El jueves 17 por la tarde, nos topamos con la noticia desgarradora de que Florencia Romano, la adolescente de 14 años buscada intensamente por su familia y amigos, fue encontrada muerta en las inmediaciones de una cancha de fútbol, en Mendoza.
El sábado 12 de diciembre, Pablo Ramón Arancibia (33), que ya contaba con denuncias por violencia a ex parejas y Micaela Estefanía Méndez (27) invitaron a su casa a Florencia por medio de Instragram (app de fotos) y fue el último lugar donde se sabe que estuvo. Incluso, el aprehendido reconoció de manera informal que la adolescente estuvo el sábado por la tarde. Se ha comprobado que Florencia llegó por sus propios medios a la casa, sabiendo con quiénes iba a encontrarse. Distintas son las pruebas que señalan a la pareja como la principal sospechosa: el celular de Florencia tuvo su última señal y actividad en la casa de la pareja, su tarjeta prepaga para viajar en colectivo no ha registrado un viaje de vuelta y las cámaras no muestran que Florencia salió de la casa al anochecer del pasado sábado. Además, un tercero confesó que habría sacado el cadáver en un auto y arrojado cerca de la cancha de fútbol donde se lo halló el jueves. Es necesario destacar que se registra un llamado al 911 por parte de un vecino, dando aviso de que en la vivienda de la pareja se escuchó a una mujer pidiendo ayuda y la operadora del Centro Estratégico de Operaciones cortó la llamada. La fiscal de Homicidios, que tiene la causa del femicidio de Florencia Romano, confirmó este llamado al 911 durante una conferencia de prensa de este jueves por la noche.
Una de las hipótesis que se maneja en el femicidio de Florencia es que haya sido víctima de un Sugar Daddy, un hombre que ofrece obsequios y dinero a mujeres jóvenes (incluso menores, como Florencia). Dado que su superioridad es evidente, generan un ambiente de «confianza» para aprovecharse de la situación. Por medio del engaño, el victimario consigue satisfacer sus deseos sexuales. Este tipo de delito es conocido como grooming y ya se detectaron distintos casos en Mendoza. El vínculo es ofrecido a través de portales de internet y se convierte en muchas ocasiones, en una vía de ingresos para la joven.
La violencia hacia las mujeres es una realidad. Todos los días el patriarcado nos recuerda su existencia. Cada año que pasa son más las muertas que tenemos por el simple hecho de ser mujeres. El gobierno habla de “presupuesto con perspectiva de género”, de ESI y crea un ministerio específico, pero la realidad es que la situación no cambia. Las medidas para erradicar la violencia patriarcal no alcanzan y siempre llegan tarde, no hay presupuesto para los equipos de asistencia (casi siempre conformado por otras mujeres), solo se brindan líneas teléfonicas y no se piensan soluciones reales. Básicamente lo que decimos siempre. Sin embargo, los casos como el de Florencia nos obligan a hacer hincapié en una consigna fundamental: la necesidad de una ESI laica, científica y feminista que sirva como herramienta para combatir el sexismo desde la infancia. Si queremos combatir la violencia contra las mujeres hay que discutir el machismo y la misoginia en la escuela. En este punto, la prostitución no puede quedar fuera del debate. Siendo una práctica esencialmente anti feminista con efectos sobre la cultura y la sociedad que la constituyen en el pilar central del patriarcado. Esta no se limita a una esquina o un prostíbulo, sino que la venta de fotos, videos y la búsqueda de un “sugar daddy” son diferentes caras de una misma moneda que afecta a las mujeres desde la más temprana pre-adolescencia. El discurso del lobby proxeneta (AMMAR) que sostiene que la prostitución es un trabajo como cualquier otro viene coptando voluntades bajo la idea de que se trata de una salida fácil, económicamente rentable y sin riesgos. Pero la realidad es otra, estas situaciones nos dejan más vulnerables y solas frente a todo tipo de peligros. Mientras exista la prostitución en cualquiera de sus formatos, la violencia y la opresión sobre las mujeres continuará. Mientras exista la prostitución existirá el patriarcado.
