¿Y donde están las reservas?

en El Aromo n° 42

María Zabalegui

Observatorio Marxista de Estadística – CEICS

A pesar de lo que dicen los voceros del Gobierno, las reservas no son un ahorro con los que cuenta el país para enfrentar una crisis. Tampoco, pese a las cifras récord, se trata de una riqueza disponible a piacere por Cristina. Como se dice en la jerga económica: las reservas no están líquidas. Si bien el BCRA no informa sistemáticamente cómo están colocadas las reservas, se estima que el 90% se utilizó para colocaciones a plazo o para la compra de deuda extranjera.1 Es decir que están expuestas en forma directa a un derrumbe internacional. Además, se sabe que aproximadamente 1/3 de ellas surgió de préstamos en forma de bonos Lebac y Nebac2 y por lo tanto en algún momento deberán devolverse.

Por qué crecen

El motivo real detrás de la acumulación de reservas es la política que lleva a cabo el gobierno para sostener el tipo de cambio nominal en torno al 3 a 1. El precio del dólar se determina en el mercado cambiario. Allí interviene cotidianamente el BCRA, a través de la oferta o la demanda de dólares, para evitar tanto una caída como una subida del precio de dicha moneda. Las divisas que ingresan al país producto de las exportaciones, de no ser retiradas de circulación, impulsan su precio a la baja. La estrategia del BCRA es la compra de dólares en el mercado cambiario para evitar que caiga el precio del dólar. ¿Pero qué implica esta intervención cambiaria del BCRA? Por cada dólar que compra, el BCRA tiene que emitir pesos. Pero una cantidad cada vez mayor de pesos en circulación impulsa el precio del dólar al alza. Por lo tanto, para evitar esto, el BCRA tiene que absorber el exceso de pesos del mercado. Esto lo hace mediante la emisión de títulos de deuda pública que denomina Letras y Notas (Lebac y Nobac). Dichos títulos pagan un interés al momento de su vencimiento. Los principales tenedores de Lebac y Nobac son los bancos, aunque también pueden adquirirlos particulares. Estos pasivos no monetarios del BCRA. que sumaban 207,7 millones de pesos en marzo del 2002, hoy ascienden a 54.480 millones de pesos y han crecido a una velocidad mucho mayor que las reservas que pasaron de 13.328 a 50.039 millones de dólares.3

No me pagues con la misma moneda

La Argentina necesita un superávit fiscal abultado para el pago de deuda y de los intereses. La deuda externa del sector público nacional expresada como porcentaje de las reservas ascendía al 134,6% en el 2007. Mientras que expresada como porcentaje del PBI, esa cifra era del 24,1%.4 Luego del default (cesación de pagos de la deuda externa) declarado en diciembre del 2001, la Argentina quedó fuera del circuito financiero internacional, y tuvo que recurrir a alternativas más costosas como las que ofrece Chávez. Para volver a insertarse dentro del circuito financiero formal y tener acceso a préstamos a tasas más baratas, el gobierno tiene que demostrar “holgura” en sus finanzas: capacidad de hacer frente a deuda ya contraída y a posibles nuevos préstamos. Lograrlo, implica que el BCRA coloque sus reservas en el mismo circuito al cual solicita préstamos. El BCRA muestra como hazaña que el resultado positivo por las inversiones financieras con las reservas internacionales ascienda a 2.767 millones de dólares (equivalente a un 7% del total de reservas) en el 2007 mientras que en el 2006 ese resultado fue de 1.400 millones de dólares.5 Lo que no dicen, es que si se tiene en cuenta que a enero del 2008 poco menos del 85% estaban denominadas en dólares, el rendimiento de las reservas está afectado por la pérdida de valor que viene sufriendo dicha moneda. En términos de oro las reservas sufrieron un pérdida del 23% durante el 2007, mientras que en euros esa pérdida fue del 8%.6

¿Son o se hacen?

Las reservas no sólo tienen como contra cara un creciente endeudamiento sino que además ni siquiera se encuentran disponibles en las arcas del BCRA. Estas se encuentran sujetas a la dinámica de un circuito que está en crisis. A medida que la crisis avance, los capitales buscarán refugiarse en aquellos activos más seguros, que pagan menores rendimientos pero que tienen menor riesgo de default (incobrabilidad). Todo el mundo comenzará a querer cobrar lo que se le debe. Los bancos resultan ser las entidades más frágiles porque poseen mucha más deuda de corto plazo que activos de largo plazo. Al ser los principales tenedores de Lebac y Nobac, los bancos acudirán al BCRA en busca de hacerse de efectivo. Para hacerle frente a este problema de liquidez deberá recurrir a sus arcas. Pero al igual que le ocurrió a fines de 2001 al gobierno de Fernando de la Rúa cuando todos reclamaron sus dólares, ante una nueva corrida, quedará en evidencia (una vez más) que las reservas no están.

Notas

1 http://www.ciepyc.unlp.edu.ar/htmls/ newsletter/revista8/Ciepyc_n8_nota1. pdf

2 En base a Panorama monetario y financiero mensual, BCRA.

3 En ibid.

4 Cálculo que no incluye la deuda no presentada al canje. MECON, Secretaría de Finanzas

5 http://www.ciepyc.unlp.edu.ar/htmls/ newsletter/revista8/Ciepyc_n8_nota1. pdf

6 Ídem

Etiquetas:

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

*

Últimas novedades de El Aromo n° 42

Mucho más que dos

Fabián Harari Laboratorio de Análisis Político – CEICS “-¿Por qué tenés que
Placeholder

Adictos a la Soja

Juan Kornblihtt Grupo de investigación de la Historia Económica Argentina – CEICS
Ir a Arriba