Represión y cárcel, la respuesta de Morales al problema de la vivienda obrera

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Esta mañana por orden del Dr. Jorge Zureta se desalojó a grupos familiares de la comunidad Tusca Pacha que ocupaban un predio, ubicado en el barrio Parque Industrial en Palpalá. La policía al servicio de Morales reprimió con balas de goma y detuvo a cuatro compañeros.

Las tomas de tierras en la provincia vienen teniendo protagonismo desde hace dos meses. Cabe recordar que el 7 de septiembre se detuvieron 30 personas cuando intentaban asentarse en el barrio Alto Comedero en la zona de las 150 Hectáreas. También, en Palpalá, en el barrio Antartida Argentina se demoraron a 5 personas que estaban ocupando terrenos. A principios de año había ocurrido un hecho que muestra ambos lados de la pobreza de clase obrera jujeña. En la de 10 Hectáreas de Palpalá, aproximadamente 26 familias se asentaron en lotes que habían sido sorteados por la Secretaria de Ordenamiento Territorial (Ministerio de Infraestructura). Los adjudicados alegaban la imposibilidad de construir sus casas, los que tomaron los terrenos la necesidad de contar con un espacio para poder vivir. Obreros sin vivienda de un lado, obreros sin vivienda del otro. Una vez, más nos encontramos con un problema diario que aqueja a toda la clase obrera argentina: el acceso a la vivienda.

En Jujuy la situación es preocupante. Según la Secretaría de Integración Socio-Urbana de la Nación, en Jujuy existen 10.577 familias ubicadas en 92 asentamientos, los cuales no tienen título de propiedad ni acceso regular a dos o más, de los servicios básicos (red de agua corriente, red de energía eléctrica con medidor domiciliario y/o red cloacal). Igualmente, la Dirección General de Hábitat y Vivienda Social de la municipalidad de San Salvador informaba que para el 2019 existían al menos 115 asentamientos distribuidos en diferentes barrios en las que se encontraban alrededor de 9.000 familias.

El Ministerio de Infraestructura de la provincia, ante los distintos acontecimientos de tomas de tierras fiscales, sólo tiene para ofrecer el plan “Jujuy Hábitat”. Al día de hoy, dentro de ese programa, alrededor de 20 mil familias esperando un lote. Y no es algo nuevo, el padrón de “beneficiarios” se viene acumulando desde 2011 cuando surgió el programa “Un lote para cada familia que lo necesite”. El programa contempla sorteos públicos a fin de asegurar transparencia en el proceso y asegurar que no haya desigualdad entre las familias que cumplen los requisitos de la ley a fin de acceder a lotes fiscales. El destino de miles de familias en manos de la suerte y la ausencia planificación de la vida.

El problema de la vivienda no pasa simplemente por un Estado que no se preocupa o muestra su ineficiencia con cientos de miles de familias trabajadoras que pasan la noche en la calle o viven hacinados. El problema del acceso a la vivienda es el de la desocupación, la falta de trabajo y los salarios miserables. Una muestra de un problema general, lo podemos observar en Ledesma donde se encuentran más de 300 familias asentadas en un predio. Escenarios similares se encuentran a lo largo y ancho del país. El hilo conductor de cada uno de ellos es el empobrecimiento creciente de los laburantes que padecen la desocupación y la miseria, que crecen con cada gobierno.

La cuestión central es que en nuestro país la clase que nos gobierna, la burguesía, y los gobiernos que la representan (sean peronistas, kirchneristas, macristas o radicales) ya no pueden garantizar la vida de la población trabajadora, sea ocupada o desocupada. El problema es que el capitalismo nos condena a vivir para trabajar, y encima vivir mal, en vez de trabajar a fin de poder disfrutar de la vida.

Por eso, la salida que debemos exigir tiene que dar una solución colectiva, que responda a nuestros intereses como trabajadores. No precisamos promesas ni compromisos, necesitamos un terreno, viviendas en buenas condiciones y servicios públicos. Nada más elemental que eso.

Frente a los desalojos, exigimos la implementación inmediata de un plan de construcción de viviendas para las familias obreras desocupadas. El Estado debe garantizar un techo en las condiciones correspondientes a aquellos que no tienen donde vivir, así como garantizar el trabajo. Por lo tanto, es una oportunidad de dar trabajo estable, registrado y con todos los derechos laborales a los actuales desocupados a fin de construir casas hacia quienes no tienen, acercar servicios y atender todo tipo de necesidades.

Repudiamos el desalojo y la represión de la comunidad Tusca Pacha y de todas las tomas del país

Por un plan nacional de vivienda

Por un subsidio al desocupado igual a dos canastas básicas

Por una Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados

Razón y Revolución Jujuy

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