En el día de ayer se confirmaron 19 nuevos casos de Covid-19 en la localidad de Bariloche. Sumado a los 15 casos del día miércoles, en 48 hs el número asciende a 35, llegando a un total de 78 casos activos. Se trata del mayor número de contagios hasta el momento. Esto no nos sorprende, hace tiempo venimos explicando que la curva de contagios iba a aumentar en junio. En estas condiciones, y como ya explicamos, el intendente Gustavo Gennuso tuvo que retrotraer las medidas de flexibilización de la cuarentena. La misma situación ocurre en Ingeniero Jacobacci, ubicada en la línea sur, donde el jueves se sumaron 10 nuevos casos, llegando a 35 en total, ubicándose como la tercera localidad con más contagios, detrás de General Roca (104 casos) y Bariloche, pero con una población mucho menor.
Al día de la fecha son 20 los trabajadores de la salud que se han contagiado en Bariloche, de las cuales tres de ellas están en terapia intensiva. Estamos hablando de un 25% del total de infectados de la ciudad. Es una cifra escandalosa, por dos motivos. Primero porque muestra la política criminal de Gennuso que no provee alcohol en gel, barbijos, camisolines y todos los elementos de protección personal (EPP) necesarios, en cantidad y calidad. Estos son los resultados. Segundo, porque vamos hacia un escenario peor. ¿Cómo piensa hacer el intendente para afrontar la pandemia si descuida al principal recurso, los trabajadores de la salud? Hoy, como el gobierno no se preparó para la pandemia, el Hospital Zonal Ramón Carrillo está desbordado, mientras se improvisa la internación de pacientes en distintos hoteles.
La improvisación e inoperancia con la que se maneja Gennuso no resulta novedosa. Es el último engranaje de una política sanitaria de degradación que lleva décadas y que la pandemia vino a exponer. El sistema sanitario en la ciudad no da abasto. Como no se puso al servicio de los trabajadores de la salud la producción masiva de insumos, muchos de ellos terminan costeándolos con su bolsillo. Es que Gennuso no les deja otra alternativa y los compañeros no están dispuestos a arriesgar su salud. Como si fuera poco, el intendente -en sintonía con Ginés y el gobierno nacional- no se cansó de acusar a los propios trabajadores de los contagios.
A esta situación sanitaria catastrófica se suma la falta de personal. No hay una política para cubrir los casos de los médicos o enfermeros que están infectados o permanecen con licencia por riesgos de salud. Tampoco se contempló en ningún momento un aumento real en el salario del sector de la salud. Los miserables 20 mil pesos que se iban a pagar en cuatro cuotas nunca fueron abonados. En esta política de degradación sanitaria, los trabajadores deben atender en múltiples lugares y terminan agotados. Esta situación también provocó los contagios que se produjeron estos últimos días en los hospitales privados de la localidad.
Exigimos una solución real e inmediata a esta situación de miseria. Tanto Alberto Fernández, como de Árabela Carreras y Gennuso, dejan librada a su suerte la vida de cientos de trabajadores de la salud, revelando su política antiobrera. Exigimos:
• Reapertura de paritarias y una recomposición del salario.
• El pase a planta permanente de todo personal precarizado.
• Elementos de protección y bioseguridad en cantidad y calidad.
• La centralización del sistema de salud bajo control de los trabajadores para hacer frente a la pandemia.
Corriente Clasista Goyo Flores, Río Negro
