Frente a la consigna «Abajo la reforma de Morales», nos preguntamos: ¿Seguimos entonces con la de 1986? ¿No podemos discutir qué provincia queremos?
Ya estamos todos en las calles, ya estamos todos discutiendo en cuanta asamblea hay. ¿Por qué no armar un gran congreso provincial (de los obreros que estamos en la lucha, claro) que defina qué provincia queremos? Si Morales y el PJ quieren armar su constitución, nosotros armemos la nuestra, a nuestro modo y con nuestros métodos.
¿Vamos a echar a Morales (o le vamos a pedir a Alberto que lo eche) para que venga otro igual? ¿O vamos a pelear por otra provincia? Una, por ejemplo, que le dé trabajo en blanco a todo el mundo y elimine el trabajo precario y punteril de los planes, donde la producción esté centralizada y sea planificada por todos los trabajadores.
No queremos que «se lleven» el litio. Muy bien… Y ¿qué proponemos? ¿Quién y cómo lo va a explotar? ¿Tenemos un plan para eso? ¿Se lo vamos a dar a los empresarios argentinos que no pueden montar una sola empresa como la gente ni dar trabajo en blanco? ¿Por qué no centralizamos su producción en función de un plan industrial confeccionado y dirigido por los trabajadores?
Sin una propuesta, las victorias siempre van a ser efímeros espejismos en un desierto yermo y ajeno. Resistir es dejar todo como estaba. Jujuy no tiene que resistir. Jujuy tiene que ser otra.
Razón y Revolución / Vía Socialista
