Este mediodía se realizó en Olivos una conferencia de prensa para anunciar la flexibilización de la cuarentena. Allí se encontraba el Presidente de la Nación, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos, el Gobernador de Buenos Aires y los tres gobernadores de las provincias más afectadas por la pandemia del Coronavirus. Entre ellos, Gerardo Morales. El gobernador jujeño hizo una presentación que se movió entre el relato mentiroso y la lavada de manos, cargando las tintas en las irresponsabilidades individuales. Repasemos brevemente lo dicho.
«Dos personas cruzaron a comprar a Villazón y entendemos que allí estaría el origen”. Esto es falso. El origen de la oleada de contagios se encuentra en una decisión del propio Morales: la flexibilización de la cuarentena, producto del privilegio de la economía por sobre la salud. Fue la voluntad de activar rubros económicos como el turismo local, lo que abrió paso a circulación enorme de personas frente a un virus de contagio muy acelerado. La red de contrabando de hoja de coca, a través de la frontera con la localidad boliviana de Villazón fue solamente el punto de inicio de acontecimientos que tienen como base la flexibilización y la incapacidad de cuidar los pasos fronterizos. Digamos además, que esa red tiene implicancias estatales, como se ha visto, al involucrar a miembros del personal policial local.
«El 90% de los casos son por contagio en conglomerados y el 10% por circulación comunitaria». Acá Morales no cuenta toda la verdad, es decir, vuelve a mentir. Es cierto que la mayoría de los casos son por conglomerados, pero esa mayoría son trabajadores de salud, seguridad, trabajadores de empresas privadas (Ing. Ledesma, Minera Exar, Ing. La Esperanza). Otra vez, la responsabilidad es de Morales. El Gobierno Provincial no garantizo los recursos materiales y de bioseguridad para protección de los trabajadores esenciales y tampoco se encargó de exigir los protocolos de seguridad e higiene en las empresas privadas. Basta con ver las denuncias y movilizaciones cotidianas que protagonizan los trabajadores de estos sectores, que se niegan a ser la carne de cañón de esta política. Además, no hubo una planificación de las actividades de producción esencial a fin de abastecer las necesidades sociales, empresas como Ledesma tenían áreas no esenciales funcionando con normalidad.
“Estamos en el ojo de la tormenta, en el momento más complicado del brote (…) la responsabilidad individual y social de cada uno es vital para esto lo que viene”. Una verdad que abre la puerta a una mentira. En estos momentos, nos encontramos en el peor momento para la provincia. La cantidad de casos diarios son preocupantes. Hoy al mediodía, el Comité de Emergencia (COE) informó 50 casos positivos. Ahora bien, la responsabilidad individual termina siendo inútil si no existen condiciones estructurales para poder cumplirlas. Los trabajadores de la salud vienen reclamando condiciones estructurales sanitarias para poder realizar su trabajo, y aun estas exigencias no son resultas por el gobierno. Incluso en muchos hospitales tienen que resolverlas los mismos vecinos. Sin elementos de protección, no hay responsabilidad individual que valga. Sumemos además, los miles de compañeros en negro o desocupados, que si no salen a la calle, no comen. Para ellos, la cuarentena no es opción, en la medida que no se garantice un subsidio universal al desocupado.
El relato de Morales no se ajusta a la realidad. Nos encontramos en una situación de crecimiento acelerado de casos, mientras tanto el Gobierno de la Provincia se rehúsa a una cuarentena estricta. Necesitamos en estos momentos no solamente evitar exponernos, sino también reforzar un sistema de salud que ya está mostrando sus limitaciones. Hoy vimos como Alberto y Gerardo utilizaron la cuarentena para posicionarse políticamente. “Gerardo nos cuida”, “el tío Alberto me protege” eran pronunciados por sus defensores. Hoy, en pleno pico, nos tiran la pelota a nosotros, como si dependiera de nuestra responsabilidad. Los altos contagios en los trabajadores esenciales es la muestra de que la miseria general de la provincia se impone a cualquier acción individual.
Los trabajadores tenemos que defender el derecho al cuidado de nuestra salud. Obligarnos a volver al trabajo en actividades no esenciales es mandarnos a enfermar. Quienes se desempeñan en rubros esenciales, deben contar con todos los elementos de seguridad necesarios. Asimismo, los compañeros desocupados o en negro deben recibir un subsidio universal, que les permita cumplir el aislamiento sin exponerse al contagio buscando changas. Tenemos que pelear para defender nuestra salud y nuestras vidas, que no pueden estar al servicio de garantizar la ganancia de la patronal.
-Por una cuarentena estricta. No a las excepciones dispuestas según el criterio de la ganancia capitalista. Una actividad es esencial en función de las necesidades sociales
-Prohibición de despidos, suspensiones y recortes salariales
-Prohibición de ajustes patronales sobre el salario y avances sobre las condiciones de trabajo
-Garantía estricta de todas las condiciones de higiene y salud.
-Pago de las horas trabajadas en todas las funciones realmente esenciales como horas extra.
– Fiscalización obrera de todas esas condiciones con comisiones elegidas por los trabajadores.
-Subsidio universal para la clase obrera desocupada y precarizada. Blanqueo y pase a relación de dependencia. Con hambre, no hay cuarentena.
-Aumento urgente de presupuesto para la salud pública. Por una salud pública centralizada y controlada por los trabajadores.
Razón y Revolución Jujuy
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