Techint, un caso de burguesía planera

en La Hoja Socialista 15

Techint es el máximo productor de acero en nuestro país y el mayor productor mundial de los famosos tubos sin costura, que se utilizan para la extracción de petróleo. En la Argentina es el exponente, para todos aquellos que confían en el desarrollo de un capitalismo “serio” con producción de “fierros”, de la burguesía “hecha y derecha”.

Sin embargo, si se lo analiza en detalle, nos encontramos con que no es un patrón menos planero que el resto de nuestros patrones nacionales. En definitiva son, como todos ellos, parásitos por partida doble: porque viven de nuestro trabajo explotándonos y porque obtienen parte de la plusvalía ajena (o sea, de nuestro trabajo otra vez) vía subsidios. Veamos.

Con el macrismo, Techint alcanzó una influencia notable en el gobierno. Logró desplazar a capitales adversarios en la dirección de esa gran corporación burguesa que es la Unión Industrial Argentina (sí, los patrones también tienen sus “sindicatos”). También consiguió la renuncia de funcionarios de gobierno, como el caso de la Canciller Susana Malcorra. Todo ello para favorecer sus negocios con capitales yanquis.

“Es la CEOcracia”, le dirá su amigo K. No se crea. En realidad, todo esto es una disputa entre capitalistas que tienen diferentes alianzas. A la sombra del kirchnerismo, cobraron protagonismo los capitales que promovían una relación comercial con China. Con el macrismo, lo hacen los capitales más vinculados a los negocios con Estados Unidos. Pero uno y otro son igual de burgueses, es decir, igual de explotadores, y, como vemos, ninguno tiene empacho en entregarle negocios suculentos a extranjeros. Sí, adivinó, el antiimperialismo de los “nacionales y populares” es humo. Salvo que creamos que hay imperialismos buenos e imperialismos malos. Ojo acá si tiene un amigo en el FIT…

Tan buenas eran las relaciones entre Techint y Mauricio que este hasta intentó salvarlos de que los salpicara el barro de la Causa de los Cuadernos. No lo logró, es cierto, pero no le faltó voluntad. También le consiguió un jugoso negocio: la explotación de gas no convencional en Vaca Muerta.

Interesante acuerdo: el sindicato petrolero y la cámara de hidrocarburos acordaron la flexibilización del convenio colectivo y jugosos subsidios para los patrones. Esa es la lluvia de inversiones (que más bien es una leve garúa): plata para la burguesía, miseria para los trabajadores. Esto es también lo que defienden quienes hacen hincapié en la “industria nacional” y la “generación de puestos de trabajo” como el mejor horizonte posible para la clase obrera.

Vayamos a los números del negocio de Techint. El acuerdo establecía que durante el 2018 el Estado le garantizaba a la empresa un precio de u$s7,5 por cada millón de BTU de gas (BTU es la unidad de medición de volumen). El tamaño del subsidio lo podemos dimensionar al contrastarla con el precio real de mercado: u$s2,5. ¿Se da cuenta? Techint no logra producir eficientemente en términos capitalistas (es decir, a bajo costo), y entonces necesita que el Estado le de plata. Nuestra plata. El gas, en definitiva, va a costar el triple. Y estamos ante lo que se supone es lo mejorcito de la burguesía local…

Como Techint produjo más de lo esperado, se estimaban que para 2019 iba a recibir la modesta cifra de 670 millones de dólares en subsidios. Un fangote de plata. Obviamente, ni siquiera el gobierno pensaba en gastar tanto, así que comenzaron las tensiones. Macri intentó que el monto se redujera a la mitad. Sigue siendo un fangote de plata.

Techint no se quedó de brazos cruzados y para presionar al gobierno, dio de baja tres equipos de perforación que dejaron sin trabajo a 300 laburantes. ¿Se da cuenta que se pelean ellos y la pagamos nosotros? ¿Y que cuando no se pelean, se abrazan repartiéndose nuestro dinero?

El resultado final está por verse. Pero para descomprimir Macri ya le dio algunas compensaciones: la concesión de obras en la zona de vaca muerta, con construcciones de oleoductos en Río Negro y un gasoducto a Rosario. ¿Qué tal?

Esta es la burguesía argentina. Una lacra parasitaria que nos arruina la vida. Vive a costillas nuestras. Es indignante ver luego la crítica a los desocupados a los que se tilda de “planeros”, de recibir dinero por nada, cuando ellos mismos son completamente ineficientes e inútiles. Y se llenan los bolsillos, justamente, con subsidios. Son la burguesía planera. Son nuestros enemigos. Y tenemos que sacárnoslos de encima. Lo antes posible. Nuestra vida depende de eso.


Para seguir leyendo

Sobre la burguesía planera: “Subsidios, la burguesía planera”, http://bit.ly/2KpGjlJ

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