Siempre que subió, bajó. Acerca de la suba del petróleo y las materias primas

en El Aromo n° 43

Fernando Dachevsky

Observatorio Marxista de Estadística-CEICS

La suba del petróleo y los alimentos trajo una vez más el fantasma de la inflación y la recesión generalizada. Queda planteado, entonces, el problema de responder qué hace subir a las commodities. Y más importante aun: ¿por dónde puede pasar el reacomodo de los precios? Diversas explicaciones, hoy en boga, resaltan en forma aislada algunos aspectos que fueron empujando esta suba. Sin embargo, en el mejor de los casos sólo sirven para describir el modo en que se dio, pero no terminan por explicar el origen y las perspectivas de la tendencia general que viene registrándose en los últimos años. Imposibilitados de ver el panorama de conjunto, la mayor parte de los analistas sólo pueden atinar a proponer placebos ante una enfermedad que avanza día a día.

Fragmentaciones

Existen diversas explicaciones de por qué suben los precios de las materias primas. Para el petróleo, la más común es remitirse a la cuestión del monopolio. Esto es, que los productores que controlan las mayores reservas de crudo deciden cerrar la canilla y de esa forma asegurarse precios altos. La idea detrás de este planteo es que todo se reduce a un problema político y que si se suprimiese el poder de los países de la OPEP, el precio del crudo dejaría de estar inflado y volvería a un nivel “normal”. Sin embargo, la producción petrolera mundial continuó creciendo en los últimos años y sólo se estancó en 2007, que efectivamente coincidió con una pequeña baja en la producción de la OPEP del 2,25%. Es probable que este estancamiento sea consecuencia de una especulación con el precio a futuro que pueda tener el petróleo. Sin embargo, no hay que confundir las consecuencias con las causas. Entre 1998 y 2007 no se dio ningún corte abrupto y, sin embargo, el precio aumentó en un 430%. De hecho, la producción de los países de la OPEP ha crecido a una velocidad mayor a la de la oferta global, traduciéndose en un crecimiento de su participación dentro de la producción mundial. A su vez, no se registró una caída en la cantidad de petróleo extraído por pozo que nos permita pensar el problema como sólo una maniobra de la OPEP. Si tomamos el rendimiento de los pozos del conjunto de los países de la OPEP durante 2006, nos damos cuenta de que se extrae un 12% más en promedio en relación a 20011 . Otra explicación es que la devaluación del dólar norteamericano se tradujo en una suba de los precios para compensar la pérdida de capacidad de compra de esa moneda. Esto es una cuestión que efectivamente se da y que hemos registrado en ediciones anteriores de El Aromo2 . Sin embargo, hay que tener en cuenta que sólo explica una parte de la suba, dado que incluso nominado en otras monedas como el euro, el barril de petróleo vio incrementar su precio en los últimos años. Con más fuerza, los medios se llenaron con disquisiciones sobre una supuesta desviación financiera que, por medio de la especulación con los precios a futuro, estaría empujando los valores actuales del crudo: la caída de los activos financieros producto de la crisis norteamericana habría tenido como consecuencia una creciente cantidad de capitales desplazados hacia las commodities, especulando con que la suba a futuro de los mismos ofreciera un rendimiento mayor al que pudiesen conseguir en sus ámbitos originales. Esta postura lleva implícita la idea de que la suba se podría corregir con una mayor regulación de los mercados especulativos. Si bien es probable que parte de la suba de los últimos meses responda a un movimiento de este tipo, es importante no sobredimensionar los efectos que pueda tener el desplazamiento especulativo. Si tomamos el caso de los Estados Unidos, principal mercado de commodities y donde se producen alrededor del 42% de los intercambios3 , y comparamos el rendimiento del índice de commodities de Dow-Jones contra el rendimiento del Standard& Poors, que agrupa a las quinientas empresas más grandes de ese país, observamos que el rendimiento de ambos van de la mano y sólo recién a finales del años pasado comienza a apreciarse una diferencia de rendimiento que justifique la idea de desplazamiento financiero hacia las materias primas4 . En este sentido, la teoría de la burbuja especulativa podría servirnos sólo para entender la suba de los últimos meses, pero no como explicación de la suba general que se registró en los últimos años. Incluso los propios defensores de la teoría de la burbuja especulativa, como Kaufmann, reconocen su carácter limitado y advierten que sería responsable de sólo u$s 30 de la suba del barril. La explosión de la burbuja, sostiene, sólo serviría para colocar el precio de nuevo en u$s 100. La idea de un barril a u$s 70 sería cosa del pasado.5

La parte y el todo

Ahora bien, si la acción de la OPEP, la caída del dólar y la burbuja especulativa sólo pueden explicar un momento puntual dentro de la tendencia general a la suba del petróleo, ¿cuál es entonces la causa real detrás de dicha tendencia general? En ediciones anteriores de El Aromo explicamos cómo, en momentos de crisis, la economía mundial tiende a “calentarse”. Los capitales no pueden hacer otra cosa que patear la pelota para adelante y producir a mayor escala para abaratar costos. En contextos así, la demanda de materias primas tiende a aumentar y los precios de éstas a subir. Una situación similar se habría dado a mediados de la década de 1970. Entonces, los precios del petróleo pasaron de un promedio de u$s 1,84 (u$s 13 de 2007), durante las décadas de 1950 y 1960, a un precio, hasta entonces insólito, de u$s 39 (u$s 90 de 2007). Fue necesaria una caída en el consumo global, que estuvo directamente asociada a la recesión norteamericana de principios de la década de 1980, para que el precio cayera. A su vez, el impulso de la producción petrolera en países de Medio Oriente permitió que la oferta global de crudo recayese cada vez menos en pozos más improductivos y por lo tanto costosos. Además, esto se complementó con el descubrimiento de grandes reservas hacia finales de década de 1980, lo que permitió cierta contención de los precios. ¿Esto significa que la suba se corregiría con una política económica norteamericana que tienda “enfriar” la economía? Esto afirman quienes ven las variaciones en los precios del petróleo como resultado de retoques en la política monetaria. Según este razonamiento, las coyunturas de precios altos corresponden con momentos de bajas tasas de interés que estimulan la actividad económica. En consecuencia, se sostiene que la solución a la suba del crudo pasaría por una política económica que eleve la tasa de interés6 . Sin embargo, la abrupta suba del crudo de los últimos meses coincidió con una economía norteamericana “enfriada”. Lo cual, nos advierte de los límites de la política económica como causa y posible salida para la cuestión de los precios. La desaceleración de la economía norteamericana derivó en una desaceleración en su consumo de petróleo; incluso en una caída en 2006 (que luego no logró recuperarse en 2007). Sin embargo, a pesar de esto el precio del crudo continuó su alza. La clave aquí es, una vez más, China. Que si bien cuenta con un mercado interno chico en relación al estadounidense (representa sólo un 39% de este último7 ), la velocidad de su crecimiento genera una creciente demanda de petróleo que compensa el menor consumo yanky (ver gráfico 1). Esta mayor demanda, sumada a la ausencia de descubrimientos importantes de petróleo desde finales de la década de 1980, ha provocado que la producción mundial se muestre insuficiente. A pesar del mayor rendimiento de los pozos de la OPEP, desde 2000 la producción mundial de petróleo creció a una tasa promedio de 0,7% mientras el consumo lo hizo a 3,3%8 . El correlato fue la puesta en producción de pozos menos productivos y por lo tanto más costosos en Estados Unidos (región que determina el precio internacional del crudo). En el gráfico 2, se observa cómo la suba del precio hasta 2007 corrió por detrás del crecimiento de los costos de perforación hasta 2004.9 Una de las razones de estos mayores costos tiene relación con el incremento de los metros necesarios a perforar por pozo en los Estados Unidos.10 Ahora bien, la creciente demanda global, impulsada en gran medida por China, no sólo incentiva a poner en producción pozos más costosos, sino también la explotación de fuentes alternativas de energía. Lo cual se tradujo en un aumento de las áreas sembradas para la producción de biocombustibles. Por esta razón, como mostramos en ediciones anteriores de El Aromo, el problema del alza en el precio de los productos agrarios está directamente interrelacionado con el petróleo11. A partir de esto se entiende por qué la cuestión petrolera es un elemento central para entender la marcha de la crisis actual.

Nada es para siempre

Los precios altos de la energía y los alimentos plantean un problema en términos de inflación y de amenaza de recesión a nivel internacional. En este sentido, constituyen un problema que demanda solución. Sin embargo, el precio actual del petróleo responde a cuestiones estructurales que no pueden ser solucionadas mediante toquecitos de política económica. Esto plantea dos problemas. Por un lado, el escenario actual es distinto al de la década de 1970. Las probabilidades de una expansión de las reservas no parecen ser las mismas que las de la década de 1980. Por otro lado, para que disminuya el consumo de petróleo es condición un freno en el crecimiento chino. Lo cual significa matar a la gallina de los huevos de oro del capitalismo contemporáneo. En definitiva, la cuestión del petróleo y los alimentos pone sobre la mesa que lejos de una crisis inmobiliaria acotada a los EE.UU. estamos, como venimos señalando, ante el panorama de un colapso de la economía mundial.

Notas

1 Último dato disponible. En base a OPEP, Annual Statistical Bulletin, 2006.

2 Dachevsky, Fernando: “La otra inflación. La suba del petróleo y la crisis mundial”, en El Aromo, nº 42, 2007.

3 En base a International Financial Service London.

4 En base a Yahoo Finance

5 En Hargreaves, Steve: “Is $130 oil a bubble?”, en CNNmoney.com

6 Véase Krichene, Noureddine: World crude oil markets: monetary policy an the recent oil shock, IMF working paper, 2006

7 Estimación en base a BP Statistical Review of World Energy, 2008.

8 Idem.

9 En base a Energy Information Administration (último dato disponible). El costo de perforación del pozo constituye el principal costo de producción del barril de petróleo. A su vez, la profundidad promedio tiende a ser el principal determinante en el costo de perforación.

10El incremento fue del 30% sólo entre 1999 y 2005 (último dato disponible). En base a Energy Information Administration.

11Dachevsky, Fernando: “Vulnerables. El precio de la soja y la crisis mundial, El Aromo, nº 41, 2008.

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