Hace apenas unas horas Roberto Baradel, Secretario General de Suteba presentó al intendente de Tigre, Julio Zamora, las instalaciones que habilitó el sindicato en el distrito, para atender los casos de coronavirus. Se trata de 150 camas que, según Baradel, “permitirán alojar pacientes en grupos separados con la posibilidad de albergar personal médico y municipal, y víctimas de violencia de género”. En las fotos que publicaron para difundir se pueden ver camas dispuestas en cuchetas de tres cuerpos, que no poseen, entre unas y otras, el distanciamiento necesario para la prevención del contagio.
Las redes sociales explotaron con la noticia. Hubo críticas en el sentido de la precariedad de las instalaciones y en la falta de distanciamiento. Por su parte, todo el aparato celeste que festeja cada paso de “el Robi”, salió a reproducir y a levantar la “solidaridad” del sindicato. “Todxs ponemos nuestro esfuerzo y compromiso” fue el lema.
Esta apelación de Baradel y del Suteba al esfuerzo de los docentes y a la solidaridad no es nueva y es igual de nociva que siempre. Cuando Kicillof y los Fernández llegaron al poder, nos exigieron a los docentes que no reclamemos más de los que “Axel podía garantizar”. Nos culparon a los que salimos a luchar para que no se cierre una paritaria a la baja, de golpistas. Suteba puso a jugar todas sus herramientas en la defensa del Pacto Social que necesitaban los Fernández para gobernar. No importaba que la gobernabilidad sea garantizada a costa de los trabajadores. Tampoco importaba que mientras se subsidian empresas parásitas, la educación se desfinancie y con ello, nuestros salarios se deprecien cada vez más.
El inicio de la pandemia les dio una nueva excusa para pedirnos más esfuerzos a los docentes. Son cómplices desde hace décadas de los gobiernos que degradan la educación, que la vacían de contenido pedagógico y la convierten en el lugar de contención social. Por eso mismo, nos llamaron a exponernos al contagio en nombre de la entrega de bolsones. El mensaje que transmiten es “hay que ser solidarios”, “poner el cuerpo”, “estar con las familias que la pasan mal”. Ocultan que son parte del aparto que gestiona miseria, que pide esfuerzos a la clase obrera y les importa un comino que las realidades de las familias pueden ser diferentes de verdad. Esto solo es posible expropiando a los responsables del problema para poner esa riqueza en manos de las necesidades sociales.
Esta actitud voluntarista de Baradel junto a las instalaciones que hoy mostraron, son parte del mundo del “como sí”. El gobierno hace “como sí” cuando sale en público a felicitar a los médicos, pero producto de que no provee los elementos necesarios para protección, el número de personal de salud afectado es un 14% del total.
La única forma de cuidar de verdad la salud de la clase obrera es desenmascarando esta farsa. Porque la salud de la clase obrera no se cuida ni con los bolsones del gobierno, ni con 10mil pesos que no alcanzan para nada, ni con las camas precarias de Baradel. A la salud de la clase obrera, en este momento, se la cuida si se garantiza un salario igual a la canasta familiar real a todas las familias que lo necesiten. Con un sistema sanitario centralizado bajo control de la clase obrera y poniendo todos los recursos necesarios para evitar el contagio. Es importante decirlo y repetirlo hasta el cansancio. Porque esta burocracia tiene un rol ideológico clave en este proceso, es funcional a este sistema y sostiene una burguesía inútil que ya no puede ni garantizar la vida de los obreros. Busca orientar el accionar de los docentes hacia el voluntarismo, hacernos creer que lo importante es estar y “hacer cosas por los demás”. En definitiva, nos hace exponernos por el programa del peronismo, el de la contención social y de la administración de miseria.
Corriente Nacional Docente Conti-Santoro