Dossier: Un balance de las XI° Jornadas de Investigación Histórico Social y I° Encuentro de la Izquierda Revolucionaria. Septiembre de 2016.
En septiembre de este año, organizamos nuestras XI° Jornadas de Investigación, que dio lugar al I° Encuentro de la Izquierda Revolucionaria. El objetivo fue reunir al conjunto de la izquierda argentina para debatir toda una serie de problemas que hacen a los puntos esenciales para la construcción de un programa revolucionario en Argentina: la lucha de clases a nivel mundial, la cultura proletaria, la opresión de género, los problemas de la educación, la intervención sindical, el FIT y la construcción partidaria. A continuación, presentamos un resumen de las principales mesas.
La izquierda busca su horizonte. Panel de cierre, con los dirigentes de los partidos políticos
En el última mesa, frente a más de 300 personas, debatieron Guillermo Kane (PO), José Castillo (IS), María del Carmen Verdú (IR), Daniel Campos (PSTU), Martín González Bayon (NMAS), Pablo Rojas (PRC), Gustavo Lerer (PCO) y Eduardo Sartelli (RyR)
El sábado 3 de septiembre se realizó la mesa de cierre de nuestras XI Jornadas y del I Encuentro de la Izquierda Revolucionaria. Para ello, convocamos a los principales referentes de los partidos revolucionarios con el objeto de debatir las perspectivas de la izquierda en la Argentina. Frente a más de 300 personas, debatieron Guillermo Kane (Partido Obrero), José Castillo (Izquierda Socialista), María del Carmen Verdú (Izquierda Revolucionaria), Daniel Campos (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado), Martín González Bayon (Nuevo MAS), Pablo Rojas (Partido por la Revolución y el Comunismo), Gustavo Lerer (Partido de la Causa Obrera) y Eduardo Sartelli (Razón y Revolución). A continuación, lo más destacado del debate.
María del Carmen Verdú (IR): Nosotros siempre hemos planteado, antes de la existencia de IR, la necesidad de tres instancias de intervención de tareas centrales, que no son excluyentes. Por un lado, la más amplia unidad de acción en la lucha callejera. Por el otro, esta búsqueda permanente de las coincidencias y de los acuerdos que nos permitan avanzar en ese objetivo final de la unidad de los revolucionarios. Y entre una y otra, nosotros siempre hemos tenido una permanente vocación de construcción de herramientas frentistas. Y ahí es donde nos parece particularmente en la etapa que estamos viviendo hoy, que hay una necesidad imperiosa de generar una herramienta frentista.
Estamos haciendo un llamamiento concreto con una carta. Ahí precisamente lo que planteamos es la necesidad de la construcción de este frente político y social que nosotros definimos como anticapitalista, antiimperialista, antipatriarcal y latinoamericanista.
Un frente que, por supuesto, adelantándome a la posible pregunta, creemos que tiene que tener intervención en el terreno electoral. Con la mayoría de las organizaciones, que han recibido con algún interés esta propuesta, hemos confluido en el apoyo a las listas del Frente de Izquierda en el pasado. Y ahí es donde nos parece que es importante desde esta propuesta de frente político y social, intervenir con un perfil propio y un programa propio. En este sentido, nos parece que es la forma de mostrar que hay una expresión de izquierda que se alce frente a esta polarización del discurso patronal, entre los CEOS de Macri y esta oposición patronal que solo se preocupa por garantizar la gobernabilidad.
Daniel Campos (PSTU): Lo primero es reconocer, entre todos los presentes, que la izquierda está atravesando una grave crisis. Y seguramente, es la preocupación de todos los compañeros presentes y de millones de argentinos hoy: tenemos una primera tarea, tenemos que derrotar el Plan Macri. Macri quiere cambiar las relaciones de fuerza que el Argentinazo en el 2001 instauró en este país. Porque la crisis del capitalismo obliga a las multinacionales a hacer esta ofensiva. Pero no va a ser fácil.
Un desafío importante es la derrota de este plan y justamente, para eso, lo que necesitamos es que desarrolle con mucha fuerza una nueva dirección sindical y política en este país. Hay crisis en el PJ, en el kirchnerismo, en el castrochavismo, en el autonomismo y también lo hay en la izquierda. Y, entonces, es más necesario que nunca -mientras vemos la obscena escena de dirigentes kirchneristas, que se dicen antiimperialistas, ver cómo se robaban bolsones de plata, y muchos de esos tienen que desfilar a la cárcel- cómo construimos una dirección y le damos un lugar a muchos de esos pibes que hoy están en La Cámpora, y que creyeron que esa era la herramienta para derrotar al capitalismo y al imperialismo.
Eduardo Sartelli (RyR): Lo que observamos hoy es la crisis de ese universo 2001. La izquierda cooptada por el kirchnerismo ahora está girando en el vacío. Jamás pensaban que iban a perder. Pensaban que eran realmente populares. Hoy vemos que juntan tres mil personas en una esquina. Por su parte, lo que observamos es que el conjunto de la izquierda revolucionaria, desde el triunfo de Macri, es una paralización aún mayor en relación al gobierno kirchnerista.
Hoy día la izquierda está encarnada en la clase obrera y, por lo tanto, representa una fuerza real. Pero, precisamente ese encarne, esa realidad de la izquierda hoy, es lo que hace más extraño y más urgente el responder a esta pregunta: ¿por qué a ocho meses del triunfo de Macri seguimos barranca abajo?
Entonces, me parece que una oportunidad en esta situación se abre cuando nosotros intentamos repensar el FIT. El FIT intervino a mi juicio mal en términos políticos, en el frente político, en la política puramente parlamentaria. Una intervención política más amplia –más allá de lo parlamentario- requeriría de una dedicación y un compromiso más amplio. Y ese compromiso tiene que incluso ir más allá de acuerdos políticos generales. Tiene que ir a la intervención concreta en el frente de masas. Eso que algunos compañeros llaman “frente único”.
Entonces, ¿cómo habría que reconstruir el FIT? La primera cuestión es la delimitación del kirchnerismo. No puede haber una alternativa revolucionaria si lo primero que hacemos nosotros es ir detrás del peronismo otra vez. Segundo, además de la demarcación del kirchnerismo, es la ampliación del FIT. Es la incorporación de la izquierda no trotskista al FIT. Yo señalo que hay que ampliar el FIT a la izquierda no trotskista con la condición de demarcación del kirchnerismo y objetivo socialista.
Por último, hay un punto en el cual no estoy de acuerdo con las definiciones “anti”. Yo no soy anticapitalista. Yo soy socialista. Anticapitalistas son los señores feudales. Anticapitalistas son los esclavistas del Sur de Estados Unidos. Yo soy socialista. No alcanza con la definición de “anticapitalista”. Me parece que la izquierda se debe una tarea de agitación y propaganda sostenida por el Socialismo. Me remito a lo que hemos dicho de las campañas electorales del FIT: fueron campañas que no mencionaron una sola vez la palabra “Socialismo”.
Yo propongo que esto se debata en un gran Congreso de militantes. No en las PASO, que son la forma en la cual la burguesía destruye partidos revolucionarios. Nosotros no vamos a exigir más que una sola persona o dos. No nos importa. Eso es superficial.
Guillermo Kane (PO): No se ha desenvuelto todavía un ciclo nuevo. La derrota electoral del kirchnerismo, a pesar de lo que ellos quieren hacer creer, no equivale a una derrota de los trabajadores. La idea de la “resistencia”, que parte de la izquierda ha comprado, significaría adoptar esa definición. Y el macrismo todavía no ha abierto ni siquiera un plan económico estrictamente propio.
La idea del derrumbe del régimen nacionalista y la dispersión del kirchnersimo como fuerza de Estado, sin embargo, no han hecho desaparecer al problema del kirchnerismo como tal. Dicho de otra manera, el kirchnerismo, en su disgregación, está ejerciendo una intensa demagogia para tratar de ligarse a las manifestaciones sindicales, a las manifestaciones contra el tarifazo o contra distintos hechos represivos, con la pretensión de asociarlos políticamente al “Vamos a volver”. Y esto ha colocado en un debate que es importante saldarlo y que, para mí, es el centro de la discusión, no sólo en el FIT, sino en la izquierda y activismo en Argentina.
Evidentemente, estamos atravesados hoy por una parálisis para una acción política común del FIT. Y así lo hemos caracterizado el Partido Obrero y hemos planteado una carta a los otros partidos del frente. Tuvimos también movilizaciones instrumentadas por el FPV y el kirchnerismo, atrás de hechos represivos (como lo de Hebe de Bonafini, un comité por la libertad de Milagros Sala, entre otros casos), donde el PTS ha actuado sumándose políticamente, no frente al hecho represivo, sino incluso embelleciendo a estos personeros del kirchnerismo. Por ejemplo, en una nota en La Izquierda Diario sobre Hebe de Bonafini, decía que si Hebe negaba esto, ellos le creían.
Entonces, ¿cómo salimos de esta situación? Está claro que hay en la propuesta que hemos hecho de una campaña política –levantar tribunas en todo el país, en cada localidad, en la Plaza de Mayo- para relanzar al FIT como un polo alrededor del cual lograr un reagrupamiento, que no hay por qué circunscribir al FIT. Y esto ha sido nuestra posición históricamente, incluso en torno a las listas en las últimas elecciones. No es un problema de ADN trotskista, o del tal o cual grupo… Lo hemos discutido con compañeros de la Corriente Darío Santillán, con el Perro Santillán, con compañeros de distintas procedencias políticas. Y nos parecía importante señalar que el terreno tiene que ser de independencia de clase, de delimitación del operativo kirchnerista.
José Castillo (IS): La unidad de la izquierda es un reclamo genuino y permanente de los luchadores, en el mundo y acá en la Argentina. Nosotros, como Izquierda Socialista, siempre lo consideramos un tema central, y por eso fuimos promotores y le ponemos todo a lo que significó y lo que significa el FIT. Y queremos ser claros. El FIT fue y es para nosotros un paso importantísimo en el camino de la unidad de la izquierda. Pero es un paso: un frente electoral. Hay que decirlo con todas las letras: es un frente electoral. Nos permitió superar el escollo proscriptivo de las PASO en su momento, lograr tener representaciones parlamentarios nacionales, locales… ¿Alcanza? No, obviamente que no. ¿EL FIT tendría que tener posiciones políticas cotidianas, una acción común en los sindicatos y el movimiento estudiantil? Por supuesto que sí. ¿Los tiene? No. Siempre se parte de la verdad. Esa es la realidad. Por eso, siempre discutimos. No vemos perspectivas de que se vaya a un partido común. Porque independientemente de que formalmente tengamos orígenes programáticos comunes, la propia realidad y el debate nuevo que hay ahora con relación al posicionamiento con respecto al kirchnerismo, plantea cuáles son las diferencias.
Estamos orgullosos de lo que se logró y creemos que hay espacios para seguir construyéndolo y, efectivamente, como dijo Eduardo, como dijo Guillermo, para ampliarlo. Estamos absolutamente a favor de ampliarlo y de que no se quede constituido exclusivamente como un frente trotskista.
Cierro: la crisis mundial. Su rebote en la Argentina nos va a abrir, sin ningún lugar a dudas, nuevas oportunidades. Nuestra responsabilidad es que, la próxima vez que eso se abra en la Argentina, estemos en condiciones de tener construida una herramienta con los mecanismos unitarios y programáticos suficientes para disputar el poder.
Martín González Bayon (NMAS): Por supuesto, cualquier política parte de una delimitación tajante de los gobiernos, las organizaciones, los políticos, las figuras del nacionalismo burgués. Ahora, ¿cómo hacemos para confluir no con esos movimientos, con esas figuras, sino con los millones de luchadores que fueron cooptados y hoy están en crisis? Esa es una de las grandes preguntas. Lo que sería realmente idiota es ser sectarios frente a eso. Nosotros creemos que se impone la unidad en la acción, en la lucha contra los ataques de los gobiernos reaccionarios. ¿Macri viene por todo? Bueno, ¿Qué vamos a hacer? Nosotros tenemos una propuesta: enfrentarlo. ¿Quién quiere enfrentarlo? Vamos a enfrentarlo con todo el que realmente quiera. Eso no significa que este gobierno es reaccionario porque el anterior era bueno. No, el anterior también lo era. Pero éste efectivamente es más reaccionario. No es exactamente lo mismo un gobierno que te quiere cooptar, que un gobierno que plantea abiertamente liquidar todas las conquistas que arrancó el movimiento de masas en los últimos quince años. Son gobiernos distintos. Reaccionarios los dos. Sí, pero son distintos.
Gustavo Lerer (PCO): Hoy caracterizamos que la situación a nivel mundial es una situación reaccionaria, después de haberse abierto las revoluciones en el norte de África -con Túnez, Egipto, Libia- y que se cierra con el golpe de Estado en Egipto, en donde el Ejército desplaza al gobierno burgués de la hermandad musulmana.
¿Cómo nos unimos? ¿Cuáles son los problemas de la unidad de la izquierda? Yo prefiero decir: si estás del lado de la clase obrera o del lado de la burguesía. Por eso, nosotros nos ubicamos en la defensa de la revolución permanente y el Programa de Transición. Por lo tanto, el único enemigo no es el kirchnerismo como oposición patronal. Toda corriente que plantea que para hacer la revolución en el mundo hay que hacer un acuerdo con la burguesía nacional, no está de este lado, compañeros. Trotsky decía “ni con la burguesía, ni con su sombra”. Porque muchas de estas corrientes parecen la sombra. Entonces, los que tienen la política de los frentes de liberación nacional, de los acuerdos con la burguesía nacional, de los frentes únicos antiimperialistas, no están de este lado.
Yo particularmente, compañeros, no fui a la Marcha Federal, porque nos parece que es una maniobra. No voy a una marcha donde me ponen adelante a Boudou, a D’Elía, a todos esos… He ido con Moyano y todos esos, que también son una porquería. Pero, ¿a un acto kirchnerista? Nos parece que eso hay que tenerlo claro.
Intervención:- Dos preguntas. La primera tiene que ver con la delimitación del kirchnerismo. Segundo, hasta ahora el FIT viene funcionando “federativamente”. Basta con el veto de uno (que sabemos quién es) para anular toda acción. En cambio, un comando único anularía esta dinámica. Pero con la ampliación, planteada aquí, estaría bien. Por eso, los que dijeron que estaban de acuerdo con el FIT y no están en el FIT, ¿estarían de acuerdo en entrar? Los que están en el FIT y dicen que hay que ampliarlo ¿cómo se haría?
Gustavo Lerer (PCO): Nosotros, con respecto a lo del FIT, en un principio lo vimos medio oportunista, porque con la inclusión de los compañeros de IS -que habían estado en las manifestaciones con los sojeros-, nos parecía que no podía haber ese tipo de acuerdo. Pensamos que era un acuerdo para pasar las PASO. Después nos pareció que había pasado a ser secundaria esa cuestión y llamamos a votar al FIT. Después, cuando el FIT sacó un millón doscientos mil votos, nos pareció que era un fenómeno. Y como no somos sectarios, le hicimos un planteo al FIT de que a partir del millón doscientos mil votos, convocaran a la formación de un partido de trabajadores, para aprovechar a ese sector que rompía con el kirchnerismo y que también se reflejaba en las nuevas conducciones que estaban surgiendo en el movimiento obrero.
Martín González Bayon (NMAS):- El NMAS siempre consideró y considera que el FIT es una conquista. Cuando el NMAS quedó afuera del FIT, no fue por decisión del NMAS. Fue porque no querían incorporarlo en igualdad de condiciones con respecto al resto de las fuerzas que estaban. Nosotros hicimos un llamado al FIT a que se amplíe y que se discuta. Además, sí considerábamos –lo reconocen los mismos integrantes del FIT- que el FIT está paralizado. No saca una declaración conjunta el FIT como FIT sobre ninguno de los aspectos de la lucha política en Argentina.
Con respecto al kirchnerismo, no hay publicación, volante, declaración del NMAS que no se delimite del kirchnerismo.
José Castillo (IS): Efectivamente, la tarea concreta hoy y ahora de la clase obrera es la pelea contra el ajuste macrista. O sea, para ser claros, nosotros le vamos a ganar incluso a sectores del peronismo o al kirchnerismo si somos los que estamos a la cabeza de la lucha contra el ajuste macrista. ¿Con quién luchamos? Con todos los que quieran luchar. Primera cuestión. Esto es así. ¿Tenemos que delimitarnos? Sí. Lo que pasa es que me da la sensación de que todos contestamos igual, pero todos queremos decir cosas distintas.
El debate sobre el FIT. ¿Ampliación del FIT? Acá hay un problema. No está el que dice que no. Entonces te vamos a decir que sí los dos [se refiere a él y a Guillermo Kane]. Nosotros, Izquierda Socialista y también el Partido Obrero, hicimos experiencias concretas de ampliación del FIT, con organizaciones concretas, exitosas y fallidas. En la Capital, hicimos incorporaciones exitosas con compañeros que participaron de las campañas que fueron parte de las listas, e hicimos una jugada más fuerte en la provincia de Jujuy que no salió, que fue la del Perro Santillán. Después podemos hacer el balance. Pero la jugada se hizo, y se hizo seriamente, con un planteo programático. Por lo tanto, la ampliación del FIT sí… ¿En base a qué? ¿Con quién? ¿Cómo? Con los que están de acuerdo con el programa. El FIT tiene un programa. Está escrito. Se hizo uno en el 2011, otro programa en el 2013, otro en el 2015. Pueden revisar los periódicos. Eso existe. Hay un programa que nadie nunca cuestionó.
Guillermo Kane (PO): Se ha hablado mucho sobre el Frente de Izquierda. Los límites son límites políticos. Yo creo que es un rasgo despolitizante, en general, la idea de “se pelean por los cargos”, que el ratón, que el león… Esas son frases hechas, cuando lo que está en juego son luchas de posiciones políticas. Nosotros tuvimos siempre una actitud abierta a ese debate. Pero, también, tenemos que tener una caracterización concreta del proceso en el propio frente.
Creo que hay un debate que abarca de alguna manera a toda la izquierda argentina, que es cómo nos colocamos frente al kirchnerismo pasado a la oposición. Esto es el hueso, el núcleo duro del límite a una acción política y también una confluencia, también a la idea de un comando político. Finalmente, las votaciones divergentes en el Parlamento, por ejemplo, del PTS, junto a mociones por el plebiscito de la deuda o reivindicando la política de Derechos Humanos del kirchnerismo, nos dan una idea de cuál era el contenido político de tener bloques separados.
¿Por qué reivindicamos al FIT? Porque hace otro planteo programático que el histórico del frentismo de izquierda en la Argentina. No es un frente para disolver su programa detrás de la idea de que la clase obrera es peronista por conciencia o por identidad, como hemos escuchado de distintos compañeros hoy en la mesa plantear. El FIT no ha tenido esta ubicación. Ahora, las divergencias alrededor de este punto crecientes, lo han colocado en una encrucijada. Tiene que definir cómo va a avanzar.
¿El FIT tiene un camino? Sí. ¿Con quién y cómo? Con los que estén parados desde el punto de vista del desarrollo de la estrategia de la independencia de clase.
Eduardo Sartelli (RyR): Quería empezar por la pregunta más amplia, porque me parece que ahí está el corazón del debate: ¿la clase obrera argentina es peronista? La “identidad” no existe. No tenemos “identidad”. Somos un proceso. ¿Qué es lo que ha pasado en los últimos años? Hay dos o tres generaciones que no han vivido ninguna experiencia con el peronismo que no sea nefasta. Y, por otro lado, si uno examina la suerte del gobierno kirchnerista, lo rápido que se ha desplomado Cristina, contrasta notablemente con un tipo que se va en el ’55 y durante diecisiete años gobierna el país desde afuera.
Eso significa un nivel de conciencia relativamente bajo en el conjunto de la clase obrera. Pero también significa una vacancia, una conciencia que puede adoptar rápidamente otra forma.
Creo que el FIT tiene que tener no solamente una ampliación, sino una transformación cualitativa, pero ya con la ampliación me alcanzaría. Y me parece que todas estas divergencias, desde las más generales a las más concretas, tienen un instrumento que me parece que es lo mejor que es un Congreso. Congreso de militantes, donde cada fuerza expresará el poder que tiene. El PO tendrá un poder en ese Congreso, otros otro, pero bueno… Así es la vida. El que se ganó el lugar, se lo ganó. Y punto. Pero pongámosle fecha: yo propongo un Congreso de militantes a marzo del 2017…
Intervención: Pero si no vienen acá [el PTS], ¿cómo van a ir a un Congreso?
Eduardo Sartelli (RyR): Sí, sí. Está bien la interrupción y te la agradezco. ¿Desde cuándo una agrupación como esa puede tener carácter de veto? Si vos me dijeras que estamos hablando de un partido que acaba de fundar Moyano, con toda la CGT adentro, y con millones de trabajadores, bueno… Yo lo pienso un poco. Pero si vos me decís que toda la discusión para por si el PTS no quiere, no me jodas. Si quieren venir que vengan. Y si no, que se vayan. Qué me importa…
Esto nos lleva al problema de la delimitación. No hay delimitación política si no hablamos de Socialismo. Esa es la primera delimitación política. La diferencia entre nosotros y cualquier otra cosa kirchnerista o lo que se le parezca, es este punto básico. Entonces, a mi me parece que la delimitación que el FIT no se planteó nunca -y yo insisto con que sigue sin plantearlo- es el desarrollo de la agitación socialista
Daniel Campos (PSTU): El principal problema no es el FIT. Es un problema porque la izquierda no está interviniendo bien en las revoluciones y en las luchas. La Marcha Federal es un preanuncio. Es un error dividir las marchas como hacen los compañeros del PO. Entonces, ¿qué actitud tenemos con el kirchnerismo? Por supuesto que es oportunista hacer seguidismo a las direcciones K. Estamos totalmente de acuerdo con eso. Pero hay una tarea fundamental: empujar juntos con ellos, la lucha contra el plan Macri. Porque es necesario derrotar al Plan Macri.
María del Carmen Verdú (IR):- Primero, sobre la de sí o no a la integración al FIT en caso de su ampliación. Una cosa es la ampliación y la intervención. Otra cosa es el contrato de adhesión. Es lo que venimos haciendo: “voten al FIT”, haciendo campañas, participamos como fiscales, etc., sin participar de ninguna discusión.
La otra pregunta que me parecía importante y central por el tema del panel era esto de con quién luchamos, vinculado también con lo de la delimitación. Si me voy a sentar a discutir la construcción del partido revolucionario, ni con compañeros francamente de izquierda y revolucionarios, pero con otras concepciones distintas –una corriente insurreccionalista, por ejemplo- me voy a poner de acuerdo. Para el espacio intermedio, frentista, del frente político y social, también van a haber cosas que van a ser delimitadas (socialismo, anticapitalismo, antiimperialismo, antipatriarcado, la visión latinoamericanista) y otras que no. Con mucha más amplitud que en el anterior. Y en la lucha en la calle, mientras el tipo no sea milico y no esté defendiendo el aparato estatal y no sea un burócrata sindical, ¿por qué no compartir un espacio de lucha que me puede brindar la posibilidad de una discusión donde me lo puedo ganar? Porque no la vamos a hacer nosotros solos la revolución…
Pablo Rojas (PRC): Nosotros, como corriente hemos, llamado a votar al FIT con un voto de clase contra clase, en el momento de las elecciones. Nos parece fundamental poder sembrar conciencia de que los trabajadores voten trabajadores. Pero también somos profundamente críticos al FIT, porque, en realidad, consideramos que es un producto del espanto y no del amor. Los unió la necesidad de llegar a un piso, a un porcentaje. Si no, no lo hubieran hecho.
Nosotros no podemos inculcarles a las masas que por la vía sindical le vamos a solucionar sus problemas. Estamos ahí para llevarles nuestro programa, que es el programa de la revolución socialista. Si no hacemos eso, estamos complicados. Por eso el FIT como alternativa, se está corriendo un poco de esa realidad. No habla de Socialismo y eso es un problema.