Cartoneros, empleadas domésticas y perceptores de planes sociales, todos son clase media para el Banco Mundial

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Una crítica al informe del Banco Mundial sobre el crecimiento de la clase media en América Latina.
 
Sebastián Cominiello
Taller de Estudios Sociales-Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales
 
El Banco Mundial presentó el martes 13 de noviembre, en Washington, un informe sobre La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina donde resalta el crecimiento de la clase media para la región. La medida establecida por el organismo para emblocar a la clase media es de por sí muy baja a nivel mundial, pero a eso se suma que en la Argentina usa las cifras del Indec, lo cual distorsiona aun más el cálculo.
 
Según los datos del informe la clase media de América Latina creció un 50%. Entre los países que la conforman se destaca el caso de Argentina. Las cifras del Banco Mundial muestran que la clase media argentina se duplicó en la última década, pasando de 9.3 millones a 18,6 millones. Ese 9,3 millones de personas representan alrededor de un 25% de la población total. “La experiencia reciente en América Latina y el Caribe le muestra al mundo que se puede brindar prosperidad a millones de personas” sentenció el Presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim mostrando el horizonte de felicidad que nos espera.
Sin embargo, apenas uno se inquieta por conocer que entiende el Banco Mundial por “clase media”, empiezan los problemas. En efecto, según el organismo, quienes pertenecen a dicha clase deben tener un ingreso entre US$10 y US$50 por día y per cápita (al tipo de cambio de la Paridad del Poder Adquisitivo-PPA) [1]. El dólar PPA es diferente al dólar comercial. Se trata de un indicador que establece cuántos pesos se necesitan para comprar lo mismo que se compra en los EEUU. Es similar al famoso “índice Big Mac”. Este índice varía con la inflación anual de cada país. El Banco Mundial cuando elabora la serie para la Argentina se basa en las cifras del INDEC. Si tomamos lo que aparece publicado en la página del Banco Mundial, en 2010, para comprar lo mismo que 1 dólar se necesitaban 1,87 pesos. En cambio, si hacemos el mismo cálculo pero con una inflación más realista (por ejemplo la medida por la provincia de San Luis), se necesitaban 2,79 pesos. Esto, por supuesto, hará que para tener un ingreso equivalente a la capacidad de compra de U$S10 por día, se necesiten 18,7 pesos para el BM, mientras que en la realidad son 27,9. No obstante, con tomar cifras más reales la cantidad de personas en esa categoría no varía mucho. De esta manera, este ingreso les permitiría, siempre según el organismo internacional, ser poseedores de un requisito fundamental: la seguridad económica. Qué se entiende por eso, poco sabemos: “es un cierto grado de estabilidad económica y la capacidad de superar las perturbaciones se orienta hacia” dice el informe.
Si tomamos esta definición y la aplicamos al caso argentino, descreemos todavía más de quienes son “clase media”. Tomemos un ingreso per cápita de U$S10 por día para el 2010, por ejemplo. Si tomamos el cambio del PPA, obtenemos $560,7 por mes por persona, para ser clase media. Perfecto, todos los jubilados fueron clase media, ya que la jubilación mínima hasta septiembre de 2010 fue de $895, y luego de ese mes pasó a $1.046. El salario mínimo en ese mismo mes se ubicó en $1.740. Si vive solo, puede alegrarse de que no fue pobre (y no quejarse…). El personal doméstico por una labor máxima de ¡4 horas! diarias cobró en el mismo año $673,78 y sin esforzarse ingresó en la clase media. Seguimos un poco más, un beneficiario del Programa Argentina Trabaja cobró $1.200. Los cartoneros en promedio recolectan por mes 2.200 kg. de cartón. En 2010 el precio del cartón era de $0,45 el kilo. Por lo tanto, se ubicó cómodo en la clase media con $990. Si juntaba 1.200 kg, seguía siendo clase media. En todos estos casos, si estas personas son solteras, pertenecieron a la tan mentada clase media. Sin embargo, aún tomando la inflación de verdad, para el Banco Mundial serían parte de la clase media todos los casos mencionados, menos el personal doméstico que trabaja 4 horas, ya que el límite para ingresar sería de $837. 
El ingreso estipulado por el Banco Mundial para un grupo familiar, oscila entre US$14.600 y US$73.000 anuales. Es decir, unos $2.273 mensuales para el último año que contempla el informe (2010). Por lo tanto, una familia tipo (4 personas) donde los dos adultos cobraron el salario mínimo gozaron de la “seguridad económica” que impide “la probabilidad de volver a caer en la pobreza”. 
A su vez, como si fuese poco, vemos que quienes no llegaron a este absurdo límite de U$S 10 por día por persona, tampoco fue “pobre”. ¿Qué fue? “Vulnerable”. Si, vulnerable es la nueva “clase social” a la que pertenecen quienes percibieron un ingreso diario de entre U$S 4 y U$S 10 per cápita. ¿Hace falta poner ejemplos? “Pobre”, para el Banco Mundial, es quien no llegó a más de U$S 4 dólares diarios per cápita. En nuestro caso sería quien no hubiese llegado a $224,28 por mes, en 2010. De esta manera, queda claro por qué para el Banco Mundial, la clase media se duplicó en la Argentina en el último decenio. 
Las clases sociales no se definen por los ingresos de personas o familias. Las clases sociales se determinan por si poseen o no medios de producción. En el capitalismo, esto se expresa entre quienes sólo tienen para vender su fuerza de trabajo (clase obrera), aquellos que venden el producto de su trabajo (pequeña burguesía) y los dueños de los medios de producción que venden mercancías producidas por los obreros, apropiándose de plusvalía (burguesía). La mayoría de la población, argentina y mundial, no tiene otra cosa que hacer que trabajar (si puede) todos los días para ganarse un salario y poder (si puede) vivir. 
Lo más probable es que gran parte de la población no sea “clase media”, o ahora “vulnerable”, sino que sea pobre. Pero pobre en términos de relación con la riqueza que se genera. La clase trabajadora tiende a empobrecerse a medida que los capitalistas concentran más riquezas en menos manos, no sólo en Argentina sino en el mundo. Un acercamiento detallado permite desentrañar lo irracional de esta catalogación y la hipocresía que esconde la mirada de los organismos tanto internacionales (Banco Mundial) como nacionales (INDEC), en su intento de embellecer el capitalismo como una sociedad marcada por la movilidad social, cuando en realidad cada día se vive peor.
 
NOTAS:
[1]: Los umbrales de pobreza y los ingresos que muestra el informe están expresados en US$ por día del año 2005 al tipo de cambio Paridad del Poder Adquisitivo.

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