Para la Franja Morada, Yrigoyen es un héroe de la Reforma Universitaria. Para muchos, incluso, es el primer gobierno popular. Lo que toda esta gente olvida, es que fue uno de los principales ajustadores y represores de la Argentina. El caso de los estudiantes reformistas es un buen ejemplo.
Uno de los detonantes del conflicto universitario en Córdoba en 1918 fue una reforma en la Facultad de Medicina. Las autoridades limitaron mucho la cantidad de estudiantes que podían hacer las prácticas en el Hospital de Clínicas. Con esto se atacaba no solo la formación profesional sino que además dejaba sin alojamiento a muchos estudiantes que allí se albergaban.
Esto es un dato bastante conocido. Sin embargo, se suele pasar por alto que este ajuste se corresponde con el que estaba implementando Yrigoyen en la Universidad de Córdoba. Por ejemplo, el subsidio destinado al Hospital de Clínicas pasó de 350.000 pesos en 1914 a 315.000 en 1918. Esto son números brutos. Se reduciría notablemente el presupuesto de 1918 si contáramos el efecto de la inflación que caracterizó al periodo de la Primera Guerra Mundial. Esa plata no solo era inferior al monto de cuatro años antes, sino que valía mucho menos. La misma tendencia se podía observar en el presupuesto general de la universidad.
Las consecuencias políticas del ajuste en la carrera de Medicina no se hicieron esperar. Rápidamente, se conformó el Comité pro-reforma, devenido después en Federación Universitaria de Córdoba (FUC). Desde allí los estudiantes exigieron la intervención del gobierno nacional para implementar modificaciones en los estatutos que democratizaran el manejo de la casa de estudios. El objetivo era desalojar a la camarilla enquistada en el gobierno. En esta primera etapa, Yrigoyen no tuvo problema es cumplir estos reclamos. Era una oportunidad para desalojar a los conservadores de sus últimos reductos. En diez días intervino para solucionar las cosas.
Sin embargo, cuando el movimiento estudiantil se radicalizó al ver que esta reforma no había tocado a los grupos más reaccionarios de los altos cargos de la universidad, la actitud de Yrigoyen dejó de ser tan amable. Después de que los nuevos estatutos habían consagrado como rector al ultracatólico Nores, los estudiantes empezaron a exigir participación en el gobierno universitario.
Frente a este nuevo reclamo, el radicalismo apostó a dos estrategias complementarias. Por un lado, trató de dilatar la resolución. Desde la elección de Nores hasta la intervención definitiva pasan tres meses enteros. De pronto ya no era tan conveniente cumplir las demandas estudiantiles. Esto se explica por el hecho que en las filas radicales había militantes católicos que querían mantener la influencia de la Iglesia.
Por otro lado, el radicalismo recurrió a la represión lisa y llana. A fines se de junio, en Córdoba se emitió un edicto policial que prohibía las movilizaciones y el uso de emblemas. Esta medida no tiene mucho vuelo porque los estudiantes se movilizaron contra el gobernador radical. El 30 de junio una marcha estudiantil es reprimida por la policía de la provincia. Este hecho generó un gran revuelo a nivel nacional.
Las fuerzas armadas que respondían directamente a Yrigoyen tampoco se quedaron atrás. Después de estar varios meses sin mover un dedo, el presidente recién decide enfrentar la toma del rectorado. ¿Cómo actúa? Reprimiendo, obvio. Envía el ejército, detiene cabecillas y les levanta cargos por sedición. Tres días después, cuando lo peor ha pasado envía un interventor. Termina accediendo a la mayoría de las demandas estudiantiles, pero no por convicción sino porque la situación era insostenible. En los años posteriores, Yrigoyen siguió ahogando el presupuesto de la universidad.
El centenario de la Reforma renovó las disputas por apropiación política de la Reforma. Un montón de académicos charlatanes se llenan la boca de referencias democráticas, cuando no de alabanzas a Yrigoyen. Intentan tapar con su palabrería hueca el hecho básico de que los estudiantes lograron la Reforma no gracias a Yrigoyen, sino pese a él, venciendo con la acción directa cada una de sus maniobras.
Para seguir leyendo
La Reforma Universitaria fue una gran batalla contra el dominio oscurantista de la Iglesia, lo explicamos en: “La Reforma Universitaria: Ciencia vs Sotana”, http://bit.ly/2IhutZd
Sobre el mismo proceso, también nos ocupamos de la alianza entre obreros y estudiantes: “La alianza obrero-estudiantil”, http://bit.ly/2UaJNrY