Jujuy: Morales nos manda al matadero

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Después de la oleada de contagios en las últimas tres semanas, en la que se destaca el lunes 29 de junio con 36 casos y este último domingo con 46, el gobierno de la provincia parece no entender la situación de gravedad en la que se encuentra la provincia. Este domingo se habilitaron actividades no esenciales como el comercio de ropa y calzado, profesionales, empleadas domésticas, gastronómicos, comercio de galería, construcción privada y actividades deportivas.

Morales, que fue el principal responsable de sentar las bases para que la circulación del virus se acelere, no solamente vuelve a flexibilizar la cuarentena, sino que ahora la responsabilidad de garantizar los distintos protocolos de las actividades habilitadas les cabe a los COE Municipales. Este proceso de descentralización abarca desde recursos financieros (los municipios empiezan a hacerse cargo de distintos recursos materiales para la lucha contra la pandemia), hasta las tareas de control de seguridad e higiene. Lo más alarmante es que los municipios empezaron a tener una mayor responsabilidad sobre los hospitales de campaña. Que los COE Municipales se hagan cargo de nuestra salud es preocupante porque ahora todo depende de los recursos locales. La realidad de los municipios es muy diversa. Nos encontramos con municipios como San Salvador de Jujuy, San Pedro y Libertador General San Martín con recursos financieros más altos que el grueso de los municipios. Por ejemplo, todos los municipios que se encuentran en zona roja (Abra Pampa, Humahuaca, Libertador, Caimancito, El Talar, Calilegua, Perico, Fraile Pintado y Monterrico.) apenas representan el 65,61% del presupuesto de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy. Morales de esta manera se lava completamente las manos.

Sabemos muy bien que el pedido de la flexibilización corre por los pequeños comercios que no le alcanza con que el Estado cubra parte de sus gastos con subsidios. Tampoco con flexibilizar un poco la cuarentena. Si no se restablece completamente la circulación, las ventas seguirán en niveles ínfimos y muchos comercios irán indefectiblemente a la quiebra. Su reclamo es legítimo, la extensión de la crisis amenaza sus medios de vida, pero la solución no puede ser levantar la cuarentena cuando se extienden y aumentan los contagios exponencialmente. La única solución es un subsidio al desocupado, igual a la canasta básica, que se haga extensivo a monotributistas, “cuentapropistas”, profesionales y pequeños comercios cuya actividad se haya visto afectada por la cuarentena, sería una verdadera solución al problema, que permitiría resguardar la salud y la vida de todos.

Además, no hay forma de sostenerla con hambre y miseria. Cientos de miles de compañeros precarizados o en negro, tienen que optar entre encerrarse para prevenirse del contagio y morir de hambre, o salir para poder pagar la olla, pero exponerse a la enfermedad. Una cuarentena seria requiere de un subsidio universal al desocupado que permita la vida. Con hambre, no hay cuarentena.

Exigimos:

-Cuarentena estricta. No a las excepciones dispuestas según el criterio de la ganancia capitalista. Una actividad es esencial en función de las necesidades sociales.

-Prohibición de despidos, suspensiones y recortes salariales-Subsidio universal al desocupado y precarizado.

-Aumento urgente de presupuesto para la salud pública. Por una salud pública centralizada y controlada por los trabajadores.

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