Tras la situación que estamos viviendo a nivel mundial, lo que se está discutiendo actualmente es cómo va a ser la salida a la pandemia. Hoy el foco está puesto en los casos de la India y Brasil. No sólo porque estos países están en un momento crítico sino también por el problema que representarían para el mundo en un futuro. Hay aquí dos problemas. Uno, cómo salimos de la pandemia, es decir, como vencemos al virus. Dos, cómo quedará la economía poscovid.
Respecto a lo primero, la vacunación parece ser el arma más efectiva contra el coronavirus. Pero que las vacunas funcionen depende de que haya dosis para aplicar y, de que estén listas en tiempo y forma. Es decir, no darle el tiempo al virus para que pueda mutar. Cuantas más posibilidades de transmisión tenga un virus mayor es su velocidad de mutación. En síntesis, si no vacunamos a todo el mundo, en un plazo razonablemente rápido, es probable que en algún momento el virus haya mutado y este cambio no encaje con las vacunas que ya tenemos desarrolladas.
Segundo problema: ¿cómo saldrá la economía de esto? Hay cierto consenso de que la pandemia blanqueó una situación de crisis previa y, al mismo tiempo, le dio una solución. Solución obviamente en términos capitalistas: el que pierde en la competencia, se queda afuera. Esto significa, lisa y llanamente, que “se están muriendo los que se tienen que morir”. Los capitales débiles desaparecen y eso limpia el mercado para aquellos que sobreviven. Así las empresas son menos y más grandes. Es lo que alguna vez ya explicamos como “concentración y centralización del capital”. Para muchos países esto es también una limpieza de la “población sobrante para el capital”. Es decir, se sacan de encima a la gente desocupada y/o anciana que ya no pueden “mantener”. Esta es la “limpieza” que produce la crisis y que nos lleva puestos a nosotros.
Hay muchos países que están viendo ya un rebote económico muy importante. Incluso Argentina. Pero, esto se explica por la apertura de lo que estaba cerrado. No se trata de una crisis en la cual lo que se rompe lo hace por procesos económicos normales, porque hay quiebras generales realizadas por variables como la caída de la tasa de ganancias.
Ahora, la pregunta que está dando vueltas es si esto va a ser sólo un rebote o si va a ser algo más. Y ahí las opiniones están divididas.
Por un lado, están quienes sostienen que esto dura poco y que la economía mundial va a más o menos como ahora. Y por el otro lado, están lo que hablan del retorno de que la economía mundial va a vivir una expansión. Pero, más allá de estas posiciones, cuando se analiza lo que está ocurriendo país por país lo que se observa es un calco de la situación anterior. Y esto plantea una serie de problemas ya no del orden de lo económico sino de lo político. Pongamos dos ejemplos opuestos, China y América Latina.
China, con su capacidad económica superior al resto, si bien se vio afectada en realidad no tuvo términos negativos en el 2020. Ahora, en nuestro caso todavía tenemos la nariz fuera del agua porque el aumento del precio de algunos commodities, en particular los granos, nos permiten seguir maniobrando. A diferencia del gigante oriental, el futuro para América Latina pinta tan malo como antes de la pandemia porque la situación ya iba barranco abajo. Todo esto quiere decir que hay una crisis persistente de larga data. La pandemia nos lleva a la discusión sobre quién va a encabezar la salida de la crisis mundial que estamos atravesando.
Como sea, el destino que siga cada país, con crisis profunda o con un “rebote” duradero, a los laburantes nos lleva al mismo problema: vamos a seguir sumergidos en sociedades capitalistas en las que prima la ganancia y eso lleva a que los obreros veamos como se degradan cada día más nuestras condiciones de vida, nuestro bolsillo y nuestra salud. La única salida real para nosotros es el Socialismo.
Suscribite al WhatsApp de La Hoja Socialista y recibí todas las notas en tu celular
