El conflicto de los trabajadores de EMA, prestadora de servicios para la empresa Edesur, tiene origen en las reiteradas negativas de la empresa para encuadrar a su personal en el convenio colectivo del sindicato de Luz y Fuerza. La contratista inscribe a su personal como inspectores de medidores eléctricos, pero con el convenio de la UOCRA. De esta manera se produce una enorme diferencia de salarios y condiciones de trabajo entre operarios que realizan iguales tareas.
La lucha de estos compañeros, comenzó a visibilizarse en los primeros meses de 2021, cuando los reclamos por el pase a planta permanente, el encuadre gremial y la mejora de las condiciones de trabajo, derivó en represalias y despidos. En plena cuarentena, desconociendo el DNU gubernamental vigente, la patronal dejó en la calle a 60 trabajadores. A partir de entonces, los empleados de EMA Servicios vienen librando una dura pelea contra la patronal que se ampara en la complicidad gremial y de los funcionarios nacionales y provinciales.
Desde un primer momento, los compañeros pusieron de manifiesto su voluntad de lucha con reclamos en oficinas y obradores de la empresa. Ante la falta de respuestas de parte de los directivos no se detuvieron y llevaron el conflicto a las puertas del Ministerio de Trabajo, la Secretaría de Energía, el Municipio de Quilmes, etc. También se manifestaron en el Obelisco, la Quinta presidencial de Olivos y frente a la Embajada de Italia. con marchas, acampes y festivales. El 11 de junio, en el marco de un corte convocado por el Plenario del Sindicalismo Combativo, fueron victimas de la criminalización de la protesta a la que el Estado, en este caso las fuerzas de seguridad al mando de Berni y Kicillof, tiene acostumbrada a la clase obrera.
A partir de allí, este escenario que se ha transformado en ícono de las luchas de los trabajadores, se convirtió en un lugar habitual para que los compañeros demostrasen que no tienen intenciones de claudicar hasta recuperar sus puestos y conquistar sus derechos.
Ante el abandono por parte del Sindicato de Luz y Fuerza, la posta fue tomada por organizaciones políticas, sociales, el activismo sindical. Trabajadores terciarizados de distintas ramas, como ferrocarriles, telefónicas, Aeronáutica, Call Centers, etc. y despedidos como los Trabajadores de Just, Argen Cobra (otra contratista de Edesur), Clínica San Andrés, Bimbo, suspendidos de SanCor y muchos más, compartieron las jornadas de lucha y a la vez nutrieron las propias con en acompañamiento de los despedidos de EMA.
Por su parte el Estado, a través de sus funcionarios, una y otra vez han desoído los reclamos de los trabajadores. Federico Basualdo, secretario de Energía, Mayra Mendoza e innumerable cantidad de funcionarios de menor rango, han prometido una y mil veces, dar respuestas concretas. Estas reuniones siempre terminaron en dilaciones, destinadas a que se levanten los cortes, en el ofrecimiento de planes sociales o en efectuar como mediadores para que reciban indemnizaciones muy por debajo de lo que les correspondería.
Edesur y el Gobierno, caraduras de uno y otro lado.
En 2020 el servicio eléctrico de la zona sur del conurbano, llegó a un límite casi insostenible para la población. Durante meses los cortes de energía afectaron a miles de familias trabajadoras y desataron un pase de facturas entre los municipios y la empresa. De un lado intimaban a cumplir con el servicio y del otro reclamaban una deuda millonaria como excusa de la falta de inversión, La realidad detrás de esta supuesta disputa, es por un lado la transferencia de subsidios millonarios por parte de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales que, desde luego, salen de nuestro bolsillo. Por otra parte, la falta de control de las condiciones en que operan las empresas contratistas que exponen a su personal a trabajar en condiciones precarias y con salarios mal pagos.
La tercerización en la Argentina es un fenómeno naturalizado y en constante aumento desde la década del 70. La ley de Contrato de Trabajo (1974) ya la permitía explícitamente y en las ultimas décadas los trabajadores se han ido acostumbrando a las enormes diferencias que existen tanto en los salarios como en las condiciones de trabajo. La contratación de estas pymes, como Ema Servicios, funciona como mecanismo para abaratar costos fundamentalmente laborales, por las condiciones desiguales descriptas.
El impase electoral. Para los trabajadores de EMA, la lucha es en las calles.
El cierre de las campañas con vista a las PASO, provocó que en las últimas semanas las organizaciones que los apoyaban se volcaran a actividades electorales. En ese contexto los compañeros redoblaron su pelea y se movilizaron al sindicato de Luz y Fuerza sede Capital, para exigirle a la burocracia que se presente a las audiencias que convoca el Ministerio de Trabajo. Esto es porque la entidad gremial liderada por Rafael Mancuso, rechaza sistemáticamente los llamados a las mediaciones que la cartera laboral les ha hecho llegar.
Es necesario retomar de manera inmediata el acompañamiento a este grupo de trabajadores, para que la patronal y el Estado no se salgan con la suya. En ese sentido la Corriente Clasista Goyo Flores ha estado desde un primer momento apoyando esta lucha e instamos a no abandonarla. El triunfo de nuestra clase está en las calles y no en las urnas de la burguesía.
Retomemos ya, el apoyo a los trabajadores de Ema y de todas las luchas.
Corriente Clasista Goyo Flores.