hacía poco más de una semana habían recibido para faenar a las gallinas ponedoras, responsables de la reproducción de los pollos que luego se crían para consumo. Semanas anteriores habían recibido pollos de 600 gramos, cuando lo normal es que pesen entre 2 a 3 kilogramos. El problema que afronta la empresa es la quita de subsidios estatales, sin los cuales no puede subsistir.
La movilización del 27 de junio finalizó la concentración con la promesa del actual ministro de educación de la provincia y ex vicegobernador de Urribarri, de recibir a los delegados. El Secretario General del Sindicato de la Carne, cumplió un papel patético. Se unió a la movilización varias cuadras después y marchó detrás de todos, en su auto de alta gama.
Para aumentar males, la burocracia sindical ha dividido a los frigoríficos, afiliando algunos al Sindicato de la Carne y otros al de Alimentación. A pesar de que se han trazado relaciones entre los delegados de base, ésta pende de las simpatías comunes que se tengan. Sin la intervención de partidos de izquierda que potencien esas energías, los obreros buscarán en la dirección burguesa respuestas a su malestar.
Te quiere… en la calle. – Por Nicolás Viñas
Alimenticia Paty, zona norte GBA.
Por Nicolás Viñas (TES – CEICS)
La multinacional Paty dejó a 250 trabajadores en la calle, tras anunciar que cerraría la planta en la zona norte del Gran Buenos Aires para trasladarla a Santa Fe. Los trabajadores respondieron con la ocupación del establecimiento, pero fueron desalojados por un importante operativo policial. A su vez, la empresa ofreció retiros voluntarios de un 20% por encima de la indemnización correspondiente, los cuales fueron aceptados por una cantidad importante de empleados. Decenas de compañeros que continuaron la lucha decidieron encadenarse en la puerta de la fábrica para evitar su vaciamiento, pero la infantería los desplazó permitiendo el retiro de material clave para la producción. Ante la negativa del sindicato a tomar ninguna medida de fuerza, se realizó una movilización a la sede gremial para exigir su intervención. Mientras tanto, el Ministerio de Trabajo no dio respuestas para garantizar la continuidad laboral. A continuación, el testimonio de uno de los compañeros afectados.
¿Cómo llega la empresa a cerrar la fábrica?
Ya hace unos meses había rumores de que la fábrica cerraba y pedimos una reunión un jueves con la empresa en la que se nos dijo que no había nada malo. El domingo, día del padre y partido de Argentina mediante, nos reunieron en una estación de servicio para avisarnos que iban a cerrar la planta y que nos iban a indemnizar. La fábrica se había llenado de personal de vigilancia privada, pero el lunes cuando la ocupamos se tuvo que retirar. Vinieron de distintas organizaciones a apoyarnos, pero es una lástima porque el día del desalojo éramos muy pocos. Después, tuvimos la audiencia en el Ministerio de Trabajo y la empresa no pudo justificar una crisis. La forma de desvinculación, por su parte, es un absurdo porque no hay telegrama, son despidos de palabra. Nosotros creemos que la patronal quiere sacarnos a todos, porque la Comisión Interna nunca arregló con la patronal por atrás.
¿Cuál fue la actitud del sindicato en este conflicto?
El sindicato ayer estuvo en la audiencia. Los otros días vino con bebida, con chorizos… A nosotros no nos interesa. Nosotros queremos que venga gente y que llamen a un paro general. Yo digo que ellos también se ven beneficiados, porque Paty siempre los hizo quedar mal: todos los aumentos que tuvimos los ganamos nosotros, la gente de Paty los ganó…