Nos dirigimos a los compañeros de las organizaciones que protagonizaron la lucha de Guernica. Los que estuvieron realmente, los que en todo momento se mantivieron al lado de las familias y defendieron la organización genuina de vecinos, los que siempre mostraron generosidad con todos los que se acercaban, los que no fueron a hacer turismo ni a romper lo que no podían controlar (como hizo el PTS y el NMAS). Y nos dirigimos a ustedes con la certeza de que en estos 101 días se forjó un caudal de valiosas experiencias que no podemos desaprovechar.
A pesar de las diferencias, se logró un gran trabajo de conjunto. Se superó al aparato punteril oficialista y se construyó un gran cuerpo de delegados. Un cuerpo genuino, de vecinos, donde se deliberó sobre cada paso a seguir. Se desarrollaron en la toma una serie de eventos culturales, artísticos y escolares. Se movilizó a gran parte de la clase obrera en solidaridad y, lo más importante, se puso en primera línea de la agenda nacional la cuestión de la vivienda.
Berni había hecho varios desalojos, pero este representó un costo político enorme. No les salió gratis. Pero hay más, porque seguimos organizados, los vecinos y los delegados siguen presentes. Por lo tanto, no tenemos que considerar el desalojo como una derrota, sino como una etapa de nuestra pelea por tierra para todos.
Por eso, saludamos fervientemente la voluntad de mantener la cohesión de las organizaciones y delegados que estuvieron en la toma y la tenacidad para darle continuidad a la lucha. Sobre ese punto, tenemos una propuesta para capitalizar esa unidad y desarrollar una organización común, en términos prácticos y en términos políticos. En términos prácticos, construir un espacio, un nucleamiento, donde podamos empezar a discutir un plan de lucha común para seguir el caso de Guernica y ligarlo al resto de las luchas por tierra y vivienda que se desarrollan en la provincia. Un comité que organice y centralice el problema en toda la Provincia de Buenos Aires. En términos políticos, poder organizar una respuesta a la ofensiva del conjunto de la clase dominante (oficialismo y oposición), que no puede ser otra cosa que la unificación de la clase obrera, que permita no solo superar las diferentes luchas parciales, sino la fragmentación a la que nos vemos sometidos: ocupados, desocupados, en negro, en blanco… Una verdadera Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados.
La experiencia más importante que tuvimos en la crisis pasada. Un punto de llegada que debería ser nuestro punto de partida. Un espacio donde los que enfrentamos al régimen podamos discutir un programa de salida y un plan de lucha. Compañeros, les proponemos una reunión, que nos juntemos todos para decidir qué organismos podemos empezar a desarrollar, cómo podemos construir un comité que centralice las diferentes luchas que estamos emprendiendo y empiece a preparar una Asamblea Nacional de Trabajdores Ocupados y Desocupados.
Fraternalmente Razón y Revolución
