“En EE.UU., la población negra siempre ha sido la que más profundamente ha sufrido las crisis”. Entrevista con Dan Suárez, de la Organización Socialista Internacional.

en El Aromo nº 74

 

 

Si usted creía que la elección de un presidente negro era expresión de que el racismo había mermado en Estados Unidos, lo invitamos a leer esta entrevista con los compañeros de la Organización Socialista Internacional. Allí verá qué poco vale la vida de una persona de color, en el “gendarme mundial” de los derechos civiles, y por qué la cuestión de clase sigue siendo determinante.

 

Jessica Kirstein

Colaboradora

 

Ir al kiosco para comprar unos caramelos y un té frío no debiera ser peligroso, ni mucho menos fatal. Pero sí lo fue para Trayvon Martin, un muchacho negro de 17 años, quien fue asesinado por George Zimmerman, un hombre blanco de 28 años, miembro de la patrulla de seguridad vecinal de Sanford, una localidad de la ciudad de Florida. El asesino alegó haber sido atacado por el muchacho. La policía local no puso en duda esta versión, dejó en libertad al agresor la misma noche del asesinato y no se preocupó por avisar a la familia de Trayvon. ¿Por qué la policía actuó de esa manera? En Florida, como en otros 29 estados de EE.UU., rige la ley Stand Your Ground (defiende tu posición). Esta norma exonera de culpa a una persona que, sintiéndose amenazada de alguna manera inespecífica, utilice fuerza letal contra su supuesto atacante.

Luego de 44 días de protestas para que se investigara el caso, se detuvo a Zimmerman, quien fue absuelto a mediados de julio. El fallo se basó en la polémica ley, que indica que el acusado no está obligado a comprobar su versión de los hechos, sino que es la fiscalía quien tiene que comprobar que Zimmerman no debió sentirse amenazado. En este caso, Zimmerman se sintió amenazado simplemente por la apariencia del joven. Tras la absolución, se realizaron una serie de manifestaciones en cien ciudades, en la que participaron miles de personas reclamando justicia y la derogación de la fatídica ley. Nuestra colaboradora, Jessica Kirstein entrevistó a Dan Suárez, de la Organización Socialista Internacional, quienes participaron de la organización de las manifestaciones. Aquí, lo más interesante de la charla.

 

¿Los sorprendió la reacción frente a la absolución de George Zimmerman?

 

Sí, por dos motivos. Por un lado, sorprende la ira que provocó el veredicto. La atención nacional que recibe un caso como éste no siempre garantiza que se genere tanta indignación. Además, el Partido Demócrata es culpable de haber cerrado el espacio necesario para hablar sobre estos temas durante muchos años. Los demócratas han intentado clausurar el debate de los problemas sistémicos que nos revela el caso de Trayvon Martin. Los demócratas cooptaron todo movimiento social -feminismo, el movimiento obrero, el movimiento de poder negro- y los que no se han dejado cooptar, han sido perseguidos o tienen que trabajar en la clandestinidad. Pero el asesinato de Trayvon Martin y la absolución de George Zimmerman abrieron un espacio para hablar del racismo y las desigualdades inherentes del sistema de justicia estadounidense.

 

Llamativamente, la Asociación Nacional de Rifles (NRA por su sigla en inglés) se llamó al silencio sobre este caso. Generalmente, tras un tiroteo fatal, la NRA argumenta que si hubiese tenido una pistola, el tiroteo no hubiera sucedido y/o estaría la víctima viva. En este caso, nadie de la NRA dice que si Trayvon Martin hubiera estado armado, estaría vivo hoy. Tampoco se propone que los jóvenes negros se armen para defenderse de hombres como Zimmerman…

 

La NRA es una organización implícitamente racista. La NRA se organiza como una entidad de auto-defensa de los blancos para defenderse contra los negros. La organización responde, perspicazmente diría yo, al clima racial contemporáneo de los Estados Unidos. La organización promueve el derecho de armarse, en base de la segunda enmienda de la constitución estadounidense, para que los blancos se defiendan de los negros. Se hablaba mucho del derecho de defensa de Zimmerman y no del derecho de Trayvon Martin a defenderse, precisamente, porque no se ve la necesidad del negro de defenderse. Se los ve siempre como amenaza, como matón. El Estado legitima la imagen del negro como amenaza. La probabilidad de que exista sentencia de pena de muerte se cuadruplica cuando se trata de una víctima blanca.

 

No es la primera vez que se mata un joven negro de esta manera. ¿Por qué creen que la reacción con este caso fue distinta a los otros?

 

El caso Troy Davis [un joven negro condenado a la muerte, a pesar de haber evidencia que indicaba su inocencia] sucedió al principio del movimiento Occupy. La consciencia va aumentando. La familia de Trayvon buscó informarle al público sobre el asesinato de su hijo. También sumó la organización de grupos militantes. Si hubiese pasado en años anteriores, no sabemos si hubiese habido tanta indignación. Cada 24 o 36 horas una persona negra muere a manos de un policía. Generalmente, la policía es responsable y por eso resulta más difícil la lucha, porque es contra el Estado. La solidaridad policial es dominante y muy importante en los Estados Unidos. Los policías están formados para no delatar. Y las consecuencias que sufre un delator son muy graves.

 

¿Creen que la gente empieza a ver el racismo como un problema de desigualdades estructurales o simplemente está indignada por este el caso de Trayvon Martin específicamente?

 

Un poco de las dos cosas. Entre las comunidades pobres, la frustración aumenta. Un factor que contribuye a esta frustración fue la crisis de 2008. La crisis inmobiliaria causó la pauperización más grande para los negros desde la época de la esclavitud. Los resultados de la austeridad y las políticas neoliberales contribuyeron a la frustración. La población negra siempre fue la que primero, y de manera más profunda, sufrió las crisis en Estados Unidos. También se produjo un desencanto con Obama. La vida de la gente ha empeorado durante su presidencia. Mientras sus vidas se dificultan, la urgencia aumenta y la gente está menos dispuesta a aguantar. Obama da un discurso apasionado mientras prepara el nombramiento de Ray Kelly como secretario del Ministerio de la Seguridad Nacional. Ray Kelly fue comisario de la policía de New York y se lo conoce por su política de “detener y palpar” (que autoriza la policía a detener y palpar a cualquier persona que aparezca sospechosa, sin más motivo fundado) y su aplicación principalmente contra los negros y los latinos.

 

¿Cómo se relaciona este movimiento con la cuestión de clase?

No se puede constituir un movimiento de clase sin que sea también un movimiento anti-racista, pues los negros son las principales víctimas de las desigualdades estructurales. Como activistas de la justicia social, nos toca llamar la atención sobre la relación entre la injusticia del caso de Trayvon Martin y las desigualdades estructurales en nuestra sociedad, economía y sistema de justicia. Necesitamos desarrollar una crítica más amplia del sistema judicial, que discrimina en base a la raza y a la clase y no solamente contra racismo interpersonal en un solo caso. Hemos tenido un nivel de lucha muy bajo, en los Estados Unidos, durante los últimos 50 años. Recién comenzó a reavivarse la lucha en los últimos dos o tres años, empezando con las protestas en Wisconsin en 2011, luego con el movimiento Occupy y con la huelga del sindicato de maestros de Chicago y las luchas sobre la reforma educacional. El nivel de protesta ha sido bajo en comparación, por ejemplo, con las protestas de los estudiantes chilenos, que pueden hablar de huelgas generales. Nosotros no estamos ahí, todavía…

 

 

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