Madereros en Misiones. Que la crisis la paguen los capitalistas

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Los trabajadores del sector maderero – aserradero y afines- atraviesan una situación muy delicada. Se trata de un sector caracterizado por la contratación en negro y precarias condiciones de trabajo. Recientemente, Domingo Paiva secretario general del SOIME, gremio que los nuclea, anunció que el incremento salarial del 6% pautado para abril y mayo se postergará hasta septiembre. La patronal maderera pone de excusa el parate de la actividad debido a la pandemia para postergar el incremento salarial pautado por paritaria. Por su parte, Paiva dice entender la situación y acepta la medida a cambio de “evitar despidos”. La burguesía puede amenazar a los trabajadores con despidos porque el gobierno de los Fernández así lo permite, no podíamos esperar otra cosa de un gobierno burgués. Paiva se encarga de transmitir la amenaza, en lugar de defender lo conseguido y exigir la reapertura de paritarias. Como buen burócrata sindical, defiende los intereses de los patrones contra el de los trabajadores, en lugar de impulsar un plan de lucha.

La crisis no es nueva ni llegó con el Coronavirus. Desde hace años Argentina arrastra una crisis económica y el sector maderero de Misiones es particularmente débil. Esto sucede porque la mayoría de los aserraderos de la provincia califica como “pequeña empresa” y vende únicamente al mercado interno. Además depende puramente de los subsidios estatales y de las restricciones que el Estado impone a las importaciones provenientes de Brasil. Por eso, ante cualquier baja en la demanda el sector sufre. O mejor dicho quienes verdaderamente sufren son sus trabajadores porque, ni bien comienzan los problemas, la burguesía realiza suspensiones, recortes salariales (por la vía de reducir de jornadas) y despidos. Por su parte, la burocracia cómplice no hace nada y se suma al llanto burgués: pide subsidios para los patrones y frenar las importaciones.

Los patrones de aserraderos y afínes son ineficientes y, en un contexto de crisis, quieren que los trabajadores paguen los platos rotos. A pesar de recibir subsidios, recortan salarios amenazan con despidos y niegan los magros aumentos conseguidos en paritarias. Para enfrentar el ajuste, los madereros necesitan construir una organización combativa que defienda sus intereses como trabajadores, sin confiar en el llanto de los patrones.

*Que la crisis la paguen los capitalistas

*Que se abone lo acordado en paritaria y nueva reapertura

*Salario igual a dos canastas básicas

Razón y Revolución – Misiones

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