Finalmente, Caló “cumplió” lo que prometió”: salir a ruedo con una posición derrotista para mendigar un aumento de miseria a las patronales. La UOM dice que pide un 20% pero, atención, se trata de sumas fijas no remunerativas por 36 mil pesos a pagar en cómodas cuotas de 6 mil pesos hasta diciembre y sin retroactivo de abril a junio. O sea, estamos ante un pedido que significaría un achatamiento de la pirámide salarial, con desfinanciamiento de la ANSES incluido, como nos vienen acostumbrando. Con esto, Caló dice que pretende “descongelar” la paritarias. Claro, de recomposición mejor ni hablar. Las cámaras patronales ofrecen en cambio sumas fijas por montos incluso menores.
De este modo, se consolida una tendencia a la baja salarial que viene de paritarias anteriores y se profundizó con la pandemia. La burocracia de la UOM sirve de correa de transmisión para que pase el ajuste de los capitalistas del sector, que descargan la crisis sobre las espaldas de los trabajadores.
¿De dónde venimos?
Las paritarias vienen ya de un saldo negativo. En 2019, la UOM dijo que cerró con un 47%, pero era todo verso, porque de esa suma, un 8% correspondía a un recupero del 2018. De ese modo, estábamos ante un acuerdo que estaba entre un 8 a un 15% por abajo de la inflación.
Además, el arreglo integraba no remunerativos y la absorción de sumas fijas y bonos que entregó el gobierno a cuenta de las paritarias. Con esa estrategia, el gobierno de Fernández apuntó a achatar la pirámide salarial porque el aumento de sumas fijas impactaba diferente por categoría. O sea, las categorías mas altas pasaron a financiar a las más bajas. Todo justificado con el discurso de la “solidaridad”. El único sector que no tenía que ser “solidario” era la patronal. En última instancia, todos los financiamos a ellos. De hecho, el Ingreso Global Mínimo de Referencia de la última paritaria -todavía vigente- está estipulado en 27 mil pesos, una vergüenza. Ya era bajo a principios de año (en marzo era 13 mil pesos por debajo de la canasta de pobreza), ni nos imaginemos ahora.
Ya en la pandemia, Caló y compañía agregaron un acuerdo de reducción salarial por suspensiones que presentaron como “mejor” que el del 75% que arregló la CGT con la UIA. A estos salarios de miseria, Caló festejó haberle “retenido” el 70% del bruto y 86% del neto. Nos bajan todavía más el salario y resulta que es un triunfo.
Para colmo, en las plantas siderúrgicas de Tenaris del Grupo Techint, la patronal avanza todavía más: Paolo Rocca quiere bajar los salarios a un 50%. Las respuestas en SIAT (Villa Constitución y Valentín Alsina) terminan siendo aisladas por la dirección de la UOM. El gremio no tiene una respuesta unificada ni un plan de lucha para pelear por defender el salario y los puestos de trabajo.
Por eso, pedir lo que pide la UOM es un chiste. El salario metalúrgico viene de un piso estrepitoso y no sirve para recuperar nada de lo perdido. Mientras nos llaman a hacer esfuerzos para que las empresas “salgan adelante”, los trabajadores estamos cada vez más empobrecidos.
Despidos y suspensiones
A todo esto, en las fábricas avanzan los despidos. El acuerdo de la UOM con las cámaras patronales metalúrgicas incluso habilitaba la baja de contratos precarios y tercerizadas en varias plantas. Es lo que ocurrió, por ejemplo, en las plantas de Tenaris, como Siderca, hoy en conciliación obligatoria.
Estamos ante un elemento importante para señalar: mientras Caló dice “defender los puestos de trabajo” como justificativo para que bajen el salario de los metalúrgicos, los despidos ocurren bajo estas modalidades. Y si el panorama sigue así, no va a haber un cambio de rumbo cuando las patronales avancen en serio en la pos-pandemia. El discurso derrotista de Caló hasta ahora solo sirvió para seguir perdiendo.
Por una salida de los trabajadores
El escenario no se muestra alentador para el metalúrgico. Pero la UOM nada hace para revertir esta situación. Al contrario, se adapta al escenario de ajuste y lo justifica. Ya viene de varias audiencias sin acuerdos advirtiendo que va a aplicar medidas, que, de todas maneras, serían paritos aislados. Algunas seccionales comenzaron a advertir también la necesidad de tomar medidas, pero se trata de respuestas dispersas. Por eso, llamamos a la organización de los trabajadores en cada fábrica, en cada lugar de trabajo, para comenzar a coordinar un planteo independiente de frente a la burocracia sindical. Necesitamos asambleas en todas las fábricas para deliberar sobre las medidas a tomar. No queremos una medida aislada sino un plan de lucha.
Los metalúrgicos necesitamos además una verdadera recomposición salarial con un ingreso que duplique la canasta básica -que es de una canasta de pobreza-. Hoy estamos con los salarios por el piso. La razón: sostener las ganancias de los capitalistas. Por otra parte, si las patronales, que se comen millones de subsidios, van a seguir presionando por más baja salarial, suspensiones y despidos, entonces planteamos la estatización bajo control de los trabajadores como salida, con reparto de las horas de trabajo. Que la crisis la paguen los capitalistas. Basta de sostener a las patronales con nuestros recursos y nuestro esfuerzo.
Corriente Clasista Goyo Flores – Corriente Sindical de Razón y Revolución
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