Los obreros madereros de la Provincia son uno de los sectores más golpeados por los salarios miserables, las pésimas condiciones de trabajo y la precarización laboral. Como en la rama hay muchos capitales chicos, estas condiciones aumentan: los patrones del sector compensan sus debilidades con la superexplotación de los trabajadores. A esto se le suma la protección estatal de sus ganancias con subsidios y restricciones a las importaciones de sus competidores.
Hace unas semanas, se dio a conocer que el magro aumento del 6% acordado para los meses de abril y mayo se postergaba hasta septiembre. Con el aval de la burocracia sindical del SOIME, se esquilmó a los compañeros. La patronal utilizó el argumento de la paralización de la actividad producto de la pandemia y la burocracia terminó comprando el llanto patronal, ante la amenaza de los despidos. Una excusa totalmente alejada de la realidad, ya que el sector funciona plenamente; además, fue una de las primeras ramas habilitadas para poder operar en la Provincia durante la cuarentena.
Con el poder adquisitivo pulverizado, el malestar entre los trabajadores madereros va en aumento. Por ello la patronal, a través de sus respectivas cámaras empresariales (FAIMA y AMAYADAP), intenta poner paños fríos al asunto con el pago de un bono de 950 pesos. Un monto irrisorio y miserable, que ni siquiera es de carácter obligatorio. Como señalaron los portavoces de la patronal, “se trata de una ayuda optativa y voluntaria que pueden otorgar las empresas”. En la misma tónica, la burocracia, por intermedio del Secretario General del SOIME Domingo Paiva, sólo se limita a exigir el cumplimiento de estos miserables “acuerdos”. En vez de poner en pie un plan de lucha, se aboca a pedirle “solidaridad a las empresas”.
En este contexto de crisis económica, los patrones de aserraderos y afines le hacen pagar los platos rotos a los trabajadores. La burocracia, sin iniciativa por su postura conciliadora, solo se limita a avalar todas y cada una de las acciones de la patronal. De esta manera, se vuelve necesario poner en pie un plan de lucha para enfrentar el ajuste, en donde se avance en un pliego de reivindicaciones históricas para los compañeros madereros. Por ello exigimos:
• Que se abone lo acordado en paritarias y nueva reapertura
• Salario igual a dos canastas básicas totales
• Si las empresas no pueden mantener puestos de trabajo ni pagar salarios, que sean estatizadas y puestas a funcionar bajo el control de los trabajadores
Corriente Sindical Clasista Goyo Flores
Razón y Revolución – Misiones
