Hace unos días La Comuna (UJS en la carrera de Historia) comenzó a circular un comunicado cuya intención era invitar a los estudiantes a organizarse. No sólo se avivaron a mitad del cuatrimestre que estábamos teniendo problemas de cursada sino que mostraron una vez más que lo poco que hacen lo hacen mal. En aquella invitación explicaban la necesidad de organizarse mediante una crítica a distintas cátedras, puntualmente las de Historia Argentina III (B) y América I, por una supuesta sobreexigencia hacia los estudiantes[1]. Sobreexigencia que estaría demostrada en el hecho de que las clases sincrónicos serían obligatorias.
En el caso de Argentina III (B) la mentira quedó al descubierto rápidamente. Su burda maniobra fue desmentida por los propios estudiantes que están cursando la materia, quienes salieron a defender la cátedra dejando al descubierto el verdadero motivo de su accionar: la crítica mentirosa a la materia no se debe a una cuestión pedagógica sino que responde a un enfrentamiento político. Los estudiantes que salieron a contestar sus mentiras, les respondieron que la asistencia a las clases sincrónicas en Argentina III (B) no es requisito obligatorio para mantener la regularidad y que a aquellos que manifestaron problemas de conectividad se les ofreció una modalidad alternativa de cursada. Se trata de una de las pocas cátedras de la carrera, sino la única, que desde un comienzo elaboró un plan de cursada que contemplara todas las excepciones a sabiendas de que, contrariamente a las estipulaciones de las autoridades de la UBA y la dirección del gremio docente (AGD), esta situación se prolongaría más allá del mes de junio.
La UJS no solo engaña a los estudiantes sino que además los subestima con una línea populista que nada tiene que ver con nuestros reclamos reales. Además, desconocen el esfuerzo que venimos haciendo para poder cursar y aprobar las materias. No defienden nuestros intereses, dicen lo que creen que queremos oír. Sin embargo, nuestros reclamos nada tienen que ver con querer “aprobar sin hacer nada”. Lo que necesitamos es que la gestión y el Estado nos garanticen condiciones de cursada y no se nos arrebaten nuestras conquistas, como la promoción directa de las materias. En relación a esto, ya señalamos que en la última sesión de Consejo Directivo la minoría estudiantil en manos de la izquierda se mantuvo en silencio mientras se discutía la imposición de los finales obligatorios para todas las materias[2]. En vez de defender nuestros derechos en el momento y lugar en que debían hacerlo se dedicaron a juntar firmas una vez finalizada la sesión. De nuevo: mal y tarde.
Por otro lado, que la agrupación estudiantil del Partido Obrero oficie de buchona no es novedad. No hace mucho ya habían dado muestras de su actitud patronal en la Facultad de Ciencias Veterinarias. Allí, si bien lograron mantener el centro de estudiantes en las últimas elecciones, en vez de erigirlo como herramienta de lucha del movimiento estudiantil, se transformaron en voceros de la patronal al salir a denunciar públicamente a todos los docentes que no estaban dando clases. En medio de ataques del gobierno hacia los trabajadores, esta agrupación con representación en un gremio docente, salió a escracharlos en plena pandemia. Tanto nosotros como nuestros docentes estamos haciendo un gran esfuerzo por llevar adelante una cursada que funcione para todos de la mejor forma posible en este momento excepcional que estamos viviendo. Somos conscientes de que todas las cátedras y docentes tienen sus defectos y virtudes pero eso no justifica el escrache, mucho menos las mentiras.
El Partido Obrero no hace más que demostrar que no tiene línea ni rumbo. Su actuar improvisado provoca que sus intervenciones lleguen tarde y sean incorrectas. En muchos casos hasta reflejan la incoherencia política que caracteriza últimamente a su partido.
Llamamos a los compañeros de la UJS-PO a recapacitar y editar el posteo al que hacemos referencia para dejar de hacer el ridículo. Es posible organizar al movimiento estudiantil sin mentiras, sin subestimarlo y sin escraches. La salida tenemos que darla en conjunto, no rompiendo la alianza histórica que tenemos los estudiantes con nuestros docentes.
CORRIENTE ESTUDIANTIL BANDERA ROJA
