La ola cultural coreana. Samsung, Kpop, B. C. Han y Parásito (2) Corea ¿Semicolonia o nación milenaria? Nada de eso!

en El Aromo n° 109/Novedades

La mitad de las personas que lean esta nota desde un celular lo harán en uno coreano. Bul Chung Han es un best seller. En el Kirchner expone BTS y Parásito se exhibe con éxito. ¿Qué significa la presencia de un país que en el año 60 era de los más miserables?


Ricardo Maldonado Grupo de Cultura Proletaria


El 3 de octubre los coreanos conmemoran la fundación de la nación 4353 años atrás.[i] A pesar de la conmemoración del 3 de octubre, Corea existe desde hace sólo 75 años. Unificada la península en 1392 por una dinastía confuciana, rechazó, con apoyo de China, invasiones de Japón en el siglo XVII y a los manchúes en el siglo XVIII. Le siguió una prolongada reclusión interior quebrada brevemente antes de la invasión por Japón en la primera década del siglo XX, y sólo lograrían liberarse de ellos tras su derrota en 1945. Ubicada entre Japón y China, un lugar geopolíticamente disputado durante siglos, en su cercanía se libraron las dos guerras que consolidaron a Japón como potencia regional, con China en 1894/5 y con Rusia de 1904/5. Japón en su expansión territorial la expolió económicamente sumiéndola en la miseria e implementando una política de asimilación cultural. Concluida la Segunda Guerra Mundial, fue el escenario de la primera disputa caliente de la Guerra Fría: la Guerra de Corea en 1950-53. A la disputa regional sino-nipona, se le sobreimprimió la disputa entre soviéticos y yanquis. Profundamente enemistada con Japón y Corea del Norte, tenía a EEUU como su protector distante. Fruto de su surgimiento como episodio de la guerra fría, Corea del Sur posee unas poderosísimas fuerzas armadas (las séptimas del mundo por su capacidad general[ii]), que participaron de la guerra de Vietnam con el contingente extranjero más numeroso después de EEUU, 312 mil soldados.

El primer presidente de Corea del Sur fue Rhee Syngman llegó al poder en 1948 y gobernó (atravesando la Guerra) hasta 1960, rápidamente llegó al poder Park Chung-hee con un golpe de estado en 1961. Hee, fue asesinado por un subordinado en 1979. En 1980 un nuevo golpe de parte de Chun Doo-hwan mantuvo la mano dura hasta convocar a elecciones en 1988 luego de agudas y pobladas movilizaciones obreras. La organización de los JJOO de Seúl exponen la potencia emergente del país tanto como su mayor apertura al mundo. Justamente, el presidente del Comité organizador de los JJOO, Roh Tae-woo, candidato oficialista, gana el acto electoral ese año con el 36% de los votos venciendo a una oposición dividida entre los que serían los próximos dos presidentes de Corea (Kim Youg-sam 1993-98 y Kim Dae-youg 19998-2003) El gobierno de Roh Tae-woo es de aperturas: por un lado la “transición democrática”, por otro la liberalización económica, como veremos ambas íntimamente relacionadas. Lejos de ser una ruptura son una continuidad (por otros medios más adecuados) de la dirección anterior de la burguesía coreana. Las elecciones en las que gana Kim Youg-san son las primeras en las que no hay ningún candidato militar, al año siguiente por primera vez un coreano estará a cargo del organismo de las FFAA conjuntas con EEUU. El nuevo presidente enjuicia por corrupción a sus antecesores Chun Doo-hwan y Roh Tae-woo que son condenados a severas condenas penales y económicas, las primeras luego indultadas en un gesto de reconciliación nacional. Sobre el final del mandato de Kim se desató la “crisis del sudeste asiático” de 1997. A Kim Dae-jung le sucedió en 2003 Roo Mo-hyun, luego Lee Mung-bak en 2008 y en 2013 la primera mujer en llegar a la presidencia Park Geun-hye (hija del dictador Park Cunhg-hee) que fue destituida por corrupción y tráfico de influencias en 2017 y sucedida por Moon Jae-in,el actual presidente.

En la breve pero sumamente autoritaria historia política de la Corea independiente, hay un historial poblado de críticas, condenas y destituciones por casos de corrupción. Y eso en el marco de un crecimiento económico sustantivo de la economía, no parece aplicarse el “roba pero hace”. A la vez, desde el 45 hasta hoy los presidentes electos, al menos formalmente, ocupan menos de la mitad de su corta historia. Quizás sea determinante entender esta particular cuestión coreana, tan distinta a nuestra cultura política local.

Cuando Trostky escribió el Programa de Trasnsición, Corea era una colonia esquilmada por Japón. Luego de la guerra Corea emerge como lo más parecido que se puede encontrar a eso que el trosquismo denomina semicolonia, sobre todo tomando en cuenta la presencia de tropas en su territorio y de un presidente que había vivido medio siglo en EEUU. El problema de esa definición sería explicar por qué un territorio semicolonial le compite con sus empresas al amo colonial. POSCO –cuarto productor mundial de acero- , Samsung –primer fabricante mundial de celulares- y Hyundai –sexto fabricante mundial de automóviles- compiten y a veces derrotan a US Steel, Motorola y Ford. Pero lo único que distingue a Corea de Argentina es que el proyecto de desarrollo económico de su burguesía ha sido más exitoso. Es necesario entender las diferencias, y las similitudes. La presencia de EEUU se vio justificada por la Guerra Fría, la cercanía del ancestral enemigo japonés y la inexistencia de un estado coreano capaz de sostenerse por sí mismo luego de la ocupación y la guerra. Poco después comenzó la Guerra de Corea que durante tres años enfrentaría en la península a tropas del norte y el sur, con apoyo de EEUU y el comando de la ONU de un lado, y de la URSS y China por otro. No es posible creer que naturalmente en el norte se encontraban los partidarios del comunismo y en el sur los liberales, en toda la península había una gran agitación, así como en el mundo.[iii] En 1953 terminaría el conflicto con la partición en la línea del paralelo 38, casi sin haber variado nada la situación existente tres años antes en ese aspecto, pero con la economía coreana totalmente deshecha, más de tres millones de muertos y varios millones más de desplazados y refugiados. Complicando más la situación, el sur agrícola dejaba del otro lado de la frontera la mayor parte de las pocas empresas industriales, el 86% de la producción de electricidad, el 93% del acero y el 85% de la química, y casi la totalidad de los recursos del subsuelo. La patria de Samsung era uno de los países más pobres de la tierra en ese momento. Con indicadores inferiores a los países africanos. Y esto no es una metáfora. El ejército coreano apuntaló al presidente Rhee Syngman. Toda oposición y disidencia se aplastó con la excusa de asociarla al enemigo comunista del norte. La represión política se cargó otras 100 mil personas.

Corea se constituyó así en uno de esos extraños territorios cuya ubicación geográfica se vuelve única y necesaria para los intereses globales del capitalismo. Suele destacarse la presencia de tropas estadounidenses en su territorio (todavía unas decenas de miles) como parte de Tratado de Defensa Mutua de la República de Corea-Estados Unidos de 1954, por el cual las tropas coreanas participaron en el conflicto de Vietnam. Pero si como afirmó Clausewitz, la guerra es la continuación de la política por otros medios, es interesante observar qué política es la que se encuentra detrás de este despliegue militar.

No cabe duda que le estrategia desplegada en el extremo oriente por EEUU en las tres guerras que libró desde 1941 a 1975 era guerrear para salvar al capitalismo y sus intereses particulares dentro de él. Por eso, la política seguida hacia los vencidos japoneses y hacia el sector coreano bajo su administración nos sirve para desmentir la idea tan repetida de un colonialismo nuevo (o neocolonialismo). Y el caso coreano es más significativo porque lo que EEUU permitió (y en muchos sentidos alentó) es el surgimiento de una burguesía coreana. Pero como no había nada como eso en pie, lo que Corea exhibe es el nacimiento de una burguesía sin pasado, sin lastre, sin identidad. La versión más categórica de que todo lo sólido se desvanece en el aire según Marx, en la versión radicalizada de un país en el que todo lo sólido ya ha volado por el aire. Por esa época la industria de Corea produce 9% mientras que la agricultura el 47% de un PBI ínfimo. Y esa producción agraria se logra en un 37% de tierras propias y un 63% en tierras arrendadas. En un esquema que aseguraba las diferencias de castas, los yangbon. Las pocas divisas que generaba provenían casi totalmente (93% en 1949) de la pesca. La parte sur de la península era un pequeño territorio, superpoblado por unos habitantes arruinados, sin tierra y sin arraigo. Casi toda la población había abandonado en algún momento su lugar de nacimiento debido a las sucesivas guerras e invasiones y a la búsqueda de la supervivencia (sin olvidar que EEUU descargó sobre Corea más material destructivo que en el Pacífico durante la Segunda Guerra)

Para resolver las hambrunas, para contrarrestar el efecto agitativo de la reforma agraria colectiva de su vecino del norte, pero también para acelerar el sostén a una burguesía propiamente coreana se realizó entonces una reforma agraria que retribuyó las expropiaciones (gran parte de esas indemnizaciones se reinvirtieron en las ciudades) en un reparto que estimuló la productividad del campo, ahogada por el sistema anterior. En los 15 años que van de 1945 a 1960 los arrendatarios pasaron del 63% al 11%, en consonancia creció 50% la productividad del arroz, principal insumo alimenticio. Ese crecimiento fue plenamente capitalista, es decir propietarios que ante la fuerte presión tributaria, buscan ahora mayores rendimientos y producciones alternativas. Esta reforma que alejaba la miseria extrema no resolvía mucho más, pero indicaba la voluntad del gobierno de crear una economía capitalista. Pero eso no se hace con voluntad. Durante el sexenio 1955/1960 las exportaciones promediaron 20 millones de dólares contra 370 millones que promediaron las importaciones. Aquí es donde la geopolítica viene en ayuda de Corea. Desarmado Japón, perdido el gigante Chino y el norte de la península, el Organismo para la Reconstrucción de Corea de la ONU (EEUU mentía sólo en una cosa: no se reconstruía, se construía Corea) aportaba 585 millones. El porcentaje de las importaciones totales que era sostenido por la ayuda exterior entre 1953 y 1960 fue del 74,2%.

El gobierno autoritario de Rhee impuso tras la guerra un firme proteccionismo en beneficio de los grupos capitalistas dedicados a la industria liviana para satisfacer el mercado interno en formación, mejor dicho para crearlo. La raquítica base de ese mercado es una razón de peso para explicar el posterior furor exportador, ya que el mercado interior pudo ser relativamente satisfecho muy tempranamente a causa de los miserables niveles de vida de los trabajadores. Junto a la reforma agraria constituían las bases para la construcción de un estado burgués normal (o sea con burgueses detrás) La educación primaria pasó de 2884 escuelas y 1.366.024 alumnos en 1945 a 4020 escuelas con 3.599.627 alumnos en 1960, asumiendo el estado burgués coreano un papel rector en la educación primaria con rápidos resultados ya que en 1960 el analfabetismo en Corea se redujo al 29%, lejos del 53% de Indonesia o el 78% de Malasia. De esta época data la prehistoria de los chaebols como se llama a los conglomerados industriales bajo conducción unifamiliar, como los Lee en Samsung, los Chung en Hyundai, los Kim en Daewoo, los Koo en Lucky-Goldstar, etc. , Por ejemplo Samsung fue creada en 1938 dedicándose al azúcar y los textiles de lana, LG en 1947 para fabricar cosméticos y Daewoo era un taller textil en la década del 60. Entre 1948 y 1957 la inflación anual osciló entre el 20 y el 400% lo que señala otra fuente de financiación por la vía del impuesto inflacionario. La intervención del gobierno en el sistema bancario disminuyó algo hacia el final de los 50 para ser nacionalizada la banca con el golpe del 61.

Los bajos costes laborales sobre los que se cimentó el “Milagro del río Han” como suele llamarse al sorprendente crecimiento coreano, es uno de los ítems mas celosamente eludidos de los estudios sobre Corea.[iv] Sorprendentemente, el punto sobre el que sostienen todas sus quejas los burgueses del planeta (el costo laboral) desaparece cuando hablan de Corea. Para dar una idea, aun en el año 65, un país como México que atraía inversiones de la industria automotriz por sus bajos salarios, superaba los salarios coreanos en 800%. Claro que hay muchos países con tasas de explotación, y salarios miserables, y eso no agota los interrogantes, pero no deja de ser el punto crucial para explicar el crecimiento coreano.

En la Revolución de Abril (1960) trabajadores y estudiantes (luego de una represión con centenares de muertos) derrocaron a Rhee. [v]En mayo de 1961 Park efectivizó su golpe de estado. Éste reforzó el carácter anticomunista (siempre acicateado por la presencia de la Corea del Norte) liquidó las libertades y prohibió la organización obrera. La ayuda internacional que iría menguando fue reemplazada con otras fuentes muy particulares de divisas. En el año 1965, a 20 de terminada la guerra, Corea y Japón reanudan relaciones en una muestra de un nacionalismo burgués potente y determinado, con el pago de 500 millones de dólares en concepto de reparaciones (capítulo que ha vuelto a primer plano el año pasado con un nuevo reclamo coreano) y 300 millones en préstamos. Para la misma época comenzó la Guerra de Vietnam en la que Corea participó militarmente pero también se transformó en proveedor favorecido de las tropas en el conflicto, de manera que sumó divisas.

Aquí podemos encontrar un ejemplo de lo terrenal que es el milagro coreano y del sentido real del nacionalismo. Japón en su larga colonización de Corea había transformado en “mujeres de consuelo” a muchas mujeres coreanas, y puesto a trabajar forzadamente, en un número de casi 800 mil a trabajadores coreanos. La reanudación de relaciones implicó el pago de una compensación por esa aberración. Parte de la compensación (118 millones de dólares) fue entregada por el dictador Park para construir POSCO[vi]. La patria es siempre de los burgueses y se construye sobre el sufrimiento de los obreros.

En el año 1962 se estableció el Primer Plan quinquenal de desarrollo económico, que comenzó el apuntalamiento de la industria pesada, luego de tres fuertes devaluaciones ésta comenzó a despegar. De allí en más se desplegaron varios “Planes” de crecimiento garantizados con la dureza habitual. La política económica se movía con comodidad entre devaluaciones, asignaciones selectivas de divisas a grupos a los que se les exigía algunas cotas de competitividad, emisión monetaria, exenciones para insumos intermedios importados. Aprovechando “las tres bajas” precios del petróleo, tipo de cambio y tasa de interés. Pero el núcleo del milagro coreano era la casi ilimitada fuerza de trabajo disciplinada, desarraigada y reprimida. Desaparecidos los yangban como casta y los japoneses como ocupantes, queda establecida “la línea”, la línea que separa a los campeones, los ganadores, y el resto. Y la vía que conecta unos con otros, no es otra que el sistema meritocrático de la educación y el esfuerzo. Y el punto de partida extremadamente bajo del nivel de vida de las masas.

En resumen: masas pauperizadas, son súper explotadas por una burguesía que consigue los dólares que necesita para capitalizarse de su situación estratégica y de los horrores padecidos, no por ella sino por los trabajadores, partiendo de tan bajos niveles y sin arrastrar la pesada herencia de capitales inservibles, rápidamente se logra saturar el mercado interno (en parte satisfecho por la pequeña burguesía creada con la reforma agraria) y consolidar una agresiva política de exportaciones. Cuando el músculo de la burguesía coreana es lo suficientemente fuerte le sacan la rueditas a la bicicleta y liberalizan el comercio.

El crecimiento de las chaebols y el énfasis en la educación eran justificados ampliamente por el crecimiento económico sostenido desde el nacimiento del estado. Eso le otorgaba a la educación coreana su verdadero lugar, no el esfuerzo gubernamental que lo ratificaba sino el hecho encontrar una vía de movilidad social real. La preferencia por carreras técnicas en un país con una industria en expansión, lo expone claramente. Pero también explica (junto a la histórica represión del movimiento obrero organizado) el papel protagónico al movimiento estudiantil. Éste volvería a las calles en 1980 con Levantamiento de Gwangju que terminó con miles de muertos. En sentido inverso a los sucesos de 1960, en este caso sucedió que en 1979 el jefe de la Kcia asesinó al dictador Park (su esposa había sido asesinada en 1974), luego de 45 días de incertidumbre tomó el poder Chun Doo-hwan, al comenzar el año siguiente los estudiantes volvieron a salir a las calles pero fueron reprimidos con ferocidad, liquidando sangrientamente el movimiento democrático y popular.

El contraste de Corea con Argentina es que al iniciar su clase capitalista el manejo del país en 1945 no carga con el peso de una ineficiente base industrial previa, que sus trabajadores no son dueños de las conquistas laborales de las décadas del 40 al 60, y que consigue los dólares que llegan al estado sin tener que negociar con la burguesía agraria, por lo que puede sostener planes de crecimiento de los grupos burgueses más competitivos y ayudar (en lugar de lastrar) esa competitividad.

Hay una continuidad de fondo con plasticidad en las medidas. Deteriorándose el cambio favorable con Japón, el petróleo barato, el intercambio comercial con EEUU, se hacen necesarias nuevas medidas y el estado, representante del conjunto de una clase burguesa relativamente homogeneizada, se adapta. Por ejemplo volcándose a la energía nuclear en reemplazo del petróleo caro luego de 1979. O disponiendo medidas de apertura como la ley de inversiones extranjeras directas de 1980, una apertura del mercado de capitales. Para 1986, la clase obrera, cada vez más nutrida, reprimida y superexplotada, volverá a las calles obligando a la dimisión de Chun y la llegada del gobierno de transición de Roh. Llegaba el momento de modernizarse. Para sus productos era más problemático el proteccionismo ajeno que la liberalización propia. Para su población, terminada la guerra fría, no existía ya la fuerte justificación de la represión “anticomunista”.

El superávit comercial con EEUU (u$s1900 millones en 1983, u$d9500 millones en 1987) lleva a que éste presione para mover el tipo de cambio que lo desfavorece. Corea no lo acepta por falta de independencia política sino por conveniencia económica, si las exportaciones en 1963 generaban el 6% de los empleos, en 1975 ya generaban el 30%. No negocia porque le falta independencia, sino porque la tiene. Una burguesía real y potente no basa su acción en la soberanía abstracta (y dignidades formales) sino en el desarrollo de sus posibilidades de generar ganancias. Lo hizo con Japón en el 65 y con EEUU dos décadas más tarde. Llega la década del 90 y las rondas del GATT. No es pleitesía a EEUU sino el ingreso a mercados de manera preferente lo que lo guía. No es actitud sumisa y semicolonial, sino negocios

De manera que el proteccionista estado coreano se va transformando en el liberalizado estado coreano, en la medida que la realidad de su economía lo hace conveniente. La continuidad represiva y antidemocrática no debe llamar a engaño. También es un ejemplo de cómo los distintos políticos burgueses se adaptan a distintas formas institucionales y los gobiernos burgueses disponen de diferente medidas económicas, formalmente opuestas, pero coincidentes en su orientación en la valorización del capital. El sucesor de Chun, Roh Tae-woo es una transición hacia la presidencia de Kim Youg-san en 1993 el primer presidente surgido de elecciones sin candidatos militares, y un ex perseguido, defensor de las libertades políticas. En su gobierno, golpeó a la economía coreana, la crisis del sudeste asiático de 1997. Tuvo una salida rápida de la misma. Higienizando algunos sobredimensionamientos y bancando otros. Pero este evento, la participación del FMI con recomendaciones desoídas en parte, y la persistente presencia de tropas yanquis que reiteran casos de violaciones y abusos, influyeron en un nuevo sentimiento anti norteamericano en el marco de una cultura que los tiene en altísima estima.

Pero si hay algo que la burguesía coreana mantuvo con decisión es la falta de libertades para los trabajadores y su tasa de explotación. El primer programa de seguridad social data de 1964 (seguro contra accidentes industriales) de 1976 es el primer seguro médico para trabajadores y la ley de salario mínimo llega a grupos restringidos en 1988 y al conjunto en 1999. A fines del 90 Samsung crea el primer celular con MP3 pero los trabajadores coreanos recién llegan a una conquista que los argentinos disponemos desde 1945.

Por otro lado la educación se presenta como una escalera que va de la primaria estatal (99%) y universal, luego la escuela media, seguida de una secundaria cuyo componente estatal es del 46% para llegar a la selectiva y competitiva educación superior privada (75%) Desde 1980 las selecciones para el ingreso a la educación superior son realizadas a través del examen nacional universitario que asigna los cupos y evita los arreglos y acomodos. Ese día es casi un feriado nacional en Corea, dada la importancia de ese examen que determinará mucho del futuro de los jóvenes que lo rinden, prepararse para él es indispensable. Es de imaginar que ningún coreano en su sano juicio entendería que un plan como el Fines tenga algo de positivo. Sin embargo aún así, al llegar al 2008 la tasa de empleo de los graduados era del 76%, y de ellos, solo tres cuartas partes en lo suyo.

Desde la década del 90 los salarios, al agotarse el excedente de la misma, pierden peso como ventaja comparativa. Como en el resto del mundo, pero a la manera coreana, reaparecen la precarización, la diferenciación interna de la clase trabajadora, y en una particularidad muy propia del extremo oriente, se mantienen las jornadas interminables de trabajo, las más altas de la OCDE. [vii]

Corea avanzó hacia una economía capitalista poderosa casi desde la nada, contó como punto de partida con que el capitalismo mundial la necesitaba para su supervivencia, contó con que disponía de una masa gigantesca y casi inagotable de trabajadores sin tradiciones, ni organización, amasada en tres guerras sucesivas. Aprovechó las ayudas a partir de la primera situación y la tasa de explotación que posibilitaba la segunda. En tercer lugar, apenas conformado un mercado interno de supervivencia pudo volcarse a la búsqueda de divisas y construyó una ideología acorde con esta realidad basada en la competencia y la valoración del triunfo, propensa al cambio y al descarte de los perdedores. Ningún confucianismo (ni duro ni blando) sostendría este pensamiento coreano. Pues bien, la dura batalla contra el pasado y los perdedores que arrastra toda burguesía se vio resuelta en Corea de manera bélica y por anticipado. No arrastró la pesada carga de unidades económicas ineficaces ni de obreros crecidos junto al capitalismo, y tuvo a su vecina del norte como amenaza y realidad ante el comunismo. Mientras el capitalismo de Corea crecía sobre la miseria espantosa de su gente, hubo mejoras absolutas para la clase trabajadora. Pero el tope de esas mejoras llegó a principios de los 90 (poco después de la oleada de luchas) de allí en más el lento ascenso se volvió declive, a pesar del éxito de sus burgueses insignes como Lee Kun-hee, presidente de Samsung y sus U$D 12 mil 600 millones. Sin embargo entre 1990 y hoy la pobreza relativa aumentó en Corea de 7% a más de 14%, mientras que su PBI per cápita paso de U$D 6500 a U$D 30000. Corea crece pero no sus trabajadores. Pero para esos trabajadores es tan natural pensar en términos liberales como para uno argentino hacerlo en términos peronistas, pensar cómo piensa la clase que domina la sociedad, eso se llama cultura coreana (o con cualquier gentilicio)

El particular camino recorrido por el ignoto y destruido país hasta convertirse en una de las economías más poderosas del mundo explica la presencia de Samsung entre nosotros, la ola cultural coreana le sigue porque trasmite el pensamiento coreano (todo se pude fabricar en serie, los perdedores no significan nada, la tradición no importa). Nos queda llegar ahora al final de este paseo por el Milagro del río Han, el filósofo B. C. Han y Parásito. Eso en la próxima nota.


[i] Para tener una idea comparativa de este lejano país, la superficie de Argentina es 2.780.400 km2, 27 veces la superficie de Corea de 100.210 km2. Pero la población de nuestro país es de 44 millones de habitantes contra los 51 millones de Corea del Sur. (Corea del Norte tiene una superficie de 120 000.km2 y una población de 25 millones)

[ii] https://www.globalfirepower.com/countries-listing.asp

[iii] El gobierno “Proscribió la práctica conocida como “autoadministración de los trabajadores” de las fábricas abandonadas por los propietarios japoneses e impidió a los obreros que interfirieran en las responsabilidades administrativas. Además, el gobierno militar empezó a vender las propiedades japonesas confiscadas a pesar de los llamamientos a la nacionalización hechos por grupos políticos tanto de derecha como de izquierda” https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/1449/4/S1800642_es.pdf

[iv]El indicador mas usado era el “costo laboral unitario relativo” adoptado por la OCDe cuyo planteamiento central era que la evolución de los costes, específicamente de los costes salariales, determinaba la competitividad. Su hipótesis subyacente es que los costes principales (costes de energía, de maquinaria y capital, etc. ) están fijados a nivel internacional, por lo que los costes salariales serían los costes que harían la diferencia” (Javier Medina, Visión compartida de futuro, Universidad del Valle programa editorial, Cali, colombia 2006)

[v] El 25 de abril cuando la policía se negó a reprimir, Rhee y su vice Lee Ki-poong renunciaron. Dos días más tarde el hijo de Ki-poong lo mató de un balazo y se suicidó.

[vi] Park Tae-joon, fundador de POSCO, recibió los fondos del dictador Park a finales de los 60, fue enjuiciado por corrupción durante el mandato de Kim Young-sam (1993-98) y luego llegó a Primer Ministro del presidente Kim Dae-jung (1998-2003)

[vii] “Puesto que la expansión de la economía basada en los conocimientos y la globalización dejaron en desventaja a los trabajadores menos calificados. De la misma forma, se amplían a partir de entonces las brechas de productividad entre los sectores de manufactura y servicios, entre las industrias pesada y química y la industria ligera, y entre grandes y pequeñas empresas, mientras que el acceso a empleos de calidad se hace cada vez más difícil”

1 Comentario

  1. Excelente análisis. Dos consultas: más o menos a cuanto asciende en valores actuales todo el dinero que la ONU, EEUU, etc aportaron a la construcción de esa burguesía coreana ? Y segundo, la tecnología que esos grandes conglomerados industriales usaron para hacer de Corea una potencia, es de creación propia ?

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